Las coordenadas ideológicas del autoritarismo de los mexicanos

Ricardo de la Peña nos ofrece un segundo análisis sobre el crecimiento del autoritarismo y la intolerancia política entre los mexicanos, tanto de izquierda como de derecha.

Texto de 12/02/25

Fascismo

Ricardo de la Peña nos ofrece un segundo análisis sobre el crecimiento del autoritarismo y la intolerancia política entre los mexicanos, tanto de izquierda como de derecha.

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"El autoritarismo se nutre de la intolerancia ideológica y del miedo a la diferencia."
H. Arendt .

En nuestra colaboración anterior en Este País, analizamos algunas variables básicas que pudieran explicar y diferenciar la actitud autoritaria de los mexicanos, en un ejercicio que retoma la prueba de personalidad que deriva en la escala F, creada por T. Adorno, N. R. Sanford, E. Frenkel-Brunswik y D. J. Levinson,1 y que tiene por finalidad original medir la predisposición al fascismo o la, así llamada por estos autores, “personalidad autoritaria” de los individuos. En esta prueba, dicha personalidad corresponde a un conjunto de características individuales adquiridas durante la infancia que predisponen al individuo a aceptar o adoptar creencias políticas contrarias a los principios democráticos y que tienen cierta persistencia a lo largo de la vida.

“dicha personalidad corresponde a un conjunto de características individuales adquiridas durante la infancia…”

A pesar de esta definición, diversos estudios referidos en nuestra colaboración previa sugieren la necesidad de adaptar y revisitar la escala F para abordar cambios contextuales y complejidades en las sociedades contemporáneas, debido a que sus resultados desafían la concepción original sobre el autoritarismo de Adorno y sus coautores, al considerarlo un rasgo esencialmente estable.

Así, la detección de cambios significativos en los puntajes de la escala F en períodos breves de tiempo dentro de una población definida plantea preguntas teórico-conceptuales y metodológicas importantes, dado que dicha escala asume que la actitud autoritaria no debería modificarse en lapsos reducidos, al menos no de manera drástica, salvo que se presenten alteraciones significativas en el entorno.

En este contexto, realizamos una medición del autoritarismo conforme la escala F en un corto período de tiempo y en una sociedad específica, sujeta a cambios intensos de naturaleza política. Como producto de este ejercicio, se han expuesto algunos resultados preliminares de nuestra estimación del nivel de autoritarismo en la sociedad mexicana para la población con capacidad de votar en las elecciones de 2024 en dos distintos momentos: tres años antes de estas elecciones e inmediatamente después de la misma. Este ejercicio considera dos estimaciones homogéneas y por ende comparables:

Concluíamos la primera entrega sobre este tema con la referencia de que, a pesar de la teóricamente esperable estabilidad del medidor de autoritarismo, este se había modificado en el plazo de tres años, al pasar de 0.52 a 0.58 de 2021 a 2024, lo que supone un incremento mayor al 10 % en términos relativos, y que este movimiento se había registrado con similar magnitud tanto entre quienes se declaraban satisfechos con la forma en que funciona la democracia en el país, como entre quienes se decían insatisfechos, y que reportaba cambios tanto entre quienes se identifican con los partidos del bloque gobernante, como entre quienes se identifican con partidos opositores e incluso con quienes no tienen una identificación partidaria definida.2

Para profundizar en la relación entre posicionamientos ideológicos de las personas y nivel de autoritarismo, en esta ocasión se verán comportamientos relacionados con variables que atienden a la auto-ubicación de los entrevistados en el espectro ideológico. Al respecto, en las encuestas referidas se dispone de dos variables categóricas que permiten la clasificación de los individuos según su posición político-ideológica: una referida a su adscripción respecto a la condición de liberal o conservador, y otra relativa a su posición en el eje que va de izquierda a derecha.

Convencionalmente, en la literatura científico-política se ha tendido a simplificar la realidad de la competencia por el poder al asumir un esquema bipolar con un eje rector único que supone la oposición entre derecha e izquierda.3 Estudios empíricos han demostrado que una gran parte de la ciudadanía no indica su posición en el continuo izquierda-derecha arbitrariamente, sino que asignan un significado plausible a los términos de esta escala4 para con ello evaluar las políticas públicas.5 Además, se emplea esta dimensión izquierda-derecha para simplificar la información que se requiere respecto a las posiciones de partidos y candidatos, con la que se estima la cercanía o distancia de las ubicaciones del propio elector a partir de este esquema genérico y simplificado.6 Esto permite, posteriormente, vincular la identificación y preferencia partidaria de los individuos.

Empero, dado el carácter limitado de la auto-ubicación en el eje izquierda-derecha, recientemente se ha popularizado una nueva propuesta de cuadrante conocida como “brújula política”,7 que asume la clasificación de las ideologías en un eje derecha-izquierda en lo relativo a lo económico, y otro eje —pretendidamente ortogonal al anterior y referido a una escala de actitudes sociales— correspondiente a lo autoritario o libertario del régimen, las organizaciones y los individuos.

Pero más que este esquema, la aproximación que permite el cuestionamiento directo a las personas sobre su posicionamiento en el eje liberal-conservador y que, por ende, pudiera situarse como coincidente con los vectores usados en este análisis, pudiera ser la propuesta de cuadrante generada desde tiempo más atrás por Hans Eysenck,8 en la que, cruzado con el eje derecha-izquierda, se presenta otro eje relativo a la ubicación entre tendencias autoritarias y democráticas; este se mantiene dentro de la definición político-ideológica de las personas sin abordar estrictamente lo social, como sí pretende hacerlo la propuesta de la brújula política.

Lo anterior parte del hecho de que no existe un consenso sobre cuáles deben ser los ejes definitorios del espacio político cuando las preocupaciones analíticas se refieren a cuestiones económicas y sociales. Entonces, se podría pensar que las preferencias políticas estarán bien descritas al utilizar un espacio bidimensional que abarque una dimensión de política económica, la tradicional izquierda-derecha, y una dimensión de política social, que suele definirse como liberal-conservadora,9 pero sin abandonarse la consideración de que se trata de opiniones de carácter subjetivo relacionadas con el ámbito de lo político.

El posicionamiento de las personas en el espectro que iría del liberalismo al conservadurismo suele ser explicado en la ciencia política a partir de diversas características y condicionantes psicológicas, socioeconómicas y culturales que reflejan diferencias en valores fundamentales, actitudes ante el cambio y la autoridad, y percepciones de la estructuración de la sociedad; en lo fundamental, se puede afirmar que los liberales tienden a ser más abiertos a la experiencia, mientras que los conservadores muestran mayor aversión a la incertidumbre.10

Para el caso que nos ocupa, dado que el trienio que separa a las dos mediciones entre la población corresponde a un período que pudiera ser considerado breve, pero caracterizado por la externalización de una propuesta de cambio desde el gobierno nacional, sería esperable que se hubieran favorecido las posturas conservadoras entre la población, como respuesta a la incertidumbre,11 aunque con afectaciones menores dado lo corto del plazo observado.

Como puede observarse en la Gráfica 1, el aumento del autoritarismo medido por la escala F entre los mexicanos es muy similar según se hayan situado a la derecha o a la izquierda en el espectro político-ideológico en los dos momentos de medición, por lo que los promedios se incrementan tanto para la izquierda como para la derecha. De hecho, se da una mayor propensión a las actitudes autoritarias entre quienes se declaran de derecha que entre quienes se sitúan en la izquierda, con valores que representan un poco más de 10 % de mayor autoritarismo entre quienes se ubicaron voluntariamente como de derecha.

Conforme a lo anterior, podría decirse que la propensión al autoritarismo, aunque se modifica en el corto lapso bajo análisis, no es afectado por la auto-asignación tanto de derecha como de izquierda de las personas.

Otra situación se encuentra al revisar la auto-ubicación de las personas entre la condición de liberales o de conservadores, que se muestra en la Gráfica 2. Aunque se reitera una mayor propensión al autoritarismo de las personas que se definen como conservadoras respecto a quienes lo hacen como liberales, la brecha conforme a esta ubicación subjetiva se estrecha, al pasarse de una distancia de 8 puntos en el medidor de autoritarismo para 2021 —lo que representaba una diferencia relativa de 17 % entre conservadores y liberales— a una diferencia de apenas un par de puntos en la escala F para 2024 —lo que significaba que la diferencia relativa se habría estrechado a apenas 3 % entre ambas auto-ubicaciones.

Así, mientras que entre quienes se situaban en cada momento como liberales se registraba un aumento de 10 % en su propensión reportada al autoritarismo en el curso de apenas un trienio, entre quienes se auto-definían como conservadores en cada corte la variación era insignificante y, en todo caso, ligeramente negativa.

Esto coincidiría con la expectativa teórica de que la situación de crisis y cambio favoreció la adopción de posturas más autoritarias entre la población que presentaba antes una actitud más liberal, factiblemente como respuesta a la incertidumbre vinculada con la coyuntura política. Este hecho afectaría en menor magnitud a quienes se concebían como conservadores, pues ya habrían mostrado desde antes su mayor aversión al riesgo.

“la situación de crisis y cambio favoreció la adopción de posturas más autoritarias entre la población que presentaba antes una actitud más liberal…”

Ahora bien, ¿estas actitudes hacia el autoritarismo entre los mexicanos cómo se insertan en el espacio de las propensiones autoritarias en el mundo? Aunque partiendo de metodologías y fuentes distintas, la reflexión sobre estas valoraciones en el contexto internacional deberá, sin duda, ser materia de futuras colaboraciones en este espacio. EP

  1. Adorno, T. W., Frenkel-Brunswik, E., Levinson, D. J., & Sanford, R. N. (1950). The authoritarian personality. Harper & Brothers. Disponible en: Horkheimer, M. & Floweman, S. H. [Eds.]. Studies in Prejudice. Sponsored by The American Jewish Committee. Social Studies Series: Publication No. III. https://archive.org/details/ THEAUTHORITARIANPERSONALITY.Adorno []
  2. De la Peña, R. (2025). La personalidad autoritaria de los mexicanos. Un primer nivel de lectura. Este País, 8 de enero. https://estepais.com/tendencias_y_opiniones/personalidad-autoritaria-mexicanos-primer-nivel-lectura/ (Gráficas 1, 7 y 8). []
  3. Colomer, J. M. y Escatel, L. E. (2005). La dimensión izquierda-derecha en América Latina. Desarrollo Económico, 45(177), 123-136. https://doi.org/10.2307/3655894 []
  4. Klingemann, H.-D. (1979). Measuring Ideological Conceptualizations. En Barnes, S. H. and Kaase, M. (eds.), Political Action: Mass Participation in Five Western Democracies. Sage. []
  5. Fuchs, D. and Klingemann H.-D. (1990). The Left Right Schema. En Jennings, M. K., and Van Deth, J. W. (eds.), Continuities in Political Action’ A Longitudinal Study of Political Orientations in Three Western Democracies. Gruyter, 203-234. https://doi.org/10.1515/9783110882193.203 []
  6. Downs, A. (1957). An Economic Theory of Democracy. Harper. []
  7. The Political Compass (2025). About the Political Compass. https://www.politicalcompass.org/analysis2 []
  8. Eysenck, H. J. (1957). Sense and Nonsense in Psychology. Baltimore: Penguin Books. https://hanseysenck. com/wp-content/uploads/2019/12/1956_eysenck_-sense_and_nonsense_in_psychology.pdf []
  9. Laver, M. (2011). Spatial Models of Politics. En Badie, B., Berg-Schlosser, D. and Morlino, L. (eds.), International Encyclopedia of Political Science, 8:2472. Sage Publications-International Political Science Association. []
  10. Carney, D. R., Jost, J. T., Gosling, S. D., & Potter, J. (2008). The secret lives of liberals and conservatives: Personality profiles, interaction styles, and the things they leave behind. Political Psychology, 29(6), 807-840. https://www.jstor.org/stable/20447169 []
  11. Inglehart, R. (1997). Modernization and postmodernization: Cultural, economic, and political change in 43 societies. Princeton University Press. []
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