Vulnerabilidad (y permanencia) de los museos en México

La pandemia originada por el COVID-19 provocó que los museos en México permanecieran cerrados más de 155 días en el 2020. Cinco voces expertas detallan cuáles son los desafíos a los que se han enfrentado y cuáles son las vías que distinguen para continuar adelante, recordando siempre que los museos también son experiencias sociales.

Texto de 08/06/21

La pandemia originada por el COVID-19 provocó que los museos en México permanecieran cerrados más de 155 días en el 2020. Cinco voces expertas detallan cuáles son los desafíos a los que se han enfrentado y cuáles son las vías que distinguen para continuar adelante, recordando siempre que los museos también son experiencias sociales.

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“El museo es la más libre y democrática institución de cultura. El aula y la biblioteca implican ya una cierta selección. El museo imparte enseñanza a cualquier visitante que viene por cuenta propia sin imponerle condiciones de admisión, de asistencia a cursos ni requisitos de conocimientos previos, y sin obligarlo siquiera a dar su nombre.”

En 1959, el antropólogo Daniel Rubín de la Borbolla escribió esta frase en el Proyecto del Programa General de Museos para México. Sabía de lo que hablaba: a lo largo de su vida fundó más de una decena de museos y ayudó en la reorganización de otros tantos, sentó las bases de la museografía del Museo Nacional de Antropología y se desempeñó como director del Museo Universitario de Ciencias y Arte (MUCA) de la UNAM. Sesenta años después, su premisa sigue vigente a pesar de las crisis económicas y sanitarias, de los recortes presupuestales y de los desafíos que imponen las nuevas tecnologías y los nativos digitales.

“…en abril del 2020 entidades como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) sufrieron un recorte del 75% en gasto corriente con la promulgación de la Ley Federal de Austeridad Republicana.”

El 2020 fue riguroso con los más de mil 400 museos registrados en el Sistema de Información Cultural (SIC). La pandemia originada por el COVID-19 provocó que los museos en México permanecieran cerrados más de 155 días en el 2020 ––así lo refleja el estudio Los museos del mundo ante la COVID-19, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)–– y que las visitas decayeran entre 61 y 80% con relación al año anterior. Aunado a ello, en abril del 2020 entidades como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) sufrieron un recorte del 75% en gasto corriente con la promulgación de la Ley Federal de Austeridad Republicana afectando, tan solo por parte del INAH, a 194 zonas arqueológicas, 162 museos y 515 monumentos que generan el 8.7% del Producto Interno Bruto, de acuerdo con el INEGI. La pandemia apenas comenzaba pero museos públicos y privados, grandes y chicos, empezaron a resentir la crisis que se avecinaba. El 25 de mayo del 2020, el Frente ProMuseos, creado por un grupo de profesionales del campo museístico, envió una carta abierta al Presidente Andrés Manuel López Obrador solicitando el rescate del patrimonio cultural, artístico y científico que conservan y difunden los museos en el país. A la fecha, más de 4, 400 personas han firmado esta carta que aún continúa sin respuesta del Ejecutivo.

Los museos se han convertido en baluartes contra las adversidades. Como explicara el Frente ProMuseos en su carta, “son agentes públicos, instituciones que sirven a la sociedad en su sentido más amplio e incluyente”. Y es que en la actualidad, su función y concepción se han expandido.

Sin público no hay museo

Guillermo Cirigo es jefe de la Unidad Regional Huajuapan de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas en la Mixteca de Oaxaca, una zona donde más del 70% de los habitantes viven en poblaciones rurales, pequeñas y dispersas. En esta región de mayoría indígena, existen unos 10 museos comunitarios cuyas colecciones se han compuesto con piezas donadas por la gente de los poblados. Muchos de estos objetos son vestigios arqueológicos, pero también hay instrumentos musicales, enseres de labranza, fotografías. La decisión de montar un museo, explica Cirigo, puede tomar años y suelen ubicarse en espacios donados por la misma comunidad y quienes se encargan de cuidarlos son voluntarios.

A diferencia de otro tipo de museos, estos suelen abrir únicamente en ocasiones especiales como las fiestas patronales y su pluritemática reconoce el patrimonio cultural y fortalece la identidad de la comunidad donde se ubican. En el último año muchos de estos espacios no han abierto pues con las fiestas patronales canceladas no hay visitantes, venta de artesanías ni derrama económica por otros conceptos; tampoco hay vinculación con la comunidad.  

“(Los museos) son el espacio donde se manifiestan el diálogo y la presencia de distintas disciplinas que, además de permitir una expresión estética, favorecen la comprensión del mundo donde está ese museo”, afirma Claudia Luna Fuentes, Directora de Divulgación Científica y Proyectos, así como miembro fundador del Museo del Desierto, en Saltillo, Coahuila.

«“El museo revela o devela narrativas en distintos niveles porque los entrecruces de videos, texturas, texto y envolventes hacen que la experiencia y el aprendizaje se anclen al cuerpo que vemos y somos”, explica Luna Fuentes.»

 El museo abrió en 1999 y su apuesta fue la valoración del ecosistema árido o semiárido mostrando las condiciones adaptativas de quienes habitan en él y ofreciendo una nueva perspectiva de los grupos originarios de la región. La comunidad donó objetos para la colección y el museo ayudó a que la gente se sintiera orgullosa e identificada con la cultura del desierto. “El museo revela o devela narrativas en distintos niveles porque los entrecruces de videos, texturas, texto y envolventes hacen que la experiencia y el aprendizaje se anclen al cuerpo que vemos y somos”, explica Luna Fuentes.

En la Ciudad de México, el Museo Nacional de Antropología es el más grande del país y uno de los más importantes a nivel internacional. Con veintidó salas, una colección que supera las 7, 700 piezas arqueológicas y los 5, 500 objetos en la colección etnográfica, es el rey de las visitas. Cerró el 2019 con un récord que superó los tres millones de visitantes y entre enero y marzo del 2020, explica el doctor Antonio Saborit, su director, 900, 000 personas recorrieron sus cuarenta y cinco mil metros cuadrados de construcción. Para Saborit, los museos no son “vejestorios”, sino espacios que desafían el entendimiento. “Son cajas de resonancia, espacios incluyentes e igualitarios que favorecen la convivencia de personas con formaciones diferentes”.

Cuando recorre las salas, insiste en la atemporalidad de las piezas y destaca este lazo de miradas y temáticas sin importar que existan más de 600 años de distancia entre las personas que las contemplan. “El contenido del museo nos interpela porque es contemporáneo”, aclara Saborit. Sin importar la temática o el tamaño, la experiencia social del museo se repite. 

Hacia el futuro cercano

Han pasado casi 15 meses desde el inicio de la pandemia. Al sur de la Ciudad de México, en la UNAM, se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo (MUAC) del que Amanda de la Garza Mata es directora. El cierre físico de sus instalaciones los obligó a reinventarse.

“Nuestras redes sociales estaban enfocadas en la difusión y los entornos digitales se convirtieron en el lugar de creación de contenidos. La forma de interactuar con el público y la conversación en redes es distinta a la que se da físicamente. Las redes demandan producciones y tiempos específicos y esto reconfiguró la forma en la que trabajamos”, señala. El aprendizaje ha sido significativo, especialmente para un museo que todavía no tiene fecha de apertura pero ofrece seis exposiciones virtuales a su audiencia. 

 El Museo Jumex, dedicado también al arte contemporáneo, apostó por actividades que funcionaran tanto en lo físico como en lo virtual. Dio resultado: comenzaron con recorridos virtuales, luego agregaron cursos en la plataforma Zoom y ahora su oferta incluye talleres familiares y conversatorios. La exposición Excepciones normales: Arte contemporáneo en México reúne más de 60 piezas producidas durantes últimos 20 años y que en su mayoría forman parte de la Colección Jumex.

«No fue solo una reacción por la pandemia, las condiciones provocaron que se reconsiderara dónde está el museo, si es un espacio físico o una red más grande con brazos que pueden comunicarse con públicos a la distancia porque reflejan nuestras condiciones cotidianas”, afirma Kit Hammonds,»

“No fue solo una reacción por la pandemia, las condiciones provocaron que se reconsiderara dónde está el museo, si es un espacio físico o una red más grande con brazos que pueden comunicarse con públicos a la distancia porque reflejan nuestras condiciones cotidianas”, afirma Kit Hammonds, curador en jefe del Museo Jumex.

La apuesta de muchos museos en todo el país será similar en el transcurso de este año debido a las reducciones en el presupuesto o bien, a la dificultad para traer exposiciones del extranjero: habrá quien vuelva la mirada hacia sus colecciones como el Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno y el Franz Mayer o quienes le darán un nuevo significado a su acervo como Museo Nacional de Arte y el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara.

Aunque muchos museos ya abrieron en buena parte del país, las dificultades para salir adelante continuarán por la precarización de las condiciones de trabajo y las reducciones presupuestales que podrían acarrear merma de museos y decaimiento importante del sistema cultural. “El reto es lograr un funcionamiento sostenible a largo plazo, formar parte de los circuitos artísticos, ofrecer contenidos relevantes al público, conservar el patrimonio y para ello es necesario contar con recursos humanos y económicos”, dice de la Garza Mata.

“México es uno de los países que ha reportado mayores recortes presupuestales en este rubro, situándolo entre el 61 y el 80%, contrario a países como Suecia, Canadá o Reino Unido, que han destinado partidas para su recuperación.”

Luna Fuentes aboga porque no cese el apoyo en materia legal y presupuestal a los museos. De acuerdo con el informe antes mencionado de la UNESCO, México es uno de los países que ha reportado mayores recortes presupuestales en este rubro, situándolo entre el 61 y el 80%, contrario a países como Suecia, Canadá o Reino Unido, que han destinado partidas para su recuperación. “Necesitamos inversión en profesionalización, infraestructura y condiciones de trabajo. En los museos públicos hay trabajadores contratados bajo el esquema de capítulo 3000 (prestadores de servicios profesionales) con condiciones inestables y que afectan el funcionamiento de los museos porque no hay estabilidad laboral”, agrega de la Garza.

Considerar a las experiencias que se viven en los museos como inherentes al desarrollo y al conocimiento, favorecer el acceso gratuito de los niños y promover que los museos salgan a las comunidades son otros de los aspectos que Luna Fuentes, considera, deberían priorizarse. “De otro modo no estaríamos arropados con reflexiones que permitan detener la alta cantidad y tráfico informativo de consumo que es tan grave y que están atomizando los procesos de conocimiento, es importante que el museo salga a las comunidades”, añade.

En el futuro próximo, coinciden de la Garza y Hammonds, veremos un mundo híbrido transformado por los hábitos de consumo adquiridos durante la pandemia. “Aprendimos que hay muchos eventos de gran escala que se beneficiaron de la virtualidad, esto nos permitió generar vínculos de otra manera, hacer más factibles estos proyectos en términos económicos y llegar a audiencias más diversificadas”,  explica de la Garza.

La digitalización de archivos, coinciden Saborit y la directora del MUAC, permitirá el acceso a piezas artísticas y colecciones a investigadores de todo el mundo y la apertura de fondos que antes difícilmente se podían estudiar. Hammonds concluye: “El reto de los museos en México será similar al de otros lugares en el mundo: Deben mantener la relevancia de la vida actual y conectar sus exposiciones con las experiencias del público, ya sea un museo dedicado a la historia, al arte o a otros temas; las conexiones son importantes”. EP

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