Estos cuatro poemas de Guillermo Hidalgo nos invita a sentir y reflexionar, entre otras cosas, acerca de la soledad, las partidas, la juventud, la fe, Hemingway y las visitas.
Poemas de Guillermo Hidalgo
Estos cuatro poemas de Guillermo Hidalgo nos invita a sentir y reflexionar, entre otras cosas, acerca de la soledad, las partidas, la juventud, la fe, Hemingway y las visitas.
Texto de Guillermo Hidalgo 26/03/21
Billy The Kid y el paisaje
madre,
sucedieron algunas cosas:
desperté. quedé libre. te vi en sueños.
han sido muchos meses sin decir nada.
ahora todo parece retomar su camino.
puedo oler el océano de nuevo,
incluso me alegra ver cómo sangra
la planta de mi pie
cuando un pedazo de vidrio
se esconde entre la arena.
a veces me gusta pensar
que me esperas en casa,
que nunca tomé el revólver del abuelo
y mis chistes aún te hacen reír
igual que en mi última fiesta de cumpleaños.
madre, a veces me gusta pensar
que nunca tomé el revólver del abuelo.
Autobiografía de un hombre que lleva la memoria en sus pupilas
escribo en mi dorso.
he visto fragmentos de paraísos
a los que nunca regresaré, aunque esto ya no me duele.
a mí la lluvia me produce erupciones cutáneas.
las colillas de cigarro parecen formar un bosque,
entonces el mundo se abre un poco (solo un poco).
profundizo en mis puertas: nadie me mira de frente.
nueve de la noche, la avenida en silencio.
informo al mundo que mi cabeza está hecha pedazos,
cada vez un poco más.
recito los primeros versos de Dante
frente a un muro de barro
que me dice al oído: tú nunca naciste.
doy pasos en falso.
conozco personas atroces,
me beso
camino
bebo
disparo
despierto
con ellas
y luego nada, el silencio largo.
una vez pensé ser una mariposa,
pero no sabía nada de la vida
o de la tristeza que experimenta
una mariposa, tenía miedo de caer en un abismo
donde no pudiera encontrarme nunca más
y ahí perder lo último que quedaba de mi cara.
quizá por eso nadie me mira de frente.
escribo en mi dorso y en poco tiempo
cumpliré 24
edad en la que uno siempre se traiciona.
la cuestión es si la avenida sigue en silencio
o si ha parado de llover.
Repuesto de fe
dios pidió que te cortaras la cabeza el día de su cumpleaños:
se la entregaste en una caja adornada con globos
la puso junto a la televisión
volviste a tu casa que es del tamaño del cielo
si es que el cielo cabe en una caja de cerillos
con el cuello de par en par
como si de él salieran girasoles
trataste de dormir debajo de la cama
entre polvo y cadáveres de mariposa
dios pidió que te cortaras la cabeza
no sabemos cómo
si consiguió tu teléfono
o te habló mediante
la ayahuasca
la salvia
una paleta tutsie pop que él mismo intervino
porque quería escucharte hablar
escuchar tu amor
escuchar tus plegarias
escuchar tu lengua
morder tu lengua
besar de lengua
porque dios conoce todas las lenguas
y todos los besos
despertaste al día siguiente
te limpiaste el polvo
pasé por tu casa como cada domingo
toqué tu puerta pero tal vez
ni siquiera encontraste las llaves cómo voy a saberlo
2 de julio y un tiro que acierta
ernest hemingway me visitó otra vez:
sentí su aliento
y el agrio hedor de sus cigarros
detrás del pino.
ernst (pronuncié de forma telepática)
no es necesario jalar el gatillo,
hay mucha leña a nuestro alrededor.
¿qué más quieres de mí?
no puedo darte tanto
salvo una cena
y quizá un chaleco
que los años se encargarán
de cubrir con moho y polvo,
entonces lo olvidarás
y todo esto habrá quedado
como un recuerdo triste de 1961. EP