Observatorio Internacional | Llegó el Embajador: Estados Unidos y México en 2021, ¿un punto de transición?

En esta entrega mensual, Susana Chacón habla sobre las primeras acciones de Ken Salazar, embajador de EUA en México, tras su llegada a México y comenta brevemente el libro «Relaciones Estados Unidos y México en 2021: ¿un punto de transición?».

Texto de 22/09/21

En esta entrega mensual, Susana Chacón habla sobre las primeras acciones de Ken Salazar, embajador de EUA en México, tras su llegada a México y comenta brevemente el libro «Relaciones Estados Unidos y México en 2021: ¿un punto de transición?».

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El 14 de septiembre Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, presentó sus cartas credenciales al presidente López Obrador. Llegó justo para las fiestas patrias y en menos de una semana demostró que su agenda es clara y su encomienda precisa. A diferencia de otros embajadores, cuenta con la confianza y cercanía del presidente Joe Biden. Esto le permite tener una comunicación estrecha y abierta con el jefe del país, con quien el gobierno de México debería de tener una excelente relación. No obstante, AMLO ha preferido mandar dobles mensajes y jugar un juego muy delicado: por un lado, le pide ayuda y por el otro, lo golpea. En Washington lo tienen ya muy medido y conocen su estilo. Hasta ahora, no se habían dado presiones directas, pero con la llegada de Salazar el escenario cambia. 

Son varias las razones por las que llegó en este momento. Primero, el gobierno de Biden tiene solamente ocho meses; en los primeros seis, no se nombraron embajadores. De todos los posibles candidatos, escogió a un embajador que conoce y comulga con la agenda de su gobierno en todos los temas, aspectos y sectores. Al igual que el presidente, Ken Salazar es muy amable, cordial y conciliador, pero pragmático y muy duro. No llegó un embajador que viene de vacaciones. Todo lo contrario: su agenda es clara en la relación con México. Sabe muy bien cuáles son los intereses y objetivos estadounidenses, y procederá en consecuencia. 

“Ken Salazar es muy amable, cordial y conciliador, pero pragmático y muy duro. No llegó un embajador que viene de vacaciones. Todo lo contrario: su agenda es clara en la relación con México”.

El embajador llegó también durante la semana en que tuvo lugar la reunión de la CELAC en Palacio Nacional. El presidente mexicano aprovechó esta reunión y las fiestas patrias para mandar mensajes a Estados Unidos. Su invitado de honor el día 15 fue el presidente cubano Miguel Diaz Canel. Hubiera querido que Vladimir Putin viniese en su lugar, pero no aceptó. Se decidió entonces por el dictador cubano. Además, para la CELAC invitó también a Nicolás Maduro y a representantes del dictador nicaragüense Daniel Ortega. Lo anterior, en otro momento, se hubiera recibido en forma distinta, ya que la invitación debe ser explícita a los representantes de todos los países miembros de la organización. El problema es que les dio un papel protagónico tan sólo a los de extrema izquierda, lo que incomodó al resto de los invitados. Para cerrar el evento, se tuvo un mensaje del presidente chino Xi Jinping. Existen formas mucho más elegantes para mandar mensajes de soberanía y, en especial, cuando México depende tanto de su relación con EUA. Los principales opositores del gobierno de Joe Biden fueron los prioritarios para AMLO.

El embajador Salazar entregó sus cartas el 14 de septiembre; escuchó el discurso del presidente mexicano el 15, el día del Grito, en el que criticó a EUA y al gobierno de Biden por mantener el bloqueo económico a Cuba; el primer recibimiento que se le dio fue ponerlo en la última fila de invitados durante el desfile militar del 16. Su respuesta fue contundente. El primer mensaje público de Salazar fue nada más y nada menos que desde Villahermosa, Tabasco, el 17 de septiembre. En mesa de prensa, después de una reunión con el gobernador Carlos Merino, Ken Salazar envió su mensaje a AMLO: “No se distraiga con el bloqueo económico. Estados Unidos continuará sus esfuerzos para hacer de Cuba un Estado democrático”. 

“Estratégico el embajador. Sabe muy bien lo que está haciendo. No fue desde otro lado: fue desde Tabasco, su estado natal. Para un presidente a quien lo mueven los símbolos, acaba de recibir el primero del representante de Biden”.

Fue a la tierra del presidente para mandarle su primer mensaje. Estratégico el embajador. Sabe muy bien lo que está haciendo. No fue desde otro lado: fue desde Tabasco, su estado natal. Para un presidente a quien lo mueven los símbolos, acaba de recibir el primero del representante de Biden. Aprovechó también para tener otras reuniones. Una con jóvenes tabasqueños a los que el gobierno estadounidense beca para que reciban una excelente formación que les permita mejores niveles de vida y otra con el Instituto Nacional de Migración y varias autoridades del estado para seguir en materia con las prioridades de su agenda. Se reunieron para intercambiar comentarios sobre los flujos migratorios irregulares del sureste del país y la forma en la que se podrá establecer una cooperación bilateral. 

No sólo eso. Visitó también algunas zonas del punto fronterizo del Ceibo, en el municipio de Tenosique, donde reconoció la labor del Instituto Nacional de Migración y de los Agentes Federales de Migración. Al día siguiente, el 18, se encontraba en Ciudad Acuña, Coahuila, en una reunión bilateral con agentes mexicanos y estadounidenses, para tratar la cooperación entre los dos países en el manejo de la crisis de migrantes haitianos que están bajo el puente de Ciudad Acuña y de Ciudad Del Rio, Texas. Estas fueron algunas de sus actividades, sólo en su primera semana como embajador. 

La señal es precisa: se acabó el recreo para el gobierno de México. La agenda de Ken Salazar está definida y los intereses estadounidenses también. Falta saber cuál es la agenda mexicana y cuáles son los intereses nacionales en su relación bilateral con EUA. Por lo pronto, sabemos que no existe siquiera una subsecretaría para América del Norte y que quienes llevan la relación bilateral carecen de experiencia en la materia y sus trayectorias no se pueden equiparar con las de alguien como Ken Salazar. Recordemos que en la reunión del Diálogo Económico de Alto Nivel, el DEAN, del pasado 9 de septiembre en Washington, se perdió una oportunidad de construir una cooperación con intereses bilaterales y fue más bien un diálogo de sordos en el que la agenda la llevó EUA y los puntos planteados por México quedaron fuera.

“La agenda de Ken Salazar está definida y los intereses estadounidenses también. Falta saber cuál es la agenda mexicana y cuáles son los intereses nacionales en su relación bilateral con EUA”.

Aprovecho este espacio para felicitar y compartir con ustedes la muy reciente publicación del libro: Relaciones Estados Unidos y México en 2021: ¿un punto de transición?, coordinado por Olga Pellicer y Hazel Blackmore, publicado por el ITAM y Foreign Affairs Latinoamérica. Qué mejor momento para recibir este libro justo antes de la llegada del embajador Salazar. Estamos todavía a tiempo de tener una agenda propia y el libro es un magnífico instrumento para construirla. 

Es un texto dividido en dos grandes apartados: Cambio y permanencia en Estados Unidos, y México y Estados Unidos, entre la confrontación y el entendimiento incierto. Empiezo por este último, ya que hasta aquí estamos hablando de la relación bilateral. Un grupo de especialistas nos dimos a la tarea de ofrecer textos sobre los principales temas de la agenda bilateral, desde una perspectiva mexicana. El trabajo se centra en conocer los elementos que deberían ser los prioritarios para México. En cada uno se plantean posibilidades y líneas de acción para el manejo de la relación con Washington y con los diferentes estados de la Unión Americana. Se parte de una visión general desde antes de las elecciones del 4 de noviembre del 2020, en la que el gobierno mexicano apostó por la reelección de Donald Trump y la forma de acercamiento posterior, una vez que Joe Biden resultara el ganador. De ahí entramos a temas específicos como el de la debilidad institucional en México para construir una relación bilateral fructífera. Por otra parte, se habla de los efectos de la política migratoria de Biden sobre México; se trabaja sobre el punto de inflexión en las relaciones económicas; se ofrece una visión sobre la descarbonización, cuando México tiene un planteamiento opuesto; se estudia el problema de la seguridad como el renglón más opaco y el segundo apartado se cierra recordando el papel que tiene México en la visión global de Biden. Todos estos aspectos son sustanciales en el momento actual y en nuestra relación con el vecino del norte.

En el primer apartado, igualmente importante que el segundo, especialistas en los estudios de Estados Unidos en México nos dan herramientas, no sólo para conocer a EUA, sino para comprender el momento por el que el país atraviesa actualmente. Nos explican con claridad los problemas por los que atraviesa el país en lo político, económico, social, cultural e internacional. Nos relatan la crisis por la que atraviesa la democracia más importante del sistema internacional. Hablan también de la polarización política y social que viven y de la relación entre los estados y Washington. El apartado lo cierra un magnífico texto sobre la caída de la hegemonía estadounidense frente al surgimiento de potencias emergentes, particularmente asiáticas. Para todos nosotros es sustancial conocer a nuestro vecino del norte y nuestro principal socio. Bienvenido el libro y muchas felicidades a todos los autores. Les comparto, a quienes tengan interés, que el libro está disponible en forma gratuita y lo pueden descargar completo aquí. EP 

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