En lo que va del proceso electoral estadounidense, han sucedido eventos inéditos desde los años sesenta del siglo pasado: un intento de homicidio a uno de los candidatos; la declinación del presidente en turno en buscar su reelección (en mi artículo “No #EsBiden” del 2 agosto 2023 pronostiqué que Joe Biden no sería el candidato demócrata); desobediencia civil con respecto a la política estadounidense hacia un conflicto bélico internacional. Y lo que hemos presenciado sólo podría representar la punta de un témpano que cimbraría las estructuras mismas del sistema democrático estadounidense. 

El mayor factor de riesgo que presenta EU en este momento de su historia no tiene una causalidad internacional, sino local. Pareciese que hay dos visiones irreconciliables dentro de una sociedad partida justo a la mitad: 50-50. Para la mitad de la población, la posibilidad de que Donald Trump ―el primer expresidente estadounidense declarado criminal convicto y quien ha basado su discurso en una retórica racista y xenofóbica― gane la presidencia es un peligro para la democracia en EU. El pináculo de esta argumentación se sustenta en el discurso que pronunció el 6 de enero de 2021. A partir del mismo, varios analistas y juristas aseguran que Trump incitó a manifestantes a irrumpir dentro del Capitolio para evitar, a través de la violencia, que a su contrincante electoral lo declararan ganador.

Miles de manifestantes pro-Trump están intentando asaltar el Capitolio, lo que obligó a cerrar el edificio.
Se han evacuado otros 2 edificios del Congreso.
El Congreso estaba debatiendo la certificación de los resultados electorales de 2020. No ha habido evidencia de fraude. pic.twitter.com/5yzUuOdOkM

— AJ+Español (@ajplusespanol) January 6, 2021

Para la otra mitad de la población, Donald Trump representa un personaje que antepone los intereses internos de EU y de sus ciudadanos a los intereses del resto de los países. Es quien combate las estructuras de un establishment político, económico y mediático, que utilizan una ideología liberal sólo para impulsar una agenda vinculada a intereses de poder y monetarios; que, por ejemplo, se han valido de la industria de la guerra, sin sustento legal. Grandes facciones de esta mitad de la población han generado una especie de culto en torno a la figura de Trump y están convencidos de que un resultado electoral que le fuese adverso sería consecuencia de un intento deliberado por querer exterminar a su candidato de manera ilícita.

Existe una diversidad de factores vinculados a esta fractura social que podrían convertir el actual proceso electoral en el periodo más conflictivo dentro de territorio estadounidense desde hace décadas. Se mencionan tan sólo once:

1. En EU hay mayor número de armas de fuego en posesión de civiles que ciudadanos mismos.

2. Está en espera la sentencia del juez Juan Merchan con respecto a un veredicto de culpabilidad hacia Donald Trump, lo cual podría arrojarlo a un reclusorio, despertando la furia de la base trumpista.

3. Se vislumbra altamente improbable que Donald Trump reconociese un triunfo que le fuese adverso.

4. De acuerdo a sus atributos legales, Joe Biden podría indultar a su hijo con respecto a un veredicto de culpabilidad en un caso penal por ilegalmente haber adquirido un arma de fuego.

5. Se puede intensificar la desobediencia civil con respecto al apoyo del gobierno demócrata hacia al gobierno de Benjamín Netanyahu.

6. Muchos economistas afirman que una recesión es inminente.

7. La diplomacia y agencias de inteligencia de los países antagonistas a EU conocen la fractura política y social dentro de EU y parecería ingenuo que no quisiesen capitalizarla.

8. Tras el debate presidencial de junio se tiene la certeza de que el comandante en jefe de las fuerzas armadas del país más poderoso del mundo tiene una enfermedad neurocognitiva. (Son tantos los cambios que se están suscitando y de manera tan acelerada que al momento de escribir estas líneas Joe Biden continúa siendo el presidente constitucional de EU.)

9. Hay dos conflictos bélicos a nivel mundial que podrían involucrar a EU de manera directa. Si un misil ruso cayese en alguno de los países de la OTAN o si Irán atacase territorio estadounidense, incluyendo a sus embajadas en el extranjero, el mundo se encontraría en territorio no visto desde hace 8 décadas.

10. China podría capitalizar este debilitamiento multifactorial para ganar terreno con respecto a su política expansionista hacia Taiwán.

11. En los últimos lustros, la incidencia de desastres naturales y epidemiológicos se ha multiplicado. Algún evento de esta naturaleza podría posponer la fecha de las elecciones.

Todo ello lleva a pensar en un gran conflicto pre y postelectoral. La historia se manifiesta en ciclos. Sólo el tiempo nos dirá cuál ciclo se está repitiendo en esta 60ª elección presidencial estadounidense. EP

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