El tamaño de la empresa en la que trabajas influye en tu movilidad laboral

Lucero Hernández expone la disparidad laboral en México: microempresas limitan el progreso socioeconómico por malas condiciones, mientras que grandes empresas, aunque mejores, requieren mejorar capacitación.

Texto de 10/03/25

Lucero Hernández expone la disparidad laboral en México: microempresas limitan el progreso socioeconómico por malas condiciones, mientras que grandes empresas, aunque mejores, requieren mejorar capacitación.

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Encontrar trabajo en una empresa que brinde prestaciones laborales y un buen salario es el sueño de muchas personas, el destino idóneo para continuar con su desarrollo personal y profesional. Sin embargo, en la realidad del mercado laboral esta posibilidad se vislumbra muy lejana. Son más las empresas que niegan prestaciones, brindan contrataciones outsourcing o no proporcionan el material o equipo necesario para realizar tu trabajo.

Cuando te enfrentas a un mercado laboral plagado de empresas que no cumplen a cabalidad la Ley Federal del Trabajo, es común aceptar cualquier empleo con tal de recibir ingresos. Difícilmente vemos el impacto del empleo en nuestra movilidad social, es decir, el cambio en nuestra condición socioeconómica.

El número 9 del Boletín de movilidad social en el mercado de trabajo, del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), examina la movilidad laboral de los mexicanos entre la micro, pequeña, mediana y gran empresa entre dos periodos: segundo trimestre de 2022 y el mismo trimestre de 2023. El hallazgo: a menor tamaño de empresa, menor probabilidad de acceder a los servicios de salud, recibir capacitación o alcanzar un ingreso elevado. El problema: cerca de la mitad de los trabajadores en México se emplea en microempresas, lo que significa un escenario poco favorable para la movilidad social.

Las personas ocupadas en dichas empresas producen, pero a costa de un salario bajo, cero capacitación y nulo acceso a servicios de salud; en ello recae gran parte de los problemas que caracterizan al mercado laboral mexicano.

Microempresas, un destino hacia la baja movilidad laboral

Al revisar las microempresas en el país, el panorama no es para nada favorable: solo el 16 % de los trabajadores tienen acceso a los servicios de salud; es decir, a 8 de cada 10 trabajadores no se les garantizan cuidados a su salud y, en caso de requerirse, deben ser cubiertos de su propia bolsa, sin posibilidad para considerar días de recuperación, lo que en algunos empleos significaría baja laboral.

En lo que respecta a la capacitación para adquirir mayores habilidades profesionales —y que debe ser cubierta por los empleadores—, la situación es todavía más complicada. Apenas el 10 % de los trabajadores en microempresas reciben capacitación; es decir, 9 de cada 10 empleados no adquieren nuevas habilidades para su trabajo mediante cursos o talleres, lo que limita su crecimiento, al igual que el de las propias empresas.

Grandes empresas, el lugar idóneo para trabajar

En el otro extremo, el escenario cambia al revisar la situación de las empresas grandes, donde se encuentra empleado un cuarto de los trabajadores en México. El 94 % accede a los servicios de salud, y es muy bajo el número de trabajadores que no cuentan con esta posibilidad.

Sin embargo, no se puede decir lo mismo de la capacitación, que sigue siendo un pendiente en México. En las empresas grandes, solo el 15 % recibe capacitación, apenas un poco más que en las microempresas. No obstante, el nivel de capacitación en el país aún es muy bajo, ya que las empresas no logran ver los alcances para la organización, que van desde mejorar el desempeño en las responsabilidades laborales; aumentar la productividad con mayor rendimiento y competitividad; adaptarse a nuevas tecnologías, procesos y tendencias del mercado; e incrementar la lealtad o satisfacción laboral, lo que reduce la rotación de personal.

Aunque el nivel de capacitación que brindan las grandes empresas es bajo, es mayor que en el resto de las empresas: les siguen las de tamaño pequeño, después las medianas y, al final, las microempresas. La capacitación laboral ofrece un beneficio significativo al reducir la desigualdad, ya que mejora la calidad de vida de los trabajadores y les abre las puertas a mejores oportunidades, como ascensos dentro de la empresa. Esto, a su vez, impulsa su movilidad social.

“La capacitación laboral ofrece un beneficio significativo al reducir la desigualdad, ya que mejora la calidad de vida de los trabajadores y les abre las puertas a mejores oportunidades”.

A mayor capacitación, mejoran los salarios

El ingreso laboral marca una diferencia importante entre las grandes y las microempresas. Estas últimas pagan alrededor de la mitad de lo que reciben quienes trabajan en las grandes empresas, lo cual marca una desigualdad notoria y, con ello, una baja movilidad social.

Las empresas no logran dimensionar el alcance de los salarios si se involucrara la capacitación. Esta diferencia de ingresos entre las micro y grandes empresas se relaciona con la productividad, pues las segundas pueden brindar mayores remuneraciones debido a la productividad obtenida por la capacitación; de esta manera, se reduciría la diferencia en ingresos, que actualmente alcanza el 57.25 %.

Aún y cuando las microempresas tienen una mayor representatividad en el mercado laboral, el pago de salarios representa una tercera parte del ingreso laboral en México, además de incluir al mayor número de personas que realizan trabajo no remunerado, lo cual no genera ni productividad ni competitividad.

Desde cualquier ángulo, la microempresa no es un buen empleador. Aunque concentra el 33.9 % del ingreso laboral, contribuye con el 39 % de la desigualdad, lo que resulta en pocas oportunidades para los trabajadores y menores avances en el nivel socioeconómico, educativo y de salud.

Toma de decisiones para las trayectorias laborales

Observando el panorama desde las micro hasta las grandes empresas con sus contrastes en ingresos, capacitación y acceso a servicios de salud, los establecimientos pequeños y medianos plantean una mejor movilidad laboral para el trabajador promedio en el país. No obstante, su presencia es baja; de acuerdo con los censos económicos de 2019, representan el 4.9 %, que, comparado con el 94.9 % de las microempresas, resulta en una amplia diferencia.

Cambiarse de empleo es común durante la trayectoria laboral; sin embargo, no todos los cambios resultan positivos para los trabajadores, por lo que cuidar muy bien esta rotación ayudaría a una mejor toma de decisiones que no limite la movilidad social. Lo anterior involucra varios factores que influyen en la movilidad laboral, como el tamaño de la empresa, la capacitación recibida, las condiciones del mercado laboral, la educación, el hogar de origen, el nivel educativo de las personas y de los padres, además de políticas económicas y sociales, entre otros.

En general, una tercera parte de las personas ocupadas en microempresas se mueven a pequeñas empresas; el resto permanece en empresas micro. En tanto, el 45.8 % de las personas ocupadas en grandes empresas permanecen en estas, y quienes se mueven tienden a irse a las medianas.

La baja movilidad laboral de las personas ocupadas en la microempresa se agrava porque esta capta la mayor cantidad de empleo. Sus opciones de mejora en cuanto a condiciones socioeconómicas, salarios, beneficios y oportunidades de desarrollo profesional se reducen.

Además del tamaño de las empresas, existe otro problema que enfrenta el mercado laboral en México: la baja movilidad social intergeneracional, que es la menor probabilidad que tiene un joven de acceder a un primer empleo en el sector formal si su padre es un trabajador informal; de igual manera, afecta el haber crecido en alguno de los estados del sur del país, o en un hogar en condición de pobreza.

Acceder a un primer empleo formal limita el efecto negativo que tienen las condiciones socioeconómicas desfavorables de origen durante la trayectoria laboral. En el caso de las personas que crecieron en un hogar pobre, la probabilidad de tener una trayectoria laboral en el sector formal es mucho menor si el primer empleo fue informal. En ello recae la importancia de optar por la formalidad desde el primer empleo.

“Acceder a un primer empleo formal limita el efecto negativo que tienen las condiciones socioeconómicas desfavorables de origen durante la trayectoria laboral”.

Soluciones frente a la desigualdad laboral en México

El análisis del CEEY muestra cómo las microempresas alejan a su personal de la alta movilidad laboral. Si bien no es una sentencia, sí es un comportamiento general en la estructura actual de los tamaños de los establecimientos.

¿Es posible revertir este panorama? Sí, mejorar el acceso a los servicios de salud y a la capacitación para el trabajo permitiría aumentar la productividad y, con ello, mejorar las remuneraciones laborales. Aunado a ello, otros tamaños de empresa podrían contratar a una mayor parte de la población ocupada, lo que generaría como consecuencia una mejor inversión pública que impulse a la microempresa, principalmente en los estados del sur-sureste del país, como Guerrero, Oaxaca y Chiapas.

Justamente, las empresas son motores para promover la movilidad social. Desde el CEEY se impulsan recomendaciones para que conozcan sus alcances. Al adoptar un enfoque de movilidad social en su gestión de recursos humanos, pueden romper el vínculo entre las condiciones del hogar de origen y la trayectoria laboral de las y los trabajadores.

La propuesta es bajar el costo de la formalidad laboral mediante una seguridad social universal, financiada con impuestos generales, y no con contribuciones asociadas al empleo, lo que permitiría reducir este peso para la microempresa. Si esto ocurre, la microempresa dejaría de tener un obstáculo para ofrecer acceso a los servicios de salud y podría sumar incentivos para mejorar la capacitación laboral, la productividad y el ingreso.

El objetivo es fortalecer a la microempresa como el principal empleador en México. Lograrlo garantizaría para los trabajadores una mayor movilidad laboral y, con ello, un crecimiento económico para el país. Esto debe ir acompañado de una mayor inversión pública y una reducción de los costos regulatorios de operar con mayores tamaños de empresa. EP

Fuentes

CEEY (2024). Boletín de movilidad social en el mercado de trabajo, núm. 9, Centro de Estudios Espinosa Yglesias. 

CEEY (2023). «Recomendaciones para ser una Empresa Promotora de Movilidad Social», Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

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