El 19 de septiembre del 2017, un sismo no sólo sacudió a la Ciudad de México, además retumbó, las peores pesadillas de millones de personas que habían vivido el temblor del 85 en el mismo día de septiembre, pero treinta y dos años después. Parte de ese reflejo del pasado que nos trajo el planeta Tierra, vino la afectación al predio donde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) tenía sus oficinas centrales, el llamado Centro SCOP. El daño en los predios y los murales que ahí conviven provocó una serie de propuestas que, desde ese entonces, se mueven en distintos foros y redes tanto académicas como de la sociedad civil.

La propuesta presentada a continuación expone la oportunidad de convertir este espacio en un parque público, abierto a toda la ciudadanía. Un espacio donde se provoque la conjunción de funciones, la convivencia entre distintos sectores de la sociedad, dentro de un área verde rodeada por la gran pieza artística que está representada en 6000 m² de murales que desde los años 50 se encuentra sobre los diversos muros de los edificios.

El proyecto, además, queda como una tentativa de acrecentar el área verde que tenemos en la ciudad y en la demarcación; generar un gran museo/escuela al y del muralismo, que pertenezca a toda la ciudadanía, mezclando usos que presenten beneficios ambientales, económicos y sociales; además de buscar la inclusión de la comunidad para definir la infraestructura y actividades que podría tener.

¿Qué fue el Centro SCOP?

En la esquina de Niño Perdido (Eje Central) y Fernando Casas Alamán (Xola), fue instalada la Secretaría de Comunicaciones y Obra Pública (SCOP), como era conocida en aquellos años. Mantiene las siglas como punto de encuentro citadino en la actualidad. En los años 50 fue intervenida en sus muros con una técnica generada por la dupla de O’Gorman y Rivera unos años antes para lo que conocemos ahora como el Anahuacalli y la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria.

La técnica utilizaba piedras sin pulir, de colores naturales, fijadas en placas precoladas de concreto armado de un metro cuadrado cada una[i]. De esta manera se formaron las imágenes que vemos en los muros de varios de los edificios, dando color a los clásicos muros grises, que evolucionaron en magnos lienzos intervenidos por diferentes artistas. Se juntó entonces a la arquitectura, al muralismo y a la escultura en un mismo concepto.

Carlos Lazo, con la experiencia previa en C.U., tomó la decisión de incorporarlos de nueva cuenta en su papel de secretario de la SCOP para realizar el experimento más grande con tal técnica, que además tenía como beneficio extra el bajo costo y la reducida necesidad de conservación en comparación con poner vidrio o pintar los muros.

El pintor José Chávez Morado también formó parte del proyecto gracias a la invitación del arquitecto Raúl Cacho, quien lo conocía del proyecto de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Chávez Morado agregó otros materiales a los murales, lo que aumentó la variedad de colores, dando una continuidad al estilo mientras se obtuvieron más tonos.

Podemos ver además los trabajos de Jorge Best, Arturo Estrada, Guillermo Monroy, José Gordillo, Luis García Robledo y Rosendo Soto, maestros que colaboraron en el proyecto haciendo una mezcla de artistas en todo el entorno de la secretaría.

Los murales

La temática presentada por los distintos artistas trata sobre el paso del tiempo en México, desde la época prehispánica hasta el siglo XX, mezclando el transcurso de la historia con las comunicaciones y los transportes en la visión de cada uno.

Para el edificio principal, la parte pictórica la realizó Chávez Morado y se pueden apreciar los siguientes murales: hacia el  poniente, “Los Mayas”; al oriente, “Los Aztecas”; al norte, “La Conquista de la Libertad”;y al noroeste también, “Cuatro Siglos de Comunicaciones”. Sobre la llamada plaza oriente, García Robledo realizó la pieza llamada “Al Héroe del Trabajo”. Por su parte, O´Gorman intervino diferentes muros; en la entrada de Xola, “Canto a la Patria”, que representa las distintas clases sociales que integraban al país; frente a Universidad, “Independencia y Progreso”. Sobre la entrada hacia Eje Central encontramos “Los Libertadores” y, por últimom “Cosmogonías”, que forma los cuatro lados del edificio sobre Xola[ii].

En la esquina de Xola y Universidad se encuentra el trabajo que realizó Chávez Morado, llamado “Cuatro Siglos de Comunicaciones”, quien agregó un poco de información de la técnica: “Los proyectos se hicieron a escala y se pasaron a una plantilla al tamaño natural del muro, la cual se cuadriculó con espacios de un metro cuadrado que recortados se colocaban en un molde de madera con colado de cemento, arena y grava que al fraguarse y sacarse del molde ya traía adheridas las piedras de color. Estas placas de un grosor aproximado de 10 centímetros incluían unas anclas que sirvieron para afianzarlas al muro. La colocación de estas placas siempre se hizo de abajo hacia arriba”[iii].

El resto de los murales corresponden a Arturo Estrada con “Sol de Aire”; “Sol de Tierra y Jaguar” de Guillermo Monroy; “Al héroe del trabajo” de Luis García Robledo; “Sol de Lluvia y Fuego” a Jorge Best, “Sol de Agua”de José Gordillo y por último, “El trabajo obrero y campesino e intercambio de productos”a Rosendo Soto[iv].

Pasando el sismo

La propuesta del Secretario de Comunicaciones y Transportes al siguiente mes del sismo, Gerardo Ruíz Esparza, planteó mantener los murales ahí instalados y construir un nuevo edificio en el mismo sitio utilizando nueva tecnología que permitiera su estabilidad futura. Siendo también que si no se realizaba ahí la obra, los murales podrían ser resguardados en otras instalaciones. Incluso llegó a considerar llevarse los murales al nuevo aeropuerto que se tenía contemplado construir bajo la administración en turno de Enrique Peña Nieto[v].

En este momento surge en diferentes espacios y foros una duda que al mismo tiempo cocinaba una propuesta. A diferencia del evento del 85, el temblor del 2017 pasado no afectó de manera considerable los trabajos artísticos, pero sí las edificaciones, ¿sería posible pensar que al reducir el peso de los predios y mantener el cascarón, podríamos conservarlos dentro de un gran parque?

Es natural pensar que se presenta una gran oportunidad para abrirlo a todas las personas. Sería muy raro encontrar a alguien que en el 2021 prefiriera tener un centro comercial o un condominio vertical mixto en donde podríamos tener un espacio público de ese tamaño y oferta cultural viable.

En el transcurso de estos años, han pasado muchas cosas relevantes para la historia de México y del mundo, hay que resaltar la pandemia que atraviesa el planeta, que ha frenado de alguna u otra forma ciertas cuestiones que se tuvieron que ponderar, de buena o mala forma, para solventar económicamente las situaciones particulares de cada país. Dentro de estos momentos pasados, entre el sismo y hoy, distintas personalidades políticas se han manifestado al respecto del predio, desde la presidencia hasta el alcalde de Benito Juárez. A mi parecer, es positivo que se haya entendido que escuchar a las personas es una buena estrategia política (aunque sea pura faramalla), pero sobre todo que se entendiera que los proyectos de espacio público, mejoras urbanas, desarrollo sustentable y demás concepciones que aumentan la calidad de vida de la ciudadanía, dan votos.

Este texto intenta retomar tales ideas, en un momento donde la luz se alcanza a ver más cerca debido al gran trabajo internacional que ha significado la producción de vacunas. Aunado a que se entiende, cada vez más, la importancia del espacio público y puede llegar a ser, el lugar por excelencia donde próximas pandemias afecten menos a la población, este tipo de propuestas que que incentivan la creación de parques aumentando el metro cuadrado de este tipo de espacios por habitante, son el contrapeso de ciudades como las nuestras en las que cada vez vemos más plazas comerciales y menos parques, más edificios y menos agua.

Pretendemos aprovechar la situación de cierta estabilidad de los murales y de su cascarón debido probablemente a la técnica realizada, quedando expuestos para todas las personas que los visiten, permitiendo en su interior abrirlo a diferentes cuestiones como salas de exposiciones, cine o hasta conciertos pequeños, actividades culturales, espacios de juego y recreación para todos los visitantes, donde se promueva la convivencia o la tranquilidad, áreas de comercio donde se estimule la economía local, y ambientalmente, reducir contaminantes por la cobertura arbórea, promover la captación y absorción de aguas pluviales, defender la utilización de plantas nativas y provocar la visita y vida de fauna local.

Por el momento se encuentra en proceso la declaratoria de Monumento Artístico del predio por el INBAL, será importante estar al pendiente de las condiciones que se establezcan. Por un lado es quizás esperanzador que ante la decisión de hacerlo monumento sea imposible mover los murales, colaborando con toda la idea de hacerlos parte de un nuevo parque. Sin embargo, cabe la posibilidad de que, al mismo tiempo, el equipo tome la postura de la imposibilidad su apertura, lo que provocaría el cierre del sitio y su propuesta de espacio público.

La idea principal es abrir las decisiones del futuro del parque a los usuarios, incluirlos en la gestión desde el inicio, para lograr satisfacer a la mayoría, estimular una sensación de pertenencia de un espacio, de la ciudad y de nuestro entorno juntando así a la sociedad, la academia y a la administración.

Habrá que calibrar los gastos, pensar que una pequeña parte de lo que costaba la operación de las oficinas de la Secretaría podría ser suficiente para mantener el parque. Además, diversas actividades que se pueden llevar a cabo dentro del perímetro presentarán derrama económica hacia el mantenimiento, como renta de locales para venta de productos, visitas guiadas a los murales y exposiciones culturales.

Pensando a futuro, tanto los negocios aledaños como los de bienes raíces, verán reflejados en sus valores e ingresos el aumento económico que significa tener este tipo de espacios en la cercanía, lo cual lleva a pensar que en algún momento una parte del predial en los casos de inmuebles e impuestos para otros establecimientos deberá estar destinado al espacio público y al mantenimiento de parques y jardines. En estos días ya se habla de un aumento en el costo de los predios alrededor del llamado “Ecoducto”sobre Viaducto Miguel Alemán[vi], bastante abandonado en estos momentos y del proyecto de La Mexicana en Santa Fe, donde en los reportes de sitios de bienes inmuebles, ya es notoria la subida de precio en renta y venta de casas y departamentos. EP

Referencias:

[i] Guadarrama Peña, Guillermina U.. (2015). El mosaico mexicano, una aportación al muralismo. Crónicas. El Muralismo, Producto de la Revolución Mexicana, en América; N° Especial.

[ii]https://www.mural.ch/index.php?kat_id=w&sprache=spa&id2=4460&alimit=0&prozess=1&submitted=2&submitted2

[iii] Monroy Becerril, Guillermo.. (2015). El Oficio de Pintar. Crónicas. El Muralismo, Producto de la Revolución Mexicana, en América; N° Especial.

[iv]http://www.eluniversal.com.mx/colaboracion/mochilazo-en-el-tiempo/nacion/sociedad/los-murales-que-han-resistido-mas-de-dos-sismos

[v] https://unamglobal.unam.mx/el-destino-de-los-murales-del-centro-scop-no-debe-decidirse-sin-dialogo-de-por-medio/

[vi]https://www.diariodemexico.com/aumenta-plusval%C3%ADa-en-inmuebles-cercanos-al-ecoducto

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