Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, fue declarado culpable de recibir millones de dólares del Cártel de Sinaloa mientras comandaba la guerra contra el narco. Un jurado de Brooklyn concluyó que la figura más prominente en el combate a los cárteles de la droga era un narcotraficante que ganó más de 400 millones de dólares en el negocio de los estupefacientes.

Poco después, el expresidente Felipe Calderón, jefe directo de García Luna, lanzó un comunicado para decir que él era una víctima de la sentencia a quien fue su funcionario: “la decisión está siendo ya usada políticamente para atacarme”, escribió. Es decir, la víctima del terrible caso era él, y no la población que gobernó, lacerada por las 121 mil personas asesinadas y 22 mil desaparecidas en su mandato. 

De los 14 párrafos de su carta, ni en una sola línea se disculpó por elegir para luchar contra el terror a un operador del terror.

Aquí las 21 disculpas que Calderón —como gesto mínimo— debió ofrecer a los miles de soldados, marinos, policías y ministerios públicos que “arriesgaron y en muchos casos perdieron la vida” (como acepta en su comunicado), así como a los más de 126 millones de mexicanos y mexicanas que gobernó.

Disculpa 1. Por elegir a un narco como líder de la lucha contra el narco.

Disculpa 2. Por elegir a Genaro García Luna como secretario de Seguridad Pública sin saber que era narco, o bien sabiendo que lo era.

Disculpa 3. En caso de no haberlo sabido, por carecer del mínimo mecanismo de control de confianza —pese al poder y la infraestructura de su gobierno— para saber que García Luna era un narco.

Disculpa 4. En caso de haber descubierto durante su presidencia que García Luna era narco, por carecer del valor para removerlo.

Disculpa 5. Por repetir a sus gobernados que su gobierno encabezaría una lucha feroz contra el narcotráfico y poner al frente de esa lucha a un narcotraficante. Es decir, por engañar a la gente con una estrategia simulada que derivó en un asesinato en masa.

Disculpa 6. A los miles de esas mexicanas y mexicanos consagrados a defender al país con las armas como profesión, por ponerles como jefe a un narcotraficante, justo un cabecilla de las bandas a las que ellos enfrentaban y que, por miles, les quitaron la vida.

Disculpa 7. A las familias de miles de mexicanas y mexicanos asesinados que defendieron a México con las armas como profesión, por poner a un narco, a un enemigo de la nación, como jefe de sus familiares ya extinguidos.

Disculpa 8. Por usar millones de recursos públicos en sueldos y demás gastos de un narcotraficante y su secretaría de Estado, dinero aportado por la ciudadanía a través de sus impuestos.

Disculpa 9. Por haber puesto al servicio del narco a la población a través del dinero que ella aporta mediante sus impuestos.

Disculpa 10. Por no indagar —por distracción o a propósito— los 700 millones de dólares de patrimonio que García Luna tiene en Estados Unidos.

Disculpa 11. Al gobierno actual, por tener la osadía de cuestionar su proceder contra la delincuencia organizada pese a que él puso a un criminal al frente de la institución pública que lucha contra el narco.

Disculpa 12. Por exigir su pensión vitalicia como expresidente pese a fallar a su misión de salvaguardar la integridad de los mexicanos.

Disculpa 13. Por convertir su gobierno en un tentáculo más del Cártel de Sinaloa.

Disculpa 14. Por favorecer el enriquecimiento de la más grande organización criminal mexicana.

Disculpa 15. Por fomentar la expansión nacional e internacional de la más grande organización criminal mexicana.

Disculpa 16. Por favorecer, como consecuencia de los tres puntos anteriores, el consumo de sustancias que enferman y matan personas.

Disculpa 17. Por haber impulsado —a sabiendas o no— el asesinato de miles de personas en una guerra dirigida por un funcionario que trabajaba en la delincuencia organizada.

Disculpa 18. Por despertar una ira criminal en los cárteles rivales del de Sinaloa una vez que advirtieron hacia dónde se dirigía el apoyo gubernamental.

Disculpa 19. Por jamás hacer un mea culpa ante la población mexicana por la fallida y dramática designación de García Luna en la Secretaría de Seguridad Pública.

Disculpa 20. Por no presentarse voluntariamente ante la justicia mexicana o estadounidense para esclarecer con información de primera mano la conducta de García Luna, su subalterno.

Disculpa 21. Por fallar al artículo 86 constitucional que al tomar posesión juró (“protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”) al designar en un puesto fundamental a un poderoso criminal. EP

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