
El grupo México en el Mundo presenta una serie de textos sobre el entorno internacional contemporáneo y los ajustes estratégicos que México debe emprender para fortalecer su posición exterior.
El grupo México en el Mundo presenta una serie de textos sobre el entorno internacional contemporáneo y los ajustes estratégicos que México debe emprender para fortalecer su posición exterior.
Texto de Roberta Lajous 27/10/25

El grupo México en el Mundo presenta una serie de textos sobre el entorno internacional contemporáneo y los ajustes estratégicos que México debe emprender para fortalecer su posición exterior.
La visita a México del Secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, el 2 y 3 de septiembre de 2025, marcó el inicio de una nueva era de cooperación bilateral en materia de seguridad, requisito para el avance de las negociaciones comerciales en curso. Rubio reconoció que la cooperación en seguridad y migración, durante los últimos 8 meses, nunca han sido mejores. Sin embargo, llegó justo el día que Estados Unidos atacó una nave atribuida al cartel venezolano Tren de Aragua, en el que fallecieron once personas. Inevitablemente, la conferencia de prensa conjunta fue ocasión para que explicara cómo Estados Unidos va a destruir, ya no solamente interceptar, las embarcaciones que lleven droga a su país. La legalidad de dicha acción está ya en revisión por parte de los legisladores estadounidenses y de la comunidad internacional.
La presidenta Claudia Sheinbaum había anunciado que ya estaba listo para su firma el acuerdo de seguridad entre Estados Unidos y México, cuando la Agencia Federal Antidrogas estadounidense (DEA) arruinó los planes. El anuncio adelantado sobre el programa Portero cayó mal en Palacio Nacional o en algún otro lugar de la geografía nacional. La presidenta Sheinbaum aclaró que se trataba de la capacitación de cuatro agentes mexicanos en Texas. No hubo firma de un acuerdo que incluyera a la DEA, pero al término de la visita de Rubio se emitió un importante comunicado conjunto que recoge los términos de la cooperación bilateral en seguridad, que será ejecutada y evaluada por un grupo binacional de alto nivel. Sería recomendable que ese grupo empiece por evaluar si el uso de la fuerza contra las organizaciones criminales en el mar, al margen de su legalidad, las llevará a usar la ruta terrestre, corrompiendo en su camino a las autoridades de los diversos países de tránsito y de destino.
Mientras no se atienda en paralelo la reducción de la demanda de drogas, disparando balazos, el tráfico solo cambiará de ruta. Se vivió en 1983 cuando la Marina estadunidense selló la península de Florida y la ruta del tráfico se trasladó a la porosa frontera entre Estados Unidos y México. En 1985 se dio el infortunado asesinato del agente Enrique Kiki Camarena, sobre el cual la DEA todavía tiene pendiente un ajuste de cuentas.
El gobierno de México ha proyectado como un éxito comprar tiempo en su negociación comercial con Estados Unidos. Durante la visita de Rubio solo se mencionó la necesidad de que México atienda las barreras no arancelarias. Canadá prefirió acabar con la incertidumbre y aceptar aranceles de 35%. Al día siguiente se puso a trabajar en asegurar que el mayor número de productos sean exentos cuando califican dentro del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y buscar excepciones mediante su extensa red de amigos entre los gobernadores de estados fronterizos, miembros de ambas cámaras del Congreso y exportadores estadounidenses a Canadá. México tendría que hacer lo mismo para tener éxito en su negociación y asegurar la vigencia del T-MEC, sobre todo cuando se dio a conocer que las audiencias para examinar su prolongación iniciarían el 4 de octubre de 2025, en Washington, DC.
El presidente Donald Trump ha cerrado ya acuerdos con sus principales socios comerciales y está cada día más envalentonado en recomponer el orden internacional de manera unilateral. Trump ha elogiado a la presidenta Sheinbaum, pero insiste en que tiene temor de actuar contra el crimen organizado a pesar de la entrega que ha hecho de 55 presos vinculados al narcotráfico y 14 llamadas telefónicas que ambas partes han calificado como productivas. Mientras concluye la negociación comercial, la incertidumbre sobre la tasa arancelaria está paralizando la inversión y se están perdiendo importantes oportunidades para la creación de empleos en México. No conviene esperar más tiempo.
China y México están hoy en la misma canasta de países pendientes de negociación arancelaria con Estados Unidos. No es casualidad, pues nuestro país es el principal socio comercial del vecino del norte. La pregunta es cómo va a manejar Estados Unidos su competencia estratégica con China y qué papel desempeñará México con su socio estadounidense. Considero que Washington necesita a sus socios del T-MEC para ser más competitivo. Pero Estados Unidos está cobrando a sus vecinos la cuenta del fentanilo que ingresa a través de las fronteras comunes, mientras la restricción del ingreso de los precursores para su producción también podría sea parte del acuerdo pendiente con Beijing. Ya se dio un paso adelante para establecer la coordinación en materia de seguridad bajo principios que México ha fijado; ahora es el momento de hacerlo también en el tema comercial.
Por desgracia, México ha debilitado su andamiaje institucional para garantizar las reglas de mercado, que exige el T-MEC. Será necesario recuperarlas, sustituirlas o diseñar nuevas instituciones para ser un socio confiable. Habrá que buscar la manera de que el poder judicial tenga autonomía, a pesar de su sesgo partidista. México necesita ser un país más atractivo, con mayor seguridad, mejor infraestructura y un cuidado esmerado del medio ambiente. Para poder competir internacionalmente, necesita mejorar la educación y la salud de la población. Tiene que convertirse en un país donde los mexicanos sean más productivos y los millones de visitantes que recibe cada año quieran regresar.
El contexto mundial ha cambiado radicalmente con el segundo mandato de Trump. Para navegar en las turbulentas aguas provocadas por la estrategia unilateral proteccionista del principal socio comercial, aunada a los focos de tensión internacional explosivos en Ucrania y el Medio Oriente, México necesita trazar una nueva hoja de ruta. La diplomacia mexicana tiene que recordarle al mundo, empezando por sus vecinos, que es un país con personalidad propia, con iniciativa y con capacidad de incidencia regional y mundial. Parece que se le olvida que es la decimotercera economía del mundo, con una fuerza de trabajo envidiable, una posición geográfica privilegiada y una cultura milenaria. Si quiere mantenerse dentro del proyecto institucional de integración norteamericana, que es su mejor opción, tiene que hacerlo como un socio vigoroso que aporta propuestas y soluciones. No puede limitar su acción diplomática a Norteamérica, por lo que tiene que recuperar su presencia en el mundo. EP