Las etapas de la política proteccionista americana hasta la guerra de Trump

Francisco Suárez Dávila, del grupo México en el Mundo, analiza la política comercial de EUA desde Hamilton hasta Trump. ¿La historia se repite con aranceles destructivos?

Texto de 21/04/25

Francisco Suárez Dávila, del grupo México en el Mundo, analiza la política comercial de EUA desde Hamilton hasta Trump. ¿La historia se repite con aranceles destructivos?

Analizar la política comercial de los Estados Unidos desde su perspectiva histórica no es un ejercicio académico. Permite comprender mejor la ilógica, las motivaciones y los fines de la catastrófica política arancelaria de Trump. Robert Lighthizer, representante comercial de los Estados Unidos en su primer gobierno y cercano asesor en el actual, escribió en 2023 el libro No Trade is Free Trad. Contiene un revelador capítulo: Una breve y selectiva historia de la política comercial de Estados Unidos”. En ella contrapone 2 modelos: el actual de globalización y libre comercio, nocivo y abusivo de los intereses de Estados Unidos, que permitió el ascenso de China y subsidió al resto del mundo a través de sus déficits comerciales. Ello frente al “sistema americano” que impulsó el Presidente McKinley desde 1890 —públicamente elogiado por Trump— que continuaron sus sucesores republicanos y que utilizó una agresiva política de proteccionismo arancelario para acelerar la industrialización de su país. Éste es el referente histórico que imita Trump y es la hipótesis que refuerza el economista Ricardo Barrientos que escribe que las políticas comerciales de Estados Unidos regresan al siglo XIX”.

Resumo las principales fases:

La política comercial proteccionista de Estados Unidos nace prácticamente con su independencia. Su creador es el muy talentoso Alexander Hamilton, designado en 1789 como el primer secretario del Tesoro. Su política se sustenta en un marco teórico: el Informe sobre las Manufacturas, que presenta al Congreso en 1791 y propone el uso de aranceles elevados para proteger las industrias “nacientes” y defenderse de las importaciones inglesas. Representa uno de los primeros ejemplos en el mundo de una política industrial.

La “Época Dorada” del impulso de la política de altos aranceles para impulsar la industrialización (1890-1910). El debate entre el libre cambio y el proteccionismo sería uno de los grandes temas político-electorales de Estados Unidos, concluido el proceso de reconstrucción después de la Guerra Civil. El partido Demócrata sería librecambista, el Republicano proteccionista. Uno de los principales impulsos a la política de proteccionismo arancelario la daría Mckinley que como legislador logra la aprobación en 1891 de una ley llamada “la Tarifa McKinley” que eleva los aranceles a más del 40 % en forma generalizada. Su objetivo deliberado es impulsar la producción industrial doméstica y frenar la importación de productos del exterior. En 1897 es electo Presidente. Durante su gobierno se aprueba otra ley arancelaria “Dingley” que aumenta aún más los aranceles y logra gran superávit comercial. Es también “expansionista”, absorbe Filipinas, Puerto Rico e independiza Cuba de España. Su sucesor el “progresista” Teodoro Roosevelt, también republicano, Presidente de 1901 a 1909, combate los grandes conglomerados (trusts), pero mantiene las mismas políticas arancelarias, continúa la política expansionista del “gran garrote” (big stick) y del “gunboat” (ahora sería tariff) “diplomacy” y construye el Canal de Panamá. Este periodo de 1890 a 1910 será uno de los de más rápido crecimiento para la economía americana, que supera a la  librecambista Inglaterra, el principal rival, como ahora China. Ciertamente hubo otros factores como la gran dimensión de la economía y grandes recursos naturales, su integración a través de la inversión en la gran red de ferrocarriles y el papel de los grandes capitalistas (los “robber barons”), Vanderbilt, Carnegie, Morgan, Rockefeller. Por ello la época se llamó la “Época Dorada” y Trump se refiere a ella. Irónicamente, Mark Twain la llamó solo la “Gilded Age” (época de oropel).

Después sobreviene una breve época de moderación arancelaria cuando en 1913 es electo Presidente Woodrow Wilson, demócrata, que actúa para reducir las “tarifas” con la ley de 1913 y logra revertir momentáneamente la tendencia proteccionista.

La Segunda Fase (1929-1933) representa la Gran Depresión y la catastrófica Ley “Smoot-Hawley”. En 1929, se inicia la Gran Depresión bajo la presidencia de Hoover. En 1930, para defender el empleo y la producción nacional y lograr mayores ingresos para sus “finanzas sanas”, introduce la “Tarifa Smoot-Hawley” que impone fuertes aranceles de hasta casi 60 % a casi todo el mundo. Ello desata una gran guerra comercial, no solo a través de aranceles, sino todo tipo de barreras y devaluaciones competitivas, lo que se llamó apropiadamente “beggar thy neighbor policies”. No fue la principal causa de la Depresión, pero sí la agravó y sobre todo causó la destrucción del sistema de comercio mundial prevaleciente. Fue considerada una de las mayores calamidades económicas; “un producto de la estupidez y la avaricia”, frase del destacado periodista liberal Walter Lippmann… y se aplica a Trump ahora.

La Tercera Fase se da durante el “Nuevo Trato de Roosevelt” y podemos denominarla la de la política de aranceles recíprocos (1930 y 1940). El presidente Roosevelt es electo en 1933. Su principal preocupación es sacar a su país de la Gran Depresión, para lo cual configuró el “New Deal” con políticas fiscales expansionistas. Entendió que las guerras comerciales habían sido una de las causas de la Segunda Guerra Mundial y de grandes problemas. Su gran secretario de Estado, Cordell Hull había venido impulsando la importante ley, el “Reciprocal Trade Agreement Act” que el Congreso aprobó en 1934. Las condiciones habían cambiado, Estados Unidos ya era un gran exportador, inclusive de manufacturas, y requería que otros le abrieran sus economías. El instrumento utilizado fue negociar Acuerdos de Comercio recíproco, no como ahora, para aumentar aranceles contra sus competidores, sino para bajárselos a los que dieran condiciones similares de reducción de barreras y apertura a sus exportaciones. Se hicieron Acuerdos con decenas de países. Entre los primeros: Canadá, Inglaterra y Cuba. México pactó su propio Tratado de Comercio Recíproco en 1942, antecedente del TLCAN.

La Fase Cuarta significa el avance hacia un nuevo Orden Económico Comercial Mundial, basado en reglas e Instituciones con la creación del GATT (1947-1993). En la reconstrucción del orden global, Roosevelt y los líderes americanos que habían promovido la creación de las Naciones Unidas, del FMI y el Banco Mundial, consideraron indispensable avanzar en materia de liberalización comercial. Para ello se convoca a la Conferencia de la Habana en 1947 para crear ese eslabón que faltaba, una organización que estableciera y aplicara las reglas para el comercio mundial, el GATT. México no participó bajo el argumento de retener plena libertad para el uso de los instrumentos de política comercial para el desarrollo; ingresa al GATT 40 años después.

En la Quinta Fase se da la implantación del nuevo orden mundial, el “despegue” de la era de la globalización y la marcha hacia el libre comercio (1993-2001). El GATT se transforma en 1993 en la Organización Mundial de Comercio. Se inician también grandes rondas de negociación multilateral para la liberalización de comercio, como la muy importante Ronda Uruguay de 1995. La tendencia es reducir restricciones, no solo al comercio de manufacturas, sino también en la agricultura y los servicios. Se inicia la época de los tratados de libre comercio, como el TLCAN de 1994 y muchos otros. Estamos ya en los 90, en plena época del neoliberalismo. China ingresa a la OMC en 2001. El crecimiento de las naciones asiáticas se sustenta en la dinámica de sus exportaciones, aprovechando la liberalización comercial. También es una época de auge de la cooperación internacional. Se da el vigoroso desarrollo de la Unión Europea.

Con el nuevo milenio se producen nuevas tensiones en el sistema económico mundial. La crisis bancaria y la Gran Recesión de 2008. Después, la crisis económica provocada por la pandemia de covid en 2019. La política económica se orienta en el sentido de políticas fiscales compensatorias y también se da el resurgimiento de políticas proteccionistas con un comercio mundial en contracción.

En la nueva Fase, que ahora se inicia, resurge el proteccionismo extremo e insensato con la reelección de Trump en 2025 —la “Era del Caos”— que amenaza con dramáticos cambios sistémicos. La política de “aranceles recíprocos” que afecta a más de 100 países, sin distinguir entre aliados y rivales, representa la destrucción del orden internacional, creado en la inmediata posguerra por su país, de la alianza atlántica y transpacífica, y el fin de la era del libre comercio. Ocurre en el peor momento: peligrosas guerras en Europa y Medio Oriente con riesgo de escaladas; economías al borde de la recesión, polarización  social y dramáticos cambios políticos hacia el populismo autoritario y la extrema derecha. Está provocando ya los inicios de una guerra arancelaria que se da entre las dos potencias hegemónicas. Se crea un ambiente de gran incertidumbre y volatilidad, lo cual se refleja en el desplome inicial de las Bolsas. Para The Economist, aún con la pausa, las tarifas americanas representan la política más disruptiva en la historia del comercio global”.
10º Concluyo destacando la importancia del recorrido histórico. Viene a cuento la célebre frase: “quien no conoce la historia… o la interpreta mal (Trump)… está condenado a repetir sus errores”. En el recorrido de las etapas se cierra el círculo que se inicia con el modelo de proteccionismo-arancelario de McKinley para lograr la industrialización y la hegemonía, frente a Inglaterra (ahora China), la destructiva ley “Smoot-Hawley” de los 30 que agudizó la Depresión y destruyó el sistema comercial. Ahora en la era Trump renace hasta con el mismo nombre, el arma de los “acuerdos de aranceles recíprocos”, con amenaza de aplicación general con fines proteccionistas y para presionar por concesiones, generando el fin del orden global existente, creado en la postguerra. Renace el nuevo “expansionismo”, ahora Groenlandia, Panamá y aún Canadá. Desde luego, al cerrarse el ciclo, se presenta nuevamente, como en 1945, la oportunidad de reconstruir y reformar todo aquello que no estaba funcionando bien. Situación, sin embargo, peligrosa e incierta, cuando no están definidos, ni los nuevos rumbos, ni existen los liderazgos visionarios. EP

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