Observatorio Internacional: Poblaciones migrantes

Este mes, Susana Chacón analiza la situación actual de las poblaciones migrantes en México.

Texto de 27/09/23

Este mes, Susana Chacón analiza la situación actual de las poblaciones migrantes en México.

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Estas últimas semanas hemos visto en todos los medios, primeras planas, redes sociales, noticieros, fotografías de miles de personas tratando de atravesar el país para llegar a Estados Unidos. Pareciera que nos hemos acostumbrado a esas imágenes y que no pasa nada. Se trata de familias completas, adultos y niños solos que salen de sus países dado que carecen de condiciones adecuadas de vida. Particularmente vienen de Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Ecuador, Colombia, Cuba, Guatemala, Haití por mencionar los más importantes. En todos estos países los regímenes totalitarios y la falta de instituciones sólidas ocasionan no sólo problemas económicos, sino la constante violación de derechos humanos y la total impunidad e inexistencia de estado de derecho. Además, se suman las consecuencias del cambio climático que se traducen en sequías, falta de alimentos, crisis energéticas y condiciones insalubres que profundizan los niveles de pobreza y desigualdad. El problema se incrementó aún más como consecuencia de la pandemia del Covid.

En la situación actual, muchas de las personas que salen de sus países no lo hacen por razones económicas exclusivamente. Huyen en busca de refugio o de asilo político, ya que son perseguidos o han sufrido eventos de violencia insostenibles. Al no ser migrantes regulares, lo que menos quieren es regresar a sus respectivos países. No pueden regresar ya que están amenazados.

Desde antes de que comenzara este sexenio, López Obrador ha manejado muy mal el problema de la migración. Desde finales de 2018, ha aceptado las condiciones impuestas por Estados Unidos de convertirse de facto en un Tercer país seguro, y ha ocasionado enormes costos sociales a las poblaciones fronterizas a las que llegan los migrantes tanto en la frontera sur como en la del norte del país. No hay recursos para mantener albergues y los que existen han ocasionado costos humanos a quienes llegan por tiempos cortos o largos. Las estaciones migratorias se convierten en cárceles para los migrantes y nadie se hace responsable de lo que en estas sucede.  Las condiciones en las que viven son insalubres, por decir lo menos.

“Las estaciones migratorias se convierten en cárceles para los migrantes y nadie se hace responsable de lo que en estas sucede.  Las condiciones en las que viven son insalubres, por decir lo menos”.

Pareciera que no importa que se trata de personas que vienen de situaciones muy delicadas, pareciera que son delincuentes y como tal se les trata. No interesa saber los riesgos a los que se exponen al tratar de cruzar por el territorio mexicano. No sólo por extorsiones de funcionarios mexicanos, sino por el latente peligro de ser captados por el crimen organizado. 

Vemos las imágenes de miles de personas tratando de subirse a la parte alta de los trenes de carga, como si fuese una práctica cotidiana de transporte del sur al norte de México. No sólo exponen sus vidas, sino también ocasionan problemas a las compañías ferroviarias (FERROMEX) que crecientemente se enfrentan a problemas al llegar a los puntos fronterizos. En estas últimas semanas han preferido que varios trenes no circulen asumiendo los costos económicos que esto implica. 

Efectivamente, el tamaño del problema es inconmensurable. No sólo para las localidades mexicanas, sino también para las estadounidenses. A la frontera sur de México están llegando de 6000 a 11000 personas diarias de América Latina.

A las ciudades fronterizas estadounidenses llegan de 2000 a 5000 personas diarias dependiendo del estado al que crucen. Poblaciones pequeñas como Eagle Pass,  Texas, que al menos reciben mil personas diarias cuando cuentan con un albergue cuya capacidad no es mayor a cuatrocientas personas. Ciudades como El Paso, San Diego y la misma Eagle Pass, todas en Texas, se encuentran en estado de emergencia y en esta semana se han dado de 3500 a 8000 detenciones. Las personas prefieren cruzar a pesar de los costos y no esperarse en territorio mexicano ya que temen por su vida. Las ciudades desde el Pacífico hasta el Golfo de México han sido afectadas en ambos lados de la frontera.

Ahora México llegó a un nuevo acuerdo con Estados Unidos, se habla de instrumentar un plan para regresar/repatriar a las personas a sus países de origen sin considerar las razones por las cuales salieron. Se comprometieron en coordinación con aduanas, protección fronteriza y FERROMEX a deportar migrantes por tierra y por aire. Se buscará establecer puntos de control a lo largo de la ruta ferroviaria en los que participará el Instituto Nacional de Migración; México se comprometió a tener negociaciones con los los gobiernos de Venezuela, Brasil, Nicaragua, Colombia y Cuba para confirmar que aceptarán en sus países a las personas repatriadas desde la frontera México-Estados Unidos. Se comprometió, además, a detener el flujo de migración irregular organizada por el crimen organizado. 

¿Cómo se piensa llevar a cabo esto? Es una buena pregunta. Desde inicios del sexenio en que se despliega a la Guardia Nacional, sobre todo en la frontera sur, vemos que el problema no se ha contenido y más bien sucede lo contrario. Las poblaciones migrantes son cada vez mayores. A esto se suma que la migración de mexicanos se ha incrementado y en muchos de los casos por los niveles de violencia que viven en sus localidades como Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, Guerrero, entre otras. Cada vez son más los mexicanos que buscan salir. La falta de estado de derecho y los alcances del crimen organizado ocasionan que territorios enteros sean despoblados.  Familias completas se mueven a la frontera norte. Veremos cuál será la reacción del gobierno estadounidense cuando asuman el número de mexicanos que están entrando de nuevo a su país. La falta de políticas públicas adecuadas en este sexenio ha ocasionado un problema mayor.

“Las poblaciones migrantes son cada vez mayores. A esto se suma que la migración de mexicanos se ha incrementado y en muchos de los casos por los niveles de violencia que viven en sus localidades como Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, Guerrero”.

La migración ha existido siempre y no es un fenómeno nuevo. Vemos lo que sucede en el Mediterráneo, tratando de llegar a Europa y es tan grave como lo que pasa en nuestro país. Poblaciones migrantes urgidas de establecerse en países que les ofrezcan mejores condiciones de vida, de seguridad y de desarrollo. Por más acuerdos a los que se llegue entre los gobiernos de México y Estados Unidos, difícilmente habrá una solución mientras los países expulsores carezcan de instituciones fuertes, de economías sólidas y de estado de derecho. De nuevo, los modelos totalitarios son quienes más ocasionan poblaciones migrantes. EP

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