Elecciones en Palaos: el “cuñadismo” llega a Micronesia

Más allá de las elecciones que han acaparado los reflectores mediáticos en Estados Unidos, César Morales Oyarvide escribe sobre el proceso electoral presidencial que tendrá lugar el próximo 5 de noviembre en Palaos, y sobre las implicaciones geopolíticas de este aparentemente pequeño ejercicio democrático.

Texto de 01/11/24

Surangel Whipps Jr

Más allá de las elecciones que han acaparado los reflectores mediáticos en Estados Unidos, César Morales Oyarvide escribe sobre el proceso electoral presidencial que tendrá lugar el próximo 5 de noviembre en Palaos, y sobre las implicaciones geopolíticas de este aparentemente pequeño ejercicio democrático.

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El próximo 5 de noviembre, Estados Unidos no será el único país que vaya a las urnas. Palaos, un conjunto de islas de la Micronesia con alrededor de 20 mil habitantes, elegirá ese mismo día a su presidente. Los contendientes: dos hombres que, además de rivales, son cuñados. A continuación, un contrapunto para mostrar que puede haber análisis electoral más allá de Donald Trump y Kamala Harris.


Hoy la mayoría de las noticias políticas se centran en las elecciones en los Estados Unidos, donde Donald Trump se enfrenta a Kamala Harris en busca de la presidencia. Y con sobrada razón. La perspectiva de una vuelta al poder de Trump, un criminal convicto con un discurso cada vez más abiertamente violento y racista, es un auténtico peligro. Ahora bien, como contrapunto a esa elección, y quizá como un escape a las preocupaciones que genera en los lectores, propongo mirar un momento hacia otro lado. A la República de Palaos, por ejemplo, uno de los países más jóvenes y menos poblados del mundo, en pleno Océano Pacífico, en donde este mes también se celebran elecciones. En ellas, dos políticos sin partido, Surangel Whipps y Tommy Remengesau, se disputan la presidencia.

“[…] Surangel Whipps y Tommy Remengesau, se disputan la presidencia.”

Hace algunos años un curioso fenómeno inundó la conversación pública española, sobre todo en el mundo digital: la aparición del “cuñadismo”. La palabra, que tradicionalmente había hecho referencia al nepotismo y al favoritismo hacia los cuñados, sobre todo en la política, comenzó a emplearse para describir otra cosa: la tendencia de algunas personas a opinar sobre cualquier asunto, aun desde la ignorancia, queriendo aparentar ser el más listo. La cosa llegó al punto de que los españoles comenzaron a debatir sobre la importancia del “voto cuñado”, como si se tratara de una fuerza política. El término tenía que ver con las conductas que popularmente se le atribuyen a estos personajes, especialmente en los eventos familiares. Lo recuerdo porque, al pensar en Palaos, uno no puede evitar imaginar la tensión en las familias de los dos candidatos a la presidencia de este año. La razón: además de rivales, son cuñados.

El próximo martes, el presidente actual, Surangel Whipps Jr., se enfrentará al expresidente Tommy Remengesau Jr. La contienda, como señala el portal Radio New Zealand, es de hecho el reverso de la elección de 2016, cuando Whipps, que entonces era senador, desafió en una elección al presidente Remengesau. En aquella ocasión, el margen de victoria del segundo fue de poco más de 200 votos. Lo interesante del caso es que las opiniones de los palauanos sobre esta elección, en la que la presidencia “quedará en familia”, son muy distintas a lo que uno podría esperar.

En México, inmersos como estamos en un proceso de reforma al Poder Judicial que está motivado, al menos en la retórica, por el problema del nepotismo, los vínculos entre familia y política son vistos con suspicacia. Razones no nos faltan: el favoritismo hacia familiares es un problema en prácticamente todas nuestras instituciones públicas: desde el gobierno hasta los congresos, pasando por los partidos políticos y los sindicatos. Incluso en Morena, que se ha presentado siempre como una fuerza política plebeya, hoy existen redes que se asemejan mucho, como señaló Viridiana Ríos, a auténticas “dinastías”. El recambio generacional de nuestra clase política se asemeja, muy a menudo, como lo definió un buen amigo, a una “nueva hidalguía”.

Sin embargo, en el caso de Palaos la polémica está en otro lado. Dada la importancia que tienen los lazos familiares en este país de Micronesia, los cuestionamientos, tanto en 2016 como hoy, no se centraron en señalamientos de nepotismo, posibles conflictos de interés o en el acaparamiento de los espacios políticos por un grupo familiar. De acuerdo con el periodista Ongerung Kesolei, lo que ha molestado a un conjunto de la población es lo inapropiado  —lo socialmente incómodo— que resulta ver a dos familiares compitiendo. No se sabe hasta qué punto esto haya penalizado —o pueda penalizar hoy— al candidato retador. Lo que es un hecho es que hay un factor cultural idiosincrático que no ve con buenos ojos que un candidato busque disputarle un cargo de elección a un miembro de su propia familia.

¿Cuáles son los pronósticos para la elección? Frente a las ventajas que puede tener el hacer campaña desde la presidencia, se espera que la popularidad de Remengeseu, que ha resistido el paso del tiempo, represente una fuerte amenaza a la continuidad en el cargo de su cuñado. De hecho, esta nueva candidatura del expresidente no ha estado exenta de polémica. Durante el verano, los partidarios de Whipps solicitaron formalmente a la Comisión Electoral de Palos descalificar a Remengeseu, argumentando que la Constitución le prohíbe buscar un nuevo mandato (de ser electo este mes, sería presidente por quinta vez). La solicitud fue finalmente desestimada.

Aunque sin dejar de señalar el vínculo familiar que los une, la prensa local ha subrayado las diferencias entre los perfiles de ambos candidatos. Uno, un líder carismático; el otro, un exitoso hombre de negocios. Ambos, sin embargo, han adoptado una estrategia de campaña similar, enfocada en el contacto personal y las visitas casa por casa, una práctica común en la isla. Con todo, lo que hace más sui generis esta campaña es que los actos proselitistas más vistosos no se han llevado a cabo en Palaos, sino en lugares fuera de la isla, como Guam, las Islas Marianas o en Estados Unidos, donde reside una amplia comunidad de palauanos, sobre todo en la Costa Oeste y Texas.

Y es que Palaos tiene una larga historia con Norteamérica. Los Estados Unidos fueron la última potencia que controló el archipiélago —luego de españoles, alemanes y japoneses. Las islas se independizaron en 1981, pero conservan una relación especial con Washington, como un Estado Libre Asociado. Los dos candidatos que hoy se disputan la presidencia palaoana estudiaron en los Estados Unidos y Whipps inclusive nació en Baltimore, la ciudad más poblada de Maryland.

De hecho, uno de los principales logros más celebrados del presidencia actual ha sido el haber logrado que todos los estudiantes palauanos sean elegibles para tener tasas preferenciales en las universidades públicas estadounidenses. Ahora bien, Estados Unidos también está vinculado con una de sus acciones más criticadas. Frente a una creciente preocupación por la llegada del fentanilo a Palaos, Remengesau ha prometido restituir una agencia especial antidrogas. Esta propuesta aparentemente sencilla, como señalan en el portal Islands Business, ha recordado a los palauanos que la Oficina de Seguridad Pública de Whipps hoy opera sin su director, Cary LeVitre, que fue designado en abril de 2023, pero que pasa la mayor parte del tiempo en su casa en Estados Unidos.

En lo que hay relativo acuerdo entre ambos candidatos es su interés en la continuidad de esta especial conexión con Washington y, de forma simultánea, su cercanía con Taiwán. Aquí se abre otra vertiente inesperada de esta pequeña elección. En enero de este año, contábamos cómo la elección de enero en esta otra isla del Pacífico era crítica para el equilibrio geopolítico entre China y los Estados Unidos. De forma más modesta, Palaos también es parte de este juego.

El pasado mes de agosto, el gobierno de Taiwán acusó a China de acosar a Palaos a causa de sus relaciones diplomáticas con Taipéi. De acuerdo con la denuncia, China habría hecho del turismo un arma política, al desincentivar los viajes a Palaos como una manera de ejercer coerción e intimar económicamente al país.  Al respecto, el propio presidente Whipps declaró que China le había comunicado abiertamente que no debía reconocer a Taiwán, un país que para Beijing sigue siendo una “provincia rebelde”. Como resultado, el temor de que China pueda intervenir en las elecciones palauanas para avanzar sus intereses en el Pacífico, especialmente a través de la difusión de noticias falsas y manipulación, ha sido una constante durante la campaña.

“Palaos se mantendrá en la incertidumbre sobre la identidad de su nuevo presidente al menos por una semana…”

Un último elemento dota de especial emoción a la elección palauana: la disputa entre Remengesau y Whipps no sólo será cerrada, sino que su veredicto no llegará de inmediato. Palaos se mantendrá en la incertidumbre sobre la identidad de su nuevo presidente al menos por una semana tras el 5 de noviembre, pues son los votos de su diáspora, especialmente la residente en Estados Unidos, que toman días en llegar, los que decidirán el triunfo de uno de los cuñados candidatos. EP

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