
El grupo México en el Mundo presenta una serie de textos que abordan los desafíos para la política exterior de México al inicio de la nueva era Trump.
El grupo México en el Mundo presenta una serie de textos que abordan los desafíos para la política exterior de México al inicio de la nueva era Trump.
Texto de Jorge A. Schiavon 26/02/25
El grupo México en el Mundo presenta una serie de textos que abordan los desafíos para la política exterior de México al inicio de la nueva era Trump.
Frente a los grandes desafíos que le plantea el mundo de hoy y el reto que implica la segunda presidencia de Donald Trump a partir del 20 de enero de 2025, sumado a las oportunidades que abre a su desarrollo, México no cuenta con el andamiaje y las capacidades institucionales, presupuestales y de coordinación interinstitucional para prever y responder con una visión estratégica en materia de política exterior. Por el contrario, la política externa está lejos de tener la alta prioridad requerida dentro de la acción gubernamental, se encuentra mal coordinada entre los actores relevantes en la materia y, más lejos aún, de ser una política de Estado que detente el respaldo de sectores que son clave en la vida nacional.
Esta ha sido la realidad por lustros ⸺por ejemplo, el presupuesto de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) siempre ha sido muy bajo, entre 0.3% y 0.4% del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF)⸺, pero en años recientes ese fenómeno adverso y costoso para el país se ha acentuado en forma notable, al caer a 0.18% del PEF en 2024. Para el PEF de 2025, se ha anunciado un recorte adicional del presupuesto de la SRE de 7.01% con respecto a 2024. Esto ha respondido al desconocimiento sobre la naturaleza, el alcance y el potencial que tiene la política exterior para contribuir a la defensa y la promoción del interés nacional y, con ello, al progreso y el bienestar económico y social de los mexicanos. Más que utilizarse como instrumental para actuar con una visión de largo alcance, generalmente ha sido el vehículo para atender cuestiones de interés político coyuntural con visión de corto plazo.
El inicio del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum (2024-2030) es una oportunidad para establecer una política exterior de Estado que esté entre las más altas prioridades en la edificación de un proyecto nacional, uno que asegure al país estabilidad, gobernabilidad y progreso para todos. Tal política deberá, por definición, coordinar, sumar y conjugar la participación de los sectores político, gubernamental (de los tres poderes de la Unión y de los tres órdenes de gobierno), empresarial e intelectual con otros relevantes de la sociedad, de manera que se produzca una visión compartida que trascienda los intereses parciales de grupos de poder que más influyen en la vida nacional. Cabe admitir en tal sentido que la sociedad mexicana tampoco le ha dado a la política exterior el lugar destacado que debiera ocupar en los asuntos públicos.
“El inicio del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum (2024-2030) es una oportunidad para establecer una política exterior de Estado que esté entre las más altas prioridades en la edificación de un proyecto nacional, uno que asegure al país estabilidad, gobernabilidad y progreso para todos”.
Para que la política exterior tenga la alta prioridad que merece y sea una política de Estado, el gobierno de Sheinbaum deberá crear el andamiaje institucional y las condiciones para que la SRE, como eje de una acción gubernamental concertada y con apoyo de la sociedad, cuente con las condiciones políticas e institucionales que son necesarias para cumplir con sus objetivos. A unos meses de su toma de posesión, aún no se corrige el desmantelamiento de las capacidades institucionales de la Cancillería. Para hacerlo, es fundamental que, cuando menos, en términos de andamiaje y de capacidades institucionales, la SRE: