Cultura (también) es crear hábitos

Alejandro Gómez Escorcia hace una revisión a algunas cuentas de las redes sociales, indicando la forma en la que su existencia ha sido generadora de hábitos en la cotidianidad, fuera de la pantalla. Y argumenta por qué eso también es cultura. ¿Cuáles son los hábitos que hemos adquirido a partir de las cuentas que seguimos?

Texto de 10/11/21

Alejandro Gómez Escorcia hace una revisión a algunas cuentas de las redes sociales, indicando la forma en la que su existencia ha sido generadora de hábitos en la cotidianidad, fuera de la pantalla. Y argumenta por qué eso también es cultura. ¿Cuáles son los hábitos que hemos adquirido a partir de las cuentas que seguimos?

Tiempo de lectura: 7 minutos

En México existe un consenso social sobre lo que puede significar la palabra cultura: Se dice que son productos como artesanías, pinturas, esculturas, películas o libros; o también servicios, casi siempre escénicos, como la danza, el teatro o la música en vivo. Y en esa doxa sobre cultura también están los artistas geniales y los públicos espectadores; o gestos como la conmoción, las lágrimas, la risa y los aplausos.

Estas circunstancias y situaciones están presentes y se pueden palpar en los lineamientos de las políticas gubernamentales, en los bordes de las prácticas artísticas que éstas institucionalizan y en los desconocidos deseos de las personas que miran, leen y escuchan los materiales culturales producidos.

Afortunadamente, la cultura no sólo es esto. La intensa irrupción del metaverso[1] digital en la vida de las personas —que puede contar prácticamente tres décadas— ha ampliado y puesto en crisis el concepto de cultura antes descrito. Y en primera instancia, ha permitido desnacionalizar, en cierta medida, los contenidos que circulan.

Además, ahora ya no sólo hay artistas; también hay usuarios, consumidores, produsuarios y prosumidores. Ya no sólo hay danza profesional, sino también coreobailarines amateurs para pantallas verticales. Al cine se han sumado creadores audiovisuales que a veces etiquetan sus videos como arte y otras como shitpost.[2] Ya no sólo hay obras y proyectos que ver, sino que es posible encontrar flujos donde suceden diálogos, resolución de problemas, compraventas y otras transacciones más allá de la simple contemplación.

“…la idea misma de “crear” no sólo se entiende como producir una obra, sino también como compartir un tutorial, diseñar una infografía, programar un bot y, por supuesto, hacer memes.”

Esta extensión y renegociación de la idea de cultura no sólo es relevante para apreciar las mutaciones de las expresiones artísticas, sino porque en esta red multidireccional la idea misma de “crear” no sólo se entiende como producir una obra, sino también como compartir un tutorial, diseñar una infografía, programar un bot y, por supuesto, hacer memes. En otras palabras, la cultura en su dimensión digital nos ha recordado que no sólo existen y son valoradas las industrias culturales[3], sino que ahora también circulan infinitesimalmente un conjunto de formas de ser, hacer y existir no institucionalizadas que nos permiten habitar el mundo de una mejor forma ante las crisis que atraviesa la especie. Y eso también es cultura

El mundo ha llegado a este punto de crisis ambiental, social y económica contemplando espectáculos que llamamos cultura. Y tal vez es tiempo para repensar esta posición casi siempre pasiva que implican los muros, las páginas de papel, las butacas y las pantallas. 

“Y tal vez es tiempo para repensar esta posición casi siempre pasiva que implican los muros, las páginas de papel, las butacas y las pantallas.”.

En este texto quiero enumerar algunas iniciativas que bajo esta perspectiva considero como culturales. No sólo son repositorios consultables de piezas creadas autoralmente, sino que devienen y aparecen en las digitalidades como asistentes tecnológicos, sociales, económicos e incluso emocionales que operan de forma colectiva. 

La selección de los perfiles de Instagram y bots de Twitter que sigue a continuación está basada también en aquello que parece urgente para la sobrevivencia de la especie: la ingesta bajo la industria agroalimentaria, el uso adulto de sustancias psicoactivas, la adicción a las redes sociales, la salud mental ante las diversas crisis que atravesamos, los discursos de odio entre personas, así como el miedo al futuro inmediato como espíritu de época transgeneracional.

IG: @lagloriavegana

Una de las hipótesis científicas acerca del origen del SARS-CoV-2 señala que es un virus zoonótico, es decir, que fue transmitido a humanos desde otras especies. Y esto se implica directamente con las industrias agroalimentarias, que son la principal actividad humana que genera deforestación y comercio de animales para su consumo. La pregunta sigue abierta: ¿El consumo masivo de animales generó la pandemia que aún vivimos? Mientras los científicos y las corporaciones negocian una respuesta, la argentina Gloria Carrión nos invita a reducir el consumo de alimentos de origen animal en su perfil de Instagram. 

En @lagloriavegana no encontrarás un regaño por comer un pedazo de carne o un pescado, ni sermones moralizantes para hacerse vegano o vegetariano, sino algunas opciones sencillas, e incluso divertidas, para contribuir no sólo al abandono del consumo animal, sino a explorar otras formas de ingesta y sus efectos en el cuerpo. 

Hábito replicable: Comas lo que comas, este perfil invita a realizar #Batchcooking, una forma de cocinar abundantemente, refrigerar y ocupar cuando sea necesario. Esta técnica contribuye a optimizar el ritmo de ingesta del cuerpo y a reducir el consumo de alimentos fuera de casa. 

IG: @cannativa_

El consumo de mariguana sigue estigmatizado en México y muchos otros países. Genera rechazo e incluso una injusta demonización de sus usuarios. A pesar de su mala fama, generada por el prohibicionismo diseñado por gobiernos y la industria farmacéutica desde hace poco más de 100 años desde Estados Unidos y Europa, la mariguana es una planta que hoy aparece no sólo como una opción para la recreación física y mental sino como una alternativa medicinal, económica e industrial. Muestra de esto es el creciente uso del cannabinoide CBD para transtornos en el sistema nervioso, la creación de criptomonedas basadas en semillas de cannabis o la explotación del cáñamo en sectores textiles. 

En @cannativa_ podrás descubrir diversas dimensiones del consumo de esta planta más allá de sus efectos psicoactivos, como el enfoque de prevención de riesgos para consumidores, el uso adulto con fines terapéuticos y aplicaciones medicinales no crónicas (antiinflamatorias o cosméticas, por ejemplo). 

Hábito replicable: Consume cannabis sin fumarla. Puedes hacerte una pomada para el dolor, un batido con proteínas de hemp o prevenir enfermedades con gotas de CBD. Integrar cannabis para el bienestar humano también es un recordatorio de que podemos generar simbiosis interespecie con ésta y otros tipos de plantas. 

TW: @botiquina

La adicción a las redes sociales es una realidad y está sucediendo ahora. El sistema nervioso y sensorial de las personas que utilizan dispositivos digitales está imbricado con el timbrar de las notificaciones y nuestro ciclo de sueño está afectado por la cantidad de lúmenes que perciben nuestros ojos. Esta adicción colectiva está siendo explotada por las corporaciones tecnológicas no sólo para la venta de datos a empresas y gobiernos sino para condicionar nuestro comportamiento y la autonomía de nuestras decisiones. 

Con @botiquina tendrás un primer acercamiento a reconocer y atender la adicción a la hiperconexión digital. Ella te recordará que es tiempo de dejar de mirar la pantalla, que revises tu consumo de apps y además te ayudará a no caer en los patrones oscuros que te vulneran silenciosamente en internet. 

“De esta forma podrás dedicar tiempos específicos al consumo de información en la red y a regular los impulsos nerviosos, como ansiedad y estrés, que genera el desgastante desdoblamiento que requiere el metaverso.”

Hábito replicable: Sé como Botiquina y habita las redes sociales de forma asincrónica. Si en tu vida o en tu trabajo ocupas postear algo, recuerda que puedes programarlo para otro momento. De esta forma podrás dedicar tiempos específicos al consumo de información en la red y a regular los impulsos nerviosos, como ansiedad y estrés, que genera el desgastante desdoblamiento que requiere el metaverso. 

IG: @culomala

De salud mental es la otra gran pandemia, se rumora. Y no sólo por la pandemia, sino por las crisis económicas y ambientales que condicionan la existencia de la mayoría de la población humana. Sobrevivir es el nuevo existir y en esa misión una mente sana es central. 

Con @culomala el asunto se trata de juegos incómodos. Cada uno de sus memes es una confrontación a esos comportamientos nocivos y tóxicos que realizamos con nosotros mismos y con las personas con quienes establecemos relaciones emocionales, laborales o simplemente factuales. Ciertamente, puede ser mala, pero sus mensajes terminan más como un apapacho que como un regaño. 

Hábito replicable: Háblate a ti mismo y escúchate. Si bien siempre puedes tener un interlocutor profesional o no que te ayude con los asuntos mentales, lo cierto es que terminarás el trabajo por tu cuenta, así que toma de una vez las riendas de lo que pasa por tu cabeza. Una forma de hacerse cargo, como puedes ver con @culomala, es espejeando eso que sentipiensas en memes o con cualquier forma de lectoescritura. 

IG: @mika_vidente   

Este no será el espacio para cuestionar los fundamentos de la astrología sino una invitación a coexistir con aquello que desconocemos e ignoramos. Como especie solemos convivir en las certezas y los acuerdos que normalmente proveen los campos científicos, tecnológicos y artísticos, sin embargo, es necesario abrirse a otros lugares donde podamos vernos desde la indeterminación y las zonas grises para reinventar la forma de solucionar problemas, cuidarnos a nosotros mismos y atendernos mutuamente. 

“Puede ser que leyendo tu horóscopo no encuentres una palabra con la que te identifiques, pero puedes ver quiénes de tus amigos le dieron like y tratar de empatizar con algunos de esos sentimientos que se han enunciado ahí.”

Me asumo incompetente para decir si con @mika_vidente es posible encontrar certezas, sin embargo su perfil es un espacio público emocional donde muchas personas se reunen a creer y a decretarse una vida de bienestar. Puede ser que leyendo tu horóscopo no encuentres una palabra con la que te identifiques, pero puedes ver quiénes de tus amigos le dieron like y tratar de empatizar con algunos de esos sentimientos que se han enunciado ahí. Y entonces poder jugar a la distancia a poner atención a nuestra entidad individual que no existe sino colectivamente. Tal vez así el miedo al porvenir no es tanto y el deseo a existir dignamente se amplifica. 

Hábito replicable: Escribe tu propio horóscopo. Más que intentar ser una subjetividad vidente, procura pasar por el lenguaje eso que deseas y temes. Fuera del campo especulativo, el lenguaje es la herramienta más poderosa que tenemos como especie, pues nos permite revelar nuestro universo interior hacia las colectividades con las que nos desarrollamos como humanos. 

Estas cuentas, y otras que podemos ubicar en espacios digitales, contribuyen a enriquecer de prácticas nuestro devenir humano y expanden la idea estatal de cultura, basada exclusivamente en prácticas artísticas. ¿Qué hábitos has replicado desde las colectividades digitales que habitas? EP


[1] Espacio diegético virtual que imita la realidad hegemónica del mundo a través de representaciones principalmente visuales y sonoras. Actualmente se encuentra en su fase 2.0, en la cual se posibilita la compartición de información a través de páginas web y facilita la creación de contenidos a través de la participación y colaboración de personas no necesariamente remuneradas.

[2] Contenidos digitales que se comparten sin una intención específica y que circulan como basura en internet

[3] Las industrias culturales, según Theodor Adorno y Horkheimer en su célebre libro Dialéctica de la ilustración (1944), son sectores económicos que producen y distribuyen bienes y servicios para su consumo masivo y espectacular

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