El arte como un medio para la búsqueda y la memoria

La exposición Performatividades de la búsqueda propone formas éticas, estéticas y políticas de aproximarse a crisis humanitaria de desaparecidos que enfrentamos en este país.

Texto de 08/12/22

La exposición Performatividades de la búsqueda propone formas éticas, estéticas y políticas de aproximarse a crisis humanitaria de desaparecidos que enfrentamos en este país.

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En el aire de este país se respira una gran urgencia, se percibe la imperiosa necesidad de dar cuenta de la crisis social más importante del último siglo. Esta urgencia y esta necesidad no responden a afanes vacíos. Son, por el contrario, resultado de la negativa que ha tenido y tiene el Estado de atender, de frenar y de garantizar la justicia y no repetición.

No es sólo falta de voluntad: es la participación activa en la macrocriminalidad lo que le impide al Estado garantizar la vida.

Frente a ello, algunes artistas han respondido éticamente, no para aprovecharse de esta situación sino para acompañar a las familias que buscan a sus seres queridos y desde esa posición construir lenguajes, narrativas y formas propositivas de sensibilizar al resto de la población. “¿Cómo no aprovecharse del dolor de los demás desde el artivismo? Hay que generar horizontalidad y quitar al artista del centro”, se pregunta Fabiola Rayas, artista plástica que desde su formación ha estado muy de cerca de la búsqueda y la desaparición de personas.

El arte reunido en la exposición Performatividades de la búsqueda es una suerte de reunión de búsquedas. No se trata de la fría muestra artística en un museo, sino del profundo amor que las familias tienen por sus seres queridos y que aflora en distintos formatos. Gracias al trabajo de personas como Laura Valencia, Lukas Avendaño, Tania Andrea Olea, Sabina Aldana, Laura Uribe, Luz María Sánchez, Rafael del Río, Daniela Guillén, Juliana Spinola, Laura Loredo y el proyecto Huellas de la Memoria es que podemos acercarnos a las implicaciones de la búsqueda.

Es esta sensibilidad colectiva reunida la que hace que esta exposición sea un espejo, que con la misma intensidad con la que el Estado intenta desaparecer múltiples veces, otorga imagen y memoria, evita el olvido y mantiene la búsqueda. “Pensar el arte –continúa Rayas– como un medio y no como un fin. Me di cuenta de que hacer arte sobre este tema sin estar cerca de las familias no tenía sentido, no se puede hacer una acción fuera de contexto, no tiene sentido”.

Nunca nos iremos, nunca nos hemos ido

La distancia se mide, en ocasiones, de maneras relativas, al igual que las cercanías, las presencias y las ausencias. Así fue como tuve la ocasión de escuchar la palabra de una de las personas que con su sensibilidad y experiencia artística consolidó este espacio de reflexión artística. Lukas Avendaño respondió, a través del WhatsApp, con una lluvia de conocimientos tan íntimos y tan certeros que sólo alcanzaré a compartir algunos, los que creo pueden acercar al corazón de esta muestra estética y política. Su voz pausada dio el ritmo a estas imágenes en palabras que comparto y que prefiero compartir íntegramente:

Me involucro a partir de la desaparición de mi hermano en 2018. No fue una decisión premeditada involucrarme puesto que la desaparición no es voluntaria, hay una serie de factores que se interrelacionan y a partir de ahí uno decide vivirlo en silencio o decide salir a la calle a dar la cara por su desaparecido.

Participo como la sumatoria de acciones que hemos realizado en estos 4 años tras la desaparición de mi hermano, como flash mob, hacer códigos QR que remiten a un video documental, unas animaciones que se hicieron a partir de una acción que realicé el 21 de junio de 2018 afuera del consulado de México en Barcelona.

Nunca he pensado el arte por el arte, sino que es lo único que sé hacer, si fuera abogado o médico haría otras cosas, pero lo que hago tiene que ver con la escena y ese es mi recurso para responder a las acciones del Estado.

Que esta profesión de ser artista, intrínsecamente apolítica per se, pues que se vuelva política contra la violencia institucional que vivimos como familias por parte de las diferentes instituciones gubernamentales, de derechos humanos, de la Secretaría de Marina, etc.

El objetivo que tenemos como familias es hacerle ver a la Fiscalía General de la República que no vamos a renunciar a que nos esclarezca la desaparición y que se nos siga negando el derecho a la verdad, a la justicia, y a la no repetición, tenemos que negarnos a olvidar, a naturalizar la desaparición, a normalizar la desaparición de las personas. Hay que recordarles que mienten una y otra vez, recordarles su ineficacia, recordarles su falta de sentido de que existan.

Para los que venimos de zonas rurales sabemos que nuestra existencia está plagada de experiencias estéticas, experiencias sensoriales, olfativas, gustativas, memorias y yo he decidido que eso forme parte de los expedientes que sustentan mi experiencia estética y artística. La falla de origen es cuando consideramos que esa experiencia no es una experiencia estética y pareciera ser que no usufructuamos estas vivencias.

El día de hoy empezamos a acostumbrarnos a vivir una paz armada, una paz tras el cerco, o un estado de acorralamiento y eso para algunas personas, como nosotres que estamos atentos a estos gestos, ponemos atención en qué momento el cerco se cierra más, o en qué momento esta paz armada se vuelve más armada o milimétricamente armada o como empieza a instalarse en nuestras subjetividades como mecanismos altamente sofisticados de autovigilancia y entonces pasamos por alto las experiencias estéticas y artísticas, pero eso no quiere decir que no estén ahí.

El papel del arte

Abierta hasta marzo de 2023, Performatividades de la búsqueda es también una antología de distintas propuestas estéticas que se han ido desarrollando con el tiempo, a lo largo de más de una década. Mucho del trabajo de investigación que permite la existencia de esta muestra proviene de los esfuerzos de la investigadora Ileana Diéguez por visibilizar la lucha de las familias, no sólo por encontrar a sus familiares sino por acceder a la justicia.

“La investigadora Ileana Diéguez nos ha acompañado desde hace más de 7 años. Ella nos ha procurado y se ha interesado inmensamente en nuestra búsqueda, nos ha apoyado para su difusión seria y con la intención de mostrar la realidad que nos aqueja. Nosotras no podríamos salir a buscar a nuestros seres queridos sin el acompañamiento de personas como Iliana”, asegura en un mensaje de voz, Lety Hidalgo, madre de Roy Rivera Hidalgo, desaparecido el 11 de enero de 2011 en la zona conurbada de Monterrey.

Para Lety, el papel del arte en la búsqueda es central y muy claro: “El arte debe cuestionar al poder, debe cuestionar la realidad que estamos viviendo. Cuando el arte cuestiona y exhibe la realidad de un pueblo, está concluyendo su misión y la está trascendiendo y fortalece a la comunidad”. Es bajo estas premisas que está cimentado cada uno de los trabajos expuestos en la Galería Metropolitana de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Para Fabiola Rayas, este trabajo artístico es también la elaboración de un documento de memoria que es en sí mismo una forma de documentar los procesos de desaparición. “Vamos a dejar este documento de memoria en la comunidad de donde nace”.

Y no nos iremos, nunca nos hemos ido y aunque desaparecidas nos quieran, siempre habrá alguien que llene este vacío con este recurso que tenemos los menos que menos que nadie, la objeción de conciencia a toda orden inhumana, una ausencia evocada presencia. Cuerpos que no están y otros cuerpos que los reclaman, desterraremos la impunidad y la ignominia como valores que se han perpetuado en el ejercicio de la república y la democracia, no por venganza sí por justicia (Lukas Avendaño). EP

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