Poemas
Versiones en español de Roberto Bernal
Soledad
Me dejaron solo
en el campo, bajo
la lluvia fina, solo.
Me miraban en silencio
maravillados
los desnudos sauces: sufrían
de mi pena: pena
de no saber con claridad…
Y la tierra mojada
y el negro —altísimo— monte
callaban derrotados.
Parecía que un dios perverso
había petrificado todo
con un solo gesto.
Y la lluvia lavaba las piedras.
La vida es… acordarse de un despertar
La vida es… acordarse de un despertar
triste en un tren al alba: haber visto
afuera la luz incierta: haber escuchado
en el cuerpo roto la melancolía
virgen y áspera del aire amargo.
Pero recordar la liberación
repentina es más dulce: junto a mí
un joven marinero: el azul
y lo blanco de su uniforme, afuera
un mar todo fresco de color.
Más tarde estoy solo
Más tarde estoy solo. Queda
la dulce compañía
de las luminosas e ingenuas mentiras.
Dichoso quien es distinto
Dichoso quien es distinto
siendo él diferente.
Pero existe quien es distinto
siendo él común.
Ahora tu voz se extingue
Ahora tu voz se extingue.
Y mañana también tu flor caerá.
Ya nada más vendrá. Quizá la vida
se apaga en una hoguera de astros de amor.
La mañana tiene los ojos de un niño
La mañana tiene los ojos de un niño. La tarde
clara parece una muchacha altanera.
Pero la noche tiene mi color oscuro,
el color de un triste resplandor.
A la par de un perfil conocido
A la par de un perfil conocido,
o quizá desconocido, sin igual entre
los otros animales, usted —tierra única—
adquiere la forma casual de cuanto amé. EP