No es habitual, pero sucede. A veces a los delanteros, justo un instante después de anotar, cuando el amor de la tribuna se desparrama sobre ellos y el reconocimiento de los compañeros está punto de ser abrazos y risas, no les basta alzar las manos y llenarse la boca de gol, sino tienen necesidad de gritarle ese gol en la cara al cabizbajo portero rival. No es suficiente el recorrido victorioso bajo sus fanáticos que los adoran, recibir el cariño del equipo, los titulares del día siguiente y aún más dinero en sus cuentas. Necesitan llenarse la boca de gol pero para descargarlo —con ojos endemoniados y un dejo sonriente— sobre la cara del arquero contrario, el enemigo vencido. ¿Por qué? Porque más que la propia alegría los mueve el resentimiento, la burla, la venganza: “Me hace más feliz tu derrota que mi triunfo. Ja ja ja”. Uno podría decir que eso es no tener clase, pero de eso no se trata este texto.

No es fácil mirar atrás y divisar en las elecciones de los últimos años una competencia tan desequilibrada como la del próximo 6 de junio. Morena aplastará. Vemos los gráficos de las encuestas, y la columna guinda es casi siempre la más grande. Salvo algún milagro, el partido del presidente ganará al menos en 8 estados de los 15 donde se juega la gubernatura. El PAN va al frente solo en Baja California Sur y Querétaro. Hay cuatro estados más que también podrían ser de Morena (Sonora, Sinaloa, Chihuahua y San Luis Potosí) y uno sí está perdido, Nuevo León, y además porque ese partido trabajó para eso, se empeñó en perderlo.

Y ya no hablemos de la elección de diputados federales: la intención de voto por Morena alcanza 40%. 

Aunque falta más de un mes para el sufragio, la fiesta guinda ya está desatada: cantan, tiran serpentinas, beben, traen mariachi, se abrazan entre ellos. Y eso está  muy bien: serán los vencedores, y no hay ley que les prohíba la euforia. Sin embargo, ahí no se queda su grito de gol.

En redes, sus adeptos gritan en masa el gol con todo lo que guardan sus pulmones sobre la cara del que piensa diferente. Por dar tres casos: @Tepame1208 tuiteó “En las urnas, les vamos a dar hasta para llevar!!”, @BlaSalces “A su derrota moral, súmenle la electoral” y @jgnaredo “Andan sacando espuma de la boca los de la oposición. Pero mucha mucha mucha. Así, en cantidades industriales”. 

Ojalá todo se quedara a nivel de los fanáticos: en realidad, como niños, ellos imitan la conducta de sus papás, los de arriba. Veamos: ayer, después de que el Tribunal Electoral cancelara las candidaturas de Raúl Morón y Félix Salgado Macedonio por violar la ley, la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, dijo en un video: “Las encuestas les duelen, no pueden subir”. Y el tono de vendetta escaló aún más: “A pesar de la resolución del Tribunal, Morena arrasará”, lanzó el partido desde su cuenta @PartidoMorenaMx.  Morena se regodea en la soberbia.

Está claro, el grito de gol se grita en la cara del enemigo, y el enemigo es lo mismo el INE que el PRI, el PAN y el PRD, los empresarios (Epigmenio y Slim no, por supuesto) y todos los mexicanos de a pie que piensan distinto que ellos. Imaginan enemigos en cada esquina, y hay que vengarse a gritos cuando la pelota golpea la red del adversario.

El problema es que es tan estridente su reventón, son tan fuertes sus gritos, está tan alta la música, corren tantos tragos y son tan virulentos los ataques al enemigo, que su conducta los hace tambalearse embriagados de resentimiento, y cometer torpezas que les cuestan y los lastiman a ellos mismos. Aquí van solo cuatro de muchos casos.

1. Dieron una diputación y una candidatura a Saúl Huerta, sistemático abusador sexual de menores. Aunque ya lo eliminaron de la contienda porque no les representa nada, mancharon al partido. 

2. Ungieron como precandidato al gobierno de Guerrero a Salgado Macedonio, acusado por varias mujeres de violación y abuso sexual, y eso generó un rechazo generalizado.

3. Sus aspirantes a las gubernaturas de Michoacán y Nuevo León, Raúl Morón y Salgado, no presentaron gastos de precampaña y por esa razón sus candidaturas fueron canceladas por el Tribunal Electoral.

4. Nombraron de candidata al gobierno de Nuevo León a Clara Luz Flores, política que aceptó haber mentido sobre sus vínculos con Keith Raniere, líder de la secta sexual NXIVM.  En enero de este año Clara era primer lugar en las encuestas; hoy, tras el escándalo, está en tercero y coquetea con el cuarto. Perdieron nada menos que al estado de más influencia en el país.

Morena no sabe administrar la abundancia, hace mala gestión del éxito. A la fiesta prematura la inflama el odio por el que piensa distinto. No les importa gritarle el gol en la cara a los que consideran sus enemigos (unos reales, otros fantasmas de su delirio). Y al final, esa euforia malsana los ciega y vuelven heridas su alegría, heridas muy dolorosas que sangran y se apellidan Huerta, Flores, Morón, Macedonio.

Aunque en todos lados ven enemigos, su peor enemigo es ellos mismos. EP

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