Uno de los sistemas educativos más exitosos en América Latina. El caso de Puebla en el contexto internacional
Para conocer sobre uno de los sistemas educativos de América Latina que más ha avanzado en mejorar el acceso y los aprendizajes de los alumnos no es necesario salir de México. Sin importar en qué nivel educativo nos enfoquemos, hoy los estudiantes en Puebla aprenden significativamente más de lo que aprendían sus pares hace apenas diez años.
Para conocer sobre uno de los sistemas educativos de América Latina que más ha avanzado en mejorar el acceso y los aprendizajes de los alumnos no es necesario salir de México. Sin importar en qué nivel educativo nos enfoquemos, hoy los estudiantes en Puebla aprenden significativamente más de lo que aprendían sus pares hace apenas diez años.
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Hoy
los estudiantes en Puebla aprenden más que sus pares en la Ciudad de México y
Nuevo León, a pesar de que el ingreso promedio en estas dos últimas entidades
es tres veces mayor que el poblano.
Los aprendizajes, sobre todo en áreas fundamentales como comprensión lectora y matemáticas, son las bases para una trayectoria educativa y laboral exitosa. Como demostraron Rafael de Hoyos, Ricardo Estrada y María José Vargas,[i] los niveles de aprendizaje de 6.º de primaria, medidos por una prueba estandarizada, son un buen predictor de la probabilidad de concluir la educación media superior. A su vez, los niveles de aprendizaje de la media superior son un buen predictor de la probabilidad de ingresar a la universidad y de los futuros salarios. Por lo tanto, una forma de medir la efectividad de un sistema educativo es mediante el porcentaje de niños y jóvenes en edad escolar que están inscritos en el sistema educativo y adquieren los aprendizajes necesarios.
Fuente: Elaboración propia con datos de SEP e INEE
La Figura 1 muestra el lugar que ocupó Puebla entre las 32 entidades
en México en cada nivel educativo en los últimos años. Entre 2007 y 2019,
Puebla pasó de los lugares 20, 19 y 15 en primaria, secundaria y educación
media superior (este último en 2008), al 4, 1 y 1 en matemáticas,
respectivamente. El uso de la posición relativa del estado entre las entidades
federativas del país permite eliminar sesgos derivados de la comparabilidad
entre las pruebas ENLACE y PLANEA aplicadas en todos esos años tanto por la
Secretaría de Educación Pública (SEP) como por el Instituto Nacional para la
Evaluación de la Educación (INEE).
Esta
mejora sostenida es más meritoria por tres razones: 1) el porcentaje de
población atendida por el sistema educativo en Puebla creció —ya sea porque las
tasas de abandono disminuyeron o bien se mantuvieron en niveles relativamente
bajos—. 2) Puebla es la quinta entidad con mayor porcentaje de población en
pobreza del país (Coneval, 2018). 3) No hubo un incremento en la dispersión o
desigualdad en términos de aprendizajes; es decir, todas las escuelas —no sólo
las que tenían condiciones más favorables— experimentaron una mejora.
De
acuerdo con los datos de la SEP, en Puebla, entre 2007 y 2019 la tasa de
cobertura en primaria permaneció constante en 100% mientras que la de
secundaria y educación media superior (EMS) aumentó de 87% a 97% y de 60% a
83%, respectivamente. Estas tendencias coinciden con las cifras de INEGI, que
revelan una reducción sustancial en el número y proporción de personas de 3 a
17 años que no asistieron a la escuela entre 2010 y 2015. Esto confirma que el
incremento en aprendizajes fue acompañado de una mayor cobertura de los
servicios educativos en la entidad. Por otro lado, la dispersión de resultados
de matemáticas (secundaria) a nivel del alumno se mantuvieron constantes, por
lo que podemos concluir que la mejora en Puebla no se dio como resultado de un
incremento en la disparidad de aprendizajes.
¿Qué
explica los resultados educativos de Puebla?
En
Puebla, la política educativa se reformuló para que estuviera basada en los
siguientes pilares:
Poner en el centro del quehacer educativo a los objetivos
esenciales del sistema, e incorporar a docentes, directores escolares y
personal de supervisión en la construcción y seguimiento de las acciones.
Articular a las instancias y los recursos disponibles en
torno a esos objetivos esenciales.
Focalizar los mayores esfuerzos en las escuelas con
mayores retos académicos (las cuales en su mayoría atienden a la población más
vulnerable) y en los primeros grados de cada nivel.
Monitorear la implementación de las acciones y dar
seguimiento y continuidad a la estrategia.
Estos
elementos permitieron que el talento y vocación de maestros, directores
escolares, supervisores, jefes de sector, asesores técnico-pedagógicos y
funcionarios de la Secretaría de Educación Pública de Puebla (SEPP) estuvieran
alineados en torno a un objetivo común, con metas y responsabilidades claras.
El
primer paso en el proceso de mejora fue establecer objetivos comunes que,
además, son esenciales en cualquier sistema educativo. Los tres grandes
objetivos fueron: procurar la asistencia
de todas las personas de entre 3 y 17 años a la escuela, procurar su permanencia hasta concluir la
educación media superior, y que cada uno de ellos adquiriera los aprendizajes básicos. Estos objetivos
dieron su nombre al Modelo APA (Asistencia, Permanencia, Aprendizaje), el cual
retoma elementos del modelo que orientó a la provincia de Ontario, en Canadá,
durante varios años y el cual arrojó resultados positivos.[ii] La diferencia es que en
Canadá el objetivo era que todos concluyeran el bachillerato con un nivel
aceptable de inglés y matemáticas mientras que en México se incluyó la
asistencia a la escuela desde los tres años, pues, de acuerdo con el INEGI, en
2015 había más de 250 mil personas de entre los 3 y 17 años fuera de la escuela
en Puebla.
Los
objetivos de permanencia y aprendizaje son enormemente relevantes en México. En
Puebla apenas 61 de los alumnos que inicien la primaria habrán de concluir la
media superior a tiempo (menos de 56 en el resto del país). La medición del
aprendizaje, por su parte, se centró en buscar que todos los alumnos superaran
el “insuficiente” de ENLACE o Nivel I de PLANEA, pues, actualmente, apenas el
39% de los estudiantes del estado supera esa condición en Matemáticas (menos
del 34% en el resto del país). En primaria también se propuso que todos los
egresados del 2.º grado supieran leer, escribir, sumar y restar. No obstante
que todo lo anterior parece muy básico, en México estamos, todavía, muy lejos
de garantizar estos pisos mínimos a todos los estudiantes.
Los
esfuerzos de la SEPP fueron focalizados a las escuelas que mostraron mayores
retos académicos. Con base en los resultados de las evaluaciones nacionales
(ENLACE, PLANEA), el estado priorizó sus acciones en las 200 primarias, 200
secundarias y 100 bachilleratos con mayor porcentaje de estudiantes en nivel de
“Insuficiencia”. Para asegurar un mayor impacto, se incluyeron solamente
escuelas mayores a 100 alumnos (30 en el caso de escuelas multigrado) que
aseguraran alguna permanencia de su personal docente más allá del ciclo escolar
en curso, y la participación de las escuelas en la estrategia de mejora fue
totalmente voluntaria. En el caso de preescolar, se incluyó a 100 escuelas con
una alta proporción de egresados estudiando en las escuelas primarias
focalizadas. La misma lógica de ofrecer apoyos diferenciados se sugirió a
supervisores, directores escolares y docentes, para que ellos dieran prioridad
a las escuelas, docentes y alumnos que requieran mayor apoyo, respectivamente.
La
focalización permitió llevar a cabo acciones de fortalecimiento académico de
alto impacto a supervisores, directores escolares y docentes, las cuales fueron
determinantes para lograr resultados favorables. Por ello se crearon esquemas
de capacitación eficaces: toda capacitación debía tener un diseño pertinente,
ser mayoritariamente presencial, reunir a un máximo de 25 docentes por grupo y
contar con un facilitador del mejor nivel posible. Para lograr esto último se
reunió a un grupo de expertos en la enseñanza de español y matemáticas gracias
al Programa de Atención Intensiva (PAI) que concursó y obtuvo financiamiento
del Gobierno Federal. El PAI incluyó el diseño de materiales para alumnos y
maestros, la capacitación docente con apoyo externo, la realización de un curso
de verano para pequeños de 2.º de primaria, y la realización de evaluaciones
formativas de alumnos para apoyar su seguimiento en las escuelas. En el caso de
la capacitación a supervisores y directores, los mejores facilitadores
resultaron ser el grupo de supervisores seleccionado con criterios
estrictamente académicos para tal efecto, y que constituyen la Academia Poblana
de Supervisión (APS). El nivel medio superior no contó con recursos
adicionales, pero se apoyó en el Consejo Estratégico para la Educación
Obligatoria (CEEO), un órgano estatal colegiado en el que docentes de las
distintas instituciones de secundaria y media superior sesionaban una vez por
semana para diseñar estrategias académicas. El CEEO proveyó a las escuelas
focalizadas con contenidos y estrategias para mejorar las capacidades docentes
en cada escuela.
“La construcción e implementación de las acciones se hizo a partir de una relación de corresponsabilidad con el magisterio. Mucho de lo que se hizo en cada escuela fue propuesto y llevado a cabo por sus propios docentes.”
La construcción e implementación de
las acciones se hizo a partir de una relación de corresponsabilidad con el
magisterio. Mucho de lo que se hizo en cada escuela fue propuesto y llevado a
cabo por sus propios docentes. Al
dar el seguimiento, la autoridad en ocasiones debió sugerir ajustes, en otras
validó las rutas de trabajo y, en no pocas escuelas, tuvo la oportunidad de
aprender de las buenas iniciativas y experiencias de las comunidades escolares.
La
implementación, el seguimiento y la continuidad de las políticas públicas son
frecuentemente subestimadas en educación, no obstante que de ello depende el
éxito de una intervención en proporción no menor a su diseño. Todos los actores
del sistema educativo deben conocer las acciones a realizar, estar de acuerdo
con ellas en lo esencial y tener claridad en el papel que les corresponde en la
concreción de los objetivos. En este sentido fue fundamental la participación
de jefes de sector y supervisores, a quienes se buscó convencer y no solamente
informar. Supervisores y directores escolares fueron provistos de información
relevante y oportuna sobre sus indicadores de desempeño escolar, resultados de
evaluaciones estandarizadas y alumnos en riesgo de abandono por medio del
“Reporte APA”, que les era entregado por vía digital. Adicionalmente, se
realizaron visitas a escuelas, además de grupos de enfoque y entrevistas con el
magisterio para conocer de primera mano sus preocupaciones y no depender
solamente de reportes de terceros.
¿Es
Puebla una anomalía estadística difícil de reproducir?
La efectividad de la estrategia APA en Puebla, que se sustenta en “priorizar lo esencial”, no es el único caso de éxito documentado en América Latina. Sobral es un municipio relativamente pobre en Ceará, uno de los estados más pobres en el noreste de Brasil; sin embargo, es el municipio con los mejores resultados educativos medidos por el “Índice de Desempeño de la Educación Básica (IDEB)”, el cual aglomera cobertura y aprendizajes.[iii] La Figura 2 muestra el nivel en el IDEB y el gasto acumulado por estudiante de educación básica en Sobral y distintas zonas geográficas de Brasil. Con una inversión per cápita mucho menor al de otras regiones, Sobral tiene un desempeño en el IDEB de 6.7 por encima del nivel equivalente al promedio de los países de la OCDE en la prueba PISA. Hay cuatro elementos que explican la altísima efectividad del sistema educativo de Sobral: focalizar las acciones en torno a los objetivos esenciales del sistema, proveer asistencia técnica y acompañamiento a las escuelas con los resultados más bajos, priorizar la formación de los docentes a través de la observación en el aula, y dejar la política fuera de las escuelas con directores y docentes seleccionados por la vía del mérito. Todo esto aunado a la continuidad, con más de 10 años de seguir una estrategia que respeta el principio de “priorizar lo esencial”, han producido resultados sobresalientes en Sobral.
“Priorizar
lo esencial” también ha demostrado ser una estrategia exitosa en las provincias
de La Rioja y Salta en Argentina. A diferencia de Puebla o Sobral, en las dos
provincias argentinas el impacto de la estrategia fue identificado a través de
una evaluación experimental que demuestra que para mejorar no son necesarios
más recursos económicos ni grandes reformas educativas políticamente complejas.[iv] Más bien lo que importa
es poner a los aprendizajes en el centro del sistema educativo, lo que, en el
caso argentino, ocurrió a través de la implementación de una prueba
estandarizada, la difusión de un reporte de resultados a todas las escuelas y
acompañamiento a las escuelas para transformar el reporte en un plan de
mejora.
Reflexiones
Finales
La
mejora es posible en los sistemas educativos de América Latina. Más allá del
contexto socioeconómico y de las características de los sistemas educativos en
nuestros países, las experiencias de Puebla, Sobral, La Rioja y Salta nos
permiten entender que la gestión educativa puede hacer mucho por mejorar el
rendimiento académico sin requerir de grandes reformas legales, ni de recursos
más allá de aquellos con los que ya se cuentan. Parecen ser más eficaces un
liderazgo académico sólido, tener objetivos claros que prioricen lo esencial,
ofrecer apoyo diferenciado a las escuelas con mayores necesidades, poner
énfasis en los primeros grados de cada nivel, distribuir información pertinente
a directores y supervisores escolares, llevar a cabo un seguimiento cercano a
las escuelas y, sobre todo, que haya continuidad en esta estrategia.
El
caso de Puebla también sobresale por su sustentabilidad. El apoyo de los
órganos colegiados y la inclusión de supervisores y directores escolares en la
construcción y el seguimiento de las acciones ha sido fundamental para no
depender de recursos externos y alcanzar la continuidad de una estrategia que
abarca ya la gestión de, al menos, cuatro gobernadores y ocho secretarios
estatales de educación. Ahora, ante un nuevo cambio en la administración
estatal, nuevamente se pone a prueba la capacidad de quienes encabezan el
sistema educativo para mantener los componentes que dan sustento a la mejora y
para reconocer que la educación requiere de una visión de estado, más que de
una mirada partidista.
Estos
casos de éxito se replican frecuentemente a nivel micro en todas aquellas
escuelas que han logrado obtener muy buenos resultados aun cuando se ubiquen en
localidades con altos niveles de marginación. En México y el resto de América
Latina hay actualmente muchas escuelas públicas de clase mundial, con docentes
y directores del más alto nivel. Sin embargo, la falta de documentación de esas
acciones y la rotación de personal suelen ser obstáculos importantes para que
esos ejemplos tengan la continuidad y la difusión que merecen.
Las
buenas experiencias de América Latina también aportan una mayor viabilidad a su
eventual transferencia hacia otros países y regiones del mundo. Acostumbrados
como estamos a conocer casos de éxito en países desarrollados de Asia, Europa y
Norteamérica, contar con casos de estudio que también comparten las ventajas y
limitaciones de nuestra región permite pensar en que hay claros elementos que
pueden ayudar a todos a obtener mejores resultados. Es un tema de conocimiento
y actitud: ya tenemos mucho de lo primero, pero para avanzar necesitamos también
una visión más constructiva, más colaborativa y más cercana a las escuelas. EP
[ii] OECD
(2010) “Ontario, Canada: Reform to Support High Achievement in a Diverse
Context”, Paris.
[iii] Banco Mundial (2017) “Um Ajuste Justo:
Análise da eficiência e equidade do gasto público no Brasil”, Washington DC.
[iv] de
Hoyos, R., Ganimian, A., y Holland, P. (2019) “Teaching with the Test:
Experimental Evidence on Diagnostic Feedback and Capacity Building for Public
Schools in Argentina” The World Bank Economic Review.
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