#TableroInternacional: Mayo

En esta entrega mensual, tres miembros del grupo México en el Mundo, Susana Chacón, Guadalupe González e Isidro Morales, discurren en torno a cuatro temas fundamentales en la actualidad: los primeros 100 días del mandato de Biden, las elecciones mexicanas vistas desde el exterior, los conflictos políticos en América Latina y la tensa situación en la Franja de Gaza.

Texto de , & 31/05/21

En esta entrega mensual, tres miembros del grupo México en el Mundo, Susana Chacón, Guadalupe González e Isidro Morales, discurren en torno a cuatro temas fundamentales en la actualidad: los primeros 100 días del mandato de Biden, las elecciones mexicanas vistas desde el exterior, los conflictos políticos en América Latina y la tensa situación en la Franja de Gaza.

Tiempo de lectura: 8 minutos

En este mes los acontecimientos internacionales tratados por el grupo México en el Mundo contemplaron los siguiente: 1. Los primeros 100 días de Biden; 2. La percepción externa sobre las elecciones intermedias en México; 3. La democracia en América Latina bajo presión; 4. La nueva escalada de la violencia en la Franja de Gaza.

Informe sobre los primeros 100 días de Joe Biden

El informe presentado por Biden confirmó las cuatro prioridades de su gobierno: 

1. Enfrentar el reto de la COVID-19: en estos primeros 100 días, con una campaña de vacunación masiva, logró aplicar no sólo 100 millones de dosis de vacunas, sino 200 millones. Logró el doble de lo que se había proyectado: 100 millones de personas ya están vacunadas con su doble dosis.

2. La recuperación económica y sus programas de rescate, creación de empleos e infraestructura: el Congreso aprobó el presupuesto de 1.9 billones de dólares para programas sociales y además se negociaron los tres billones para el programa de infraestructura. Se muestra un cambio de modelo que rompe con el de la década de los ochenta. Se presenta un programa de infraestructura en un país donde desde los años treinta no se ha invertido en carreteras, puertos, ni caminos a nivel nacional. Su propuesta económica va más allá de la lograda por Roosevelt con el New Deal (Nuevo trato). 

3. La lucha contra el cambio climático: Biden organizó la primera cumbre sobre cambio climático en la que demostró a nivel internacional que Estados Unidos está de regreso. Con su liderazgo en la materia, confirmó que rompe con el aislamiento de Trump y que está dispuesto a recomponer sus alianzas internacionales. En la parte interna, propuso que para 2035 el total de la red eléctrica del país funcione con energías limpias; además, planteó la importancia de fomentar una economía verde.

4. La confrontación al problema de la división social, en especial al problema del racismo y la desigualdad: sin duda, fue un discurso de unidad en el que buscó no sólo el apoyo de los demócratas sino, sobre todo, el de los republicanos. Mencionó la importancia de una mejora de toda la sociedad. Su mensaje fue sustancialmente para el público estadounidense.

Biden sabe que tiene poco tiempo para tomar las decisiones. Carece de una mayoría masiva en el Congreso, por lo que tiene que hacer los cambios antes de las elecciones intermedias. Esto, ante todo, porque sus propuestas responden a las preocupaciones de los más liberales de los demócratas. Su planteamiento de un fuerte intervencionismo del papel del Estado en la economía se aleja de la lógica de mercado preferida por los republicanos.

“Biden sabe que tiene poco tiempo para tomar las decisiones. Carece de una mayoría masiva en el Congreso, por lo que tiene que hacer los cambios antes de las elecciones intermedias.”

Percepción externa sobre las elecciones intermedias en México

En México en el Mundo se reflexionó también sobre la percepción que el mundo tiene sobre el país. En relación con el proceso electoral, el 12 de mayo el candidato a la gubernatura de Nuevo León, Adrián de la Garza, acudió a la OEA, en Washington, para denunciar al presidente mexicano por violar la democracia, en particular por la intromisión en su estado. Solicitó que el 6 de junio la OEA envíe una misión de observadores electorales con el fin de asegurar el resultado de la elección. Estuvo con el secretario Almagro, pero los observadores serán enviados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Es la primera vez que un candidato a gobernador acude a una instancia internacional para denunciar al presidente mexicano.

Como era de esperarse, el gobierno de México recibió de muy mal modo la decisión del candidato. Vale la pena recordar que AMLO ganó la elección gracias al voto del centro y norte del país. Ahora, todo parece indicar que no lo tiene. Los estados del norte no sólo votan aparte, sino que están muy enojados con las decisiones de los dos últimos años. Los empresarios, la población y los gobernadores fronterizos tienen intereses y una relación directa con sus contrapartes en EUA. De ahí que muy difícilmente permitirán que se les imponga desde el centro del país a candidatos del presidente.

En estas semanas, el presidente ha buscado confrontar al gobierno estadounidense acusándolo de intromisión en el proceso electoral mexicano. Ha dicho que financia a Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), sus opositores. El organismo efectivamente recibe financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) para proyectos, pero no para campañas electorales. Lo que acusa el presidente no tiene sustento; peor aun: desconoce que su propio gobierno recibe apoyo de USAID. Por ejemplo, en la Secretaría de Gobernación, el subsecretario Encinas recibe apoyo para el problema de los desaparecidos en México; lo mismo sucede con ACNUR para el asunto de los refugiados. La forma de colaborar de EUA con los países es a través de USAID.

Los días 7 y 8 de junio la vicepresidenta Kamala Harris visitará México y los países del Triángulo del Norte, en principio, para hablar del tema de la migración centroamericana. En el caso de México, viene en un momento muy complicado dado que sólo habrán pasado 24 horas desde las elecciones. Se espera que la situación electoral sea poco amable. No obstante, Harris tiene una agenda muy clara con intereses precisos no sólo en migración, sino también en energía, cambio climático, seguridad, cadenas de valor y cumplimiento del T-MEC. Desde el cambio de gobierno en EUA, es la primera visita al país de alguien con tan alto rango; justo después de las elecciones.

“Harris tiene una agenda muy clara con intereses precisos no sólo en migración, sino también en energía, cambio climático, seguridad, cadenas de valor y cumplimiento del T-MEC.”

La democracia en América Latina bajo presión

América Latina también estuvo en el foco de las reflexiones del grupo México en el Mundo. Estos son los puntos principales: 

• Brasil atraviesa por un momento de fuerte turbulencia. El gobierno de derecha de Jair Bolsonaro va en picada, entre la pandemia, la incompetencia y la crisis política. La caótica gestión sanitaria —con 450 mil muertos y un lentísimo proceso de vacunación— llevó a la dimisión simultánea del canciller y del ministro de Defensa, a cambios en mandos militares por fricciones entre el Presidente y la cúpula militar, y a la instalación de una comisión del senado que investiga la respuesta fallida ante la emergencia.

• A la crisis cívico-militar brasileña, algo inédito desde la transición a la democracia, se suma la instalación de una comisión en el senado que investiga la respuesta fallida a la emergencia. La exoneración del expresidente Lula por parte de la Corte Suprema, le abre el camino para volver a postularse a la presidencia en las elecciones de 2022. En el peor de los escenarios, el colapso del gobierno tendría consecuencias inciertas para la democracia y la estabilidad regional.

• El Salvador lleva una deriva autoritaria tras las elecciones legislativas que le dieron mayoría al presidente Bukele. La nueva Asamblea dio un duro golpe a la división de poderes con la destitución de los jueces del tribunal constitucional por oponerse a los decretos del ejecutivo durante la pandemia. A pesar de la abierta erosión democrática y de la crítica internacional, el amplio respaldo popular al presidente le permite gobernar sin controles institucionales.

• Colombia, la cuarta economía de América Latina, cumple un mes sumida en una ola de protestas con violencia y represión policial, sin que se vislumbre una salida negociada entre el gobierno y la amplísima gama de descontentos en las calles. El detonador fue el rechazo a una inoportuna reforma fiscal en medio de la pandemia que pronto se extendió a la reforma de salud. La respuesta de mano dura con el uso excesivo de la fuerza policiaca no hizo más que extender las manifestaciones que llegaron a un Paro Nacional. La sociedad está polarizada entre quienes descalifican la protesta como un golpe organizado desde el exterior y quienes denuncian un estado represor ciego frente al deterioro de las condiciones sociales.

• El programa económico del presidente Duque, que buscaba situar a Colombia en una mejor posición internacional como aliado preferente de EUA de cara a la Cumbre de las Américas, ha resultado contraproducente. Congresistas de ese país piden que se suspenda la ayuda oficial a Colombia por las violaciones a los derechos humanos, mientras que la administración de Biden guarda silencio. El éxodo masivo de venezolanos y la presencia de la guerrilla complican aún más el difícil momento colombiano.

• En contraste, Chile avanza hacia una nueva constitucionalidad democrática y hacia una izquierda de “nueva generación” en ascenso. El país se tardó tres décadas en rehacer la constitución que heredó de la dictadura pinochetista y ahora elige una Convención Constitucional que representa una auténtica renovación de las élites políticas. La mayoría de sus integrantes son independientes, jóvenes de izquierda y activistas estudiantiles y feministas. La derecha se desploma y la alianza de centroizquierda que comandó la transición se ve rebasada por quienes demandan mayor inclusión y solidaridad social.

“Congresistas de ese país piden que se suspenda la ayuda oficial a Colombia por las violaciones a los derechos humanos, mientras que la administración de Biden guarda silencio.”

Nueva escalada de violencia en la Franja de Gaza

El 21 de mayo pasado, después de 11 días de bombardeos del ejército israelí sobre la Franja de Gaza y de represalias tomadas por el grupo Hamás —quien gobierna de facto la zona—, las partes en disputa acordaron un cese al fuego. Al día siguiente, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas logró una primera declaración, aunque muy breve, en la que llama a Hamás —considerado por Israel y EUA como un grupo terrorista—y a Israel a respetar el cese al fuego, y reconoce el papel mediador desempeñado por Egipto para frenar la confrontación.

Esta nueva escalda, similar a las que hubo tanto en 2016 como en 2014, responde a las causas que han alimentado el conflicto palestino-israelí desde prácticamente la fundación del Estado de Israel en 1948 y la posterior Guerra de los Seis Días que tuvo lugar en 1967, donde Israel se anexó la Cisjordania y la parte oriental de Jerusalén, asentamiento donde los palestinos pretenden establecer la capital de su Estado. La colonización de territorios palestinos por parte de Israel, el desplazamiento y confinamiento de estos últimos invocando razones de seguridad, así como las tensiones religiosas subyacentes entre fieles judíos y musulmanes —sobre todo en una ciudad simbólico-estratégica como Jerusalén— han hecho del conflicto una verdadera tragedia humana. En esta ocasión, la escalada se desencadenó cuando varias familias palestinas estaban a punto de ser evacuadas de sus hogares a la par que la policía israelí prohibía aglomeraciones en la mezquita de Al Aqsa, ubicada en la ciudad vieja de Jerusalén, aludiendo razones de seguridad. En represalia, el grupo Hamás lanzó cohetes hacia Jerusalén que fueron frenados por el ejército israelí y este último lanzó su ofensiva sobre Gaza. El saldo hasta ahora ha sido más de 200 muertes, la mayoría del lado palestino.

Dado que México ocupa un lugar no permanente en el Consejo de Seguridad, el representante mexicano, el embajador José Ramón de la Fuente, invocó ante la Asamblea General del organismo la urgencia para que el Consejo se pronunciara al respecto y llamara a un cese al fuego. La intervención del embajador mexicano, aunque escueta, resumió bien la posición que el país ha tenido frente a dicho conflicto desde que la ONU aceptó la partición de Palestina en dos estados, uno israelí y otro palestino. La declaración mexicana condenó el uso de la fuerza armada por ambas partes para conseguir sus objetivos, y recalcó que la creación de un estado palestino debe tomar en cuenta todas las resoluciones de Naciones Unidas; sobre todo la más reciente, la 2334, promovida por Egipto cuando ocupaba un lugar no permanente en el Consejo y que fue votada en 2016, luego de una crisis similar. Dicha resolución desconoce los territorios ocupados por Israel en Cisjordania, incluyendo la parte oriental de Jerusalén, condena los desplazamientos de civiles palestinos, el despojo de sus tierras, la demolición de sus viviendas y todo intento por impedir la creación de un estado palestino seguro e independiente. 

“La intervención del embajador mexicano, aunque escueta, resumió bien la posición que el país ha tenido frente a dicho conflicto desde que la ONU aceptó la partición de Palestina en dos estados, uno israelí y otro palestino.”

Asimismo, el embajador mexicano dejó claro que el país suscribe la “hoja de ruta” para resolver el problema; esta fue diseñada y discutida desde 2003 por los EUA, la Unión Europea, Rusia y la ONU (el llamado “Cuarteto”). De la Fuente fue congruente con el voto mexicano emitido en 2012 en la Asamblea General, en el que se reconoce a Palestina como observador no miembro de la organización. Aunque Estados Unidos fue el único país que se abstuvo en la votación de la Resolución 2334 del Consejo —si bien no la vetó—, el gobierno de Biden enfrenta el desafío de retomar el liderazgo del “Cuarteto” para darle un nuevo impulso a la “hoja de ruta”; esto en un momento crítico: tiene que nombrar a su nuevo embajador en Israel, cuya embajada se encuentra ahora nada menos que en Jerusalén. EP

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