
En Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca, la defensa del río y del territorio es también una lucha por la libertad. Entre criminalización y persecución política, la comunidad mazateca exige justicia y el fin del cacicazgo judicial.
En Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca, la defensa del río y del territorio es también una lucha por la libertad. Entre criminalización y persecución política, la comunidad mazateca exige justicia y el fin del cacicazgo judicial.
Texto de Javier Perea Salguero & Camila Plá Osorio 14/10/25

En Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca, la defensa del río y del territorio es también una lucha por la libertad. Entre criminalización y persecución política, la comunidad mazateca exige justicia y el fin del cacicazgo judicial.
“Es hora de que el gobernador no siga solapando a Elisa Zepeda y a Manuel Zepeda, quienes utilizan todo el recurso para seguir destruyendo nuestro río y que Miguel regrese a su lugar de origen. Vive en una persecución y es hora de que regrese a beber el agua, mojarse en el río y escuchar a los pajaritos en esta que es su tierra”, expuso Martha Betanzos Fuentes en una conferencia de prensa el pasado 6 de octubre del 2025.
Betanzos es integrante de Mazatecas por la Libertad de Eloxochitlán de Flores Magón. Al hablar, consigue transmitir con fuerza su sentir: el testimonio de una mujer marcada por el desplazamiento, la persecución política y la criminalización. Es madre de seis, entre los cuales se encuentra Miguel Ángel Peralta, mazateco, anarquista, defensor comunitario y antropólogo. Aunque Miguel fue preso político entre 2015 y 2019, su libertad se encuentra nuevamente en riesgo: hoy enfrenta una condena de 50 años de prisión.
Los principales responsables de la persecución contra 56 personas de Eloxochitlán, a quienes se les imputan 200 órdenes de aprehensión, son la diputada local por Morena Elisa Zepeda Lagunas y Manuel Zepeda, su padre y expresidente municipal del municipio.
El municipio se encuentra en la región de la Cañada, en el estado de Oaxaca. Es una zona mazateca —o ha shuta enima—, caracterizada por sus grandes quebradas y caudales de agua que dan vida al territorio. Entre el verde profundo del monte y la roca deslavada por el paso del agua corre el Xangá Ndá Ge, el río que vio nacer a Ricardo Flores Magón, a Martha Betanzos y a sus hijos, pero que actualmente se encuentra amenazado.
Como explica Miguel Peralta: “Nuestra comunidad históricamente ha sido un lugar de tradición de resistencia, tenemos el compromiso moral de que nació Flores Magón en nuestra comunidad. Muchas personas de la comunidad se sienten afín a sus ideas”.

La región es boscosa y permite el cultivo del café. La mayoría de las personas habla la lengua mazateca y comunitariamente han impulsado distintos proyectos productivos. “Pero a final de cuentas estos proyectos se viciaron porque hubieron actores que vieron sus propios intereses, entre ellos el cacique Zepeda”, comenta David Peralta, fotoperiodista y hermano de Miguel.
A partir de la irrupción de los partidos políticos respaldados por los cacicazgos locales, los sistemas de cargos comunitarios comenzaron a desplazarse en Eloxochitlán. Figuras como el cacique Manuel Zepeda Cortés han utilizado cargos públicos para lucrar con los bienes comunes, lo que ha provocado daños en el cauce del río. “Ya han desaparecido algunas especies en estos meses: las luciérnagas, los sapos, las ranas, los renacuajos. En 2006, 2007, 2008 se veían, pero ya se intensificó su desaparición por el desazolve del río”, añade David.
Martha cuenta que los problemas comenzaron en el 2011, cuando el huracán Ernesto afectó a la región y alteró el cauce del río. Con el argumento de reparar los daños, Manuel Zepeda ofreció “arreglarlo”, pero pronto se hizo evidente que su intención era lucrar con la arena, piedra y grava. Desde entonces, él y su familia causado un daño constante al río.
“No quieren que estemos libres, quieren apoderarse de nuestro territorio, pero ya le quitaron el corazón al río. Y esa es nuestra lucha: defender nuestro río, la naturaleza, la piedra que tiene nuestro pueblo. Aquí todas las familias que viven en persecución pero todas con la dignidad por delante, seguimos con la frente en alto.” insistió Martha.
Ante la devastación ambiental y el despojo, las familias de Eloxochitlán se organizaron para exigir el cese de la explotación del río. El 11 de agosto del 2012, la comunidad organizada fue emboscada por un grupo de apoyo al cacique y por policías. Ese día, el esposo de Martha, Pedro Peralta Carrillo, fue detenido, torturado y encarcelado: “Lo agarraron y le fabricaron delitos. Fue torturado, tenía la cara muy mal”, recordó ella.
Desde la detención de Pedro, tanto su familia como la comunidad de Eloxochitlán de Flores Magón han enfrentado a un asedio constante por parte de la familia Zepeda, respaldada por el gobierno. Entre los hechos más graves destaca la detención de 21 personas de la comunidad, así como el desplazamiento forzado de sus familiares, provocado por el hostigamiento sistemático a las familias defensoras del territorio.
En 2014, Miguel Ángel Peralta fue detenido en la Ciudad de México por policías vestidos de civiles. Y aunque estuvo preso, no permaneció inactivo: durante esos años, la comunidad organizada en defensa del territorio y la lucha anticarcelaria se unieron en una voz para exigir su libertad. Gracias a las redes de apoyo construidas en torno a su causa y a la colaboración del colectivo los Otros Abogados, Miguel recuperó su libertad en 2019.
La lucha anticarcelaria de Miguel comenzó tras el encarcelamiento de su padre, Pedro Peralta, en la prisión de Cuicatlán. Desde entonces comenzaron a tejer redes con distintas organizaciones de Oaxaca y Ciudad de México, incluyendo colectivos anarquistas que se solidarizaron con la familia Peralta Betanzos para su liberación.
“No hemos estado del lado del poder y por eso no hemos tenido acceso a la justicia”, compartió Miguel Ángel, al hablar de su anhelo cotidiano de libertad, un derecho que le ha sido arrebatado a él y a más de 21 personas de su comunidad. “Todo ha sido para distorsionar la lucha legítima de la comunidad, de tener autodeterminación. A raíz de los partidos políticos, todo ha sido para disgregar a la comunidad y mantener el control total con la ayuda del Estado”. Mientras tanto, Elisa Zepeda Lagunas, actual diputada local por Morena y demandante, aparece en diversas fotografías junto a Erika Rodríguez, magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca, y con el Ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Hugo Aguilar Ortiz.
El sistema ha fallado en garantizar una justicia verdadera para las familias de Eloxochitlán, entre otras razones, debido a los nexos políticos que sostiene la familia Zepeda. Martha compartió que: “Desde que se escucharon esas órdenes de aprehensión para nosotros fue muy fuerte, muy grave. Los compañeros ya no sabían ni donde esconderse, igual la comunidad se escondió, se fueron a los montes. Fue muy difícil, fue muy fuerte para mí porque es feo que te vayan a detener y que te encarcelen. Yo, la verdad, sufrí mucho, mi estado emocional se desarticuló, pero con la lucha de las Mujeres Mazatecas fuimos frenando esa parte”.
Los hostigamientos no han cesado. El pasado 3 de abril, David Peralta se encontraba documentando los daños ambientales en Eloxochitlán, consecuencia de las actividades extractivistas de piedra y arena, cuando Manuel Zepeda intentó atropellarlo en dos ocasiones y, junto sus trabajadores, dañó el equipo de trabajo del comunicador.
Este año la criminalización en Eloxochitlán se agravó considerablemente con más de 200 órdenes de aprehensión contra 56 personas. Ante esta situación, Martha exige “que se otorgue la libertad a todos, y que los que vivimos en persecución ya se otorguen las libertades. Nosotros, como pueblo mazateco, tenemos derecho de ser escuchados”.
“Si no nos asistiera la razón ,no estuviéramos dando la cara; hay documentos que nos avalan, que nos respaldan”, dice Miguel con firmeza. Entre las nuevas pruebas presentadas ante el tribunal se incluyen un par de peritajes antropológicos, cuyos dictámenes señalan que la persecución que viven las personas defensores del territorio es “consecuencia de una lucha sociopolítica prolongada”.
Hoy, la familia Peralta Betanzos y el grupo de apoyo en solidaridad de su caso esperan la resolución del amparo directo 631/2022, que promovieron ante el Primer Tribunal Colegiado de Circuito en materia penal de Oaxaca, luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación les devolviera el caso en noviembre del 2024. Este amparo representa el último recurso legal, tras haber sido revisado el caso por un juez de Huautla y posteriormente por una sala superior de Oaxaca que analiza temas penales —instancia que sentenció a Miguel a 50 años de prisión, revocando su libertad—.
Los peritajes antropológicos son nuevas pruebas admitidas por el tribunal, el cual está obligado a considerarlas. “Las pruebas indican que hay un cacicazgo arraigado en Eloxochitlán”, explica la abogada Araceli Olivos, quien precisó que no sólo participaron peritos designados por la defensa: el tribunal también solicitó un dictamen a un perito adscrito a la lista de la Judicatura del Poder Judicial. Ambas informes coinciden en señalar una asimetría de poder entre la familia Zepeda y la comunidad, siendo estos primeros reconocidos como caciques.
Aunado a los peritajes se han presentado tres amicus curiae ante el tribunal: el primero, el 8 de julio de 2025, por parte del Titular de la Unidad de Litigio Estratégico en Derechos Humanos del Instituto Federal de la Defensoría Pública (IFDP); el segundo, el 7 de agosto de 2025, a través de la organización Indigenous Peoples Rights International; el tercero y último, el 4 de septiembre de 2025, por parte de Margaret Satterthwaite, relatora especial sobre la independencia de los magistrados y abogados.
Araceli Olivos, abogada integrante del grupo de apoyo en solidaridad con Miguel Peralta, explica que próxima sentencia puede derivar en cuatro escenarios posibles. El mejor de ellos sería que se conceda el amparo “liso y llano”, otorgándole la libertad a Miguel Peralta y sentando un precedente que permitirá liberar de las órdenes de aprehensión a las demás personas de Eloxochitlán.
“Yo creo que nuestra tarea es rescatar nuestros ojitos de agua, y no es de un día para otro; esto va a llevar años. Mientras ya no sigan provocándole al río, pues se va a lograr”, compartió Martha para después agregar: “Ya son muchos años. Agradezco toda esta solidaridad hasta lograr nuestras libertades, y pido igual la pronta libertad de mi hijo Miguel Peralta Betanzos, que tenga una libertad absoluta y plena”. EP