Cohesión y disciplina en los partidos del Congreso mexicano

En este texto Said Hernández Quintana analiza algunos factores que influyen en la cohesión partidista y la tendencia de voto de nuestros legisladores en el Congreso.

Texto de 05/07/23

cohesión

En este texto Said Hernández Quintana analiza algunos factores que influyen en la cohesión partidista y la tendencia de voto de nuestros legisladores en el Congreso.

Tiempo de lectura: 23 minutos

La cohesión dentro de los partidos se define como el grado en que sus miembros votan al unísono sobre los asuntos legislativos en las cámaras del Congreso. La cohesión es una medida de la unidad de los partidos y de su capacidad para trabajar juntos de manera efectiva en la aprobación y reforma de leyes u otros asuntos que competen a los órganos legislativos.

Existen varios factores que pueden influir en la cohesión, incluyendo la ideología del partido, la fortaleza de los liderazgos y la disciplina entre sus miembros. Según académicos expertos en la materia, los partidos que cuentan con una ideología compartida, un liderazgo claro y fuerte, y mecanismos disciplinarios efectivos, tienden a ser más cohesivos (Bowler et al. 1999; Carey y Shugart 1995).

En México, el grado de cohesión dentro de los partidos representados en el Congreso Federal ha cambiado poco a lo largo del tiempo. Desde la refundación del PRI en 1946 hasta finales de la década de los 90, una de las condiciones necesarias del presidencialismo mexicano fue justamente la fuerte disciplina dentro del partido oficial (Weldon 2002, p. 177). El poder presidencial descansaba en la unidad política del partido y su eficacia provenía del control sobre el poder legislativo asegurado por esa disciplina partidista.

“La cohesión dentro de los partidos se define como el grado en que sus miembros votan al unísono sobre los asuntos legislativos en las cámaras del Congreso”.

La tradición mexicana de contar con partidos políticos fuertes fomentó la cohesión del PRI, pues sus integrantes manifestaban una profunda lealtad hacia el partido debido a su hegemonía política. Con una clara estructura jerárquica liderada por la figura presidencial, el partido incentivaba a sus miembros a alinearse con sus posturas políticas. El PRI tenía la capacidad de ofrecer a sus cuadros más leales posiciones privilegiadas en las listas de candidaturas o en cargos de liderazgo dentro del partido. Además, cuando era necesario, podía amenazar con sanciones a aquellos que se desviaban de la línea del partido. Sin la posibilidad de reelección consecutiva de los legisladores, que se estableció desde 1933, los incentivos se orientaron hacia la subordinación política.1

El fenómeno de la unidad intrapartidista se mantuvo constante con el tiempo. Incluso con la llegada de la alternancia política en el ámbito federal entre 1997 y el año 2000, la evidencia sugiere que la cohesión dentro de los partidos en el Congreso se mantuvo alta. En un estudio de María Amparo Casar, que mide el nivel de cohesión de los partidos legislativos durante el periodo 1997-2006, se afirmó que los datos “comprueban, una vez más, que el Congreso mexicano tenía fracciones parlamentarias altamente disciplinadas” (2008, p. 248).

¿Qué está sucediendo en la actual legislatura del Congreso mexicano? ¿Han cambiado los niveles de unidad interna con la llegada de la nueva hegemonía política de Morena? ¿Son efectivas las alianzas legislativas para los objetivos del bloque mayoritario y del ejecutivo federal? ¿Es el comportamiento de los legisladores homogéneo y uniforme en ambas cámaras del Congreso? ¿Qué factores explican los niveles de cohesión observados recientemente en México?

Las respuestas a estas preguntas serán presentadas en este análisis, que comienza con una breve descripción de los referentes teóricos más relevantes relacionados con la cohesión intrapartidista. A continuación, se realiza un análisis de los indicadores estadísticos sobre la unidad de los partidos representados en cada cámara del Congreso mexicano durante la LXV Legislatura (2021-2024). Luego, se presenta una sección que expone los diferentes factores que contribuyen a la cohesión partidaria en México, y finalmente se presentan las conclusiones.

¿Qué es la cohesión del partido?

Existen dos teorías principales que estudian la cohesión del partido legislativo: la teoría de la elección racional y la teoría sociológica. La primera argumenta que la cohesión del partido resulta del interés individual de cada miembro. Quienes integran un partido votan en conjunto porque entienden que obtendrán recompensas por hacerlo; muestran cohesión si perciben que hacerlo les reportará beneficios personales, como la reelección, el acceso a comisiones legislativas y serán beneficiados con recursos humanos y presupuestales.

Por otro lado, la teoría sociológica sostiene que la cohesión del partido legislativo es el resultado de normas y valores compartidos. Los miembros de un partido votan juntos porque creen que es lo mejor para el partido y sus integrantes, y sienten que los votantes esperan que actúen de manera unificada y consistente. La cohesión se explica por la estructura y los principios internos de las organizaciones; sus miembros pueden tener un fuerte sentido de lealtad hacia el partido y sus líderes.

Ambas teorías pueden explicar la cohesión del partido, pero ofrecen diferentes perspectivas sobre por qué existe este fenómeno. La teoría de la elección racional se centra en el nivel individual, donde la unidad surge de la formación organizativa formal de los partidos y los congresos. En cambio, la teoría sociológica se centra en el nivel grupal, en el que la unidad proviene de las convicciones ideológicas, la socialización y la solidaridad entre compañeros.

Para definir la cohesión, me apoyo en Reuven Y. Hazan, quien, en la introducción de una edición especial sobre el tema de The Journal of Legislative Studies, delimitó con precisión el estudio de la cohesión y la disciplina intrapartidista. Hazan distingue entre la cohesión, que se refiere a la uniformidad espontánea en las opiniones y actitudes de los miembros del partido, y la disciplina, que se refiere a la obediencia de éstos a las directrices del liderazgo del partido. Según el autor, la cohesión se trata del acuerdo y la unidad relativos a las políticas y principios que promulga el partido, mientras que la disciplina se trata de la conformidad en la acción, particularmente en términos de votación en línea con la posición del partido.

“[…] la cohesión se trata del acuerdo y la unidad relativos a las políticas y principios que promulga el partido, mientras que la disciplina se trata de la conformidad en la acción, particularmente en términos de votación en línea con la posición del partido”.

Hazan señala que “la disciplina comienza donde la cohesión falla” (2003, p. 3); cuando el acuerdo o las preferencias compartidas en un partido no aseguran la unidad (cohesión), los cuerpos dirigentes emplean incentivos y restricciones para asegurar la obediencia (disciplina). Esta distinción conceptual ayuda a entender, medir y analizar de manera más precisa el comportamiento dentro de los partidos políticos.

En este sentido, existe una herramienta para calcular cuán a menudo los miembros de un partido votan juntos en la legislatura: el índice de cohesión. Este instrumento es valioso para entender las dinámicas de los partidos políticos y cómo estas pueden influir en la política y la gobernanza democrática. En este estudio adopto el modelo formalizado por John M. Carey, que mide la cohesión de un partido según el grado en que sus miembros votan juntos de manera consistente (Carey 2007).

El índice de Carey se calcula como la diferencia absoluta entre la proporción de miembros de un partido que votaron a favor de un proyecto legislativo y la proporción de legisladores que votó en contra. A diferencia de otros modelos que sólo cuentan los votos a favor y en contra, el modelo de Carey considera, además, las abstenciones y las ausencias de los legisladores durante los momentos de votación.2

La fortaleza del modelo radica en que su amplitud de medición capta con más precisión los niveles de cohesión. Al considerar el “no voto”, originado por el abstencionismo de los legisladores o por la falta a las sesiones del pleno, los cálculos toman en cuenta una eventual táctica para eludir el voto sobre algún tema polémico de la agenda legislativa. Aunque algunos legisladores podrían faltar a las sesiones por motivos genuinamente justificados —como razones médicas, alguna comisión oficial u otra circunstancia de fuerza mayor— estimo que este factor introduce un sesgo con menor distorsión para la interpretación en comparación con los resultados si se omitiera el “no voto”.3

La fórmula matemática convierte los datos en un número que va de 0 a 1, donde 0 indica una completa falta de cohesión (los miembros del partido nunca votan juntos) y 1 indica cohesión perfecta (los miembros del partido siempre votan juntos). En otras palabras, es más probable que un partido con una puntuación alta en el índice esté más unido en su comportamiento legislativo, mientras que un partido con un puntaje bajo en el índice esté probablemente más dividido.

Cohesión en el Congreso mexicano durante la LXV Legislatura (2021-2024)

En este apartado, presentaré los resultados de un análisis en el que la variable de estudio son las votaciones en el pleno de las y los diputados y senadores del Congreso mexicano. Los datos se obtuvieron de la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados (https://web.diputados.gob.mx/inicio) y del Senado de la República (https://www.senado.gob.mx/65/), consultadas durante el mes de mayo de 2023. Para tal efecto, se registraron tres datos: los asuntos de la agenda legislativa, las votaciones en el pleno desglosadas por partido, y el trámite dentro del proceso parlamentario.

La información comprende los dos primeros años de la LXV Legislatura (2021-2024), desde la apertura de las sesiones en septiembre de 2021 hasta la conclusión del segundo año legislativo en abril de 2023. La base de datos que se elaboró para este estudio incluye 900 votaciones; 403 corresponden a las y los diputados y 497 a las y los senadores. Los registros corresponden a las votaciones nominales en el pleno de cada cámara. Aquí descarto las votaciones económicas, es decir, la votación a mano alzada o a través de cédula. No se consideran estas votaciones debido a la imposibilidad de agrupar los votos según el grupo parlamentario: el nombre de los legisladores votantes y la filiación partidista no se registran en ninguna fuente.

Después de calcular los índices de cohesión con base en el modelo de Carey, los resultados revelan hallazgos significativos para entender el desempeño del Congreso mexicano. Para ello, sugiero al lector apoyarse en las Gráficas 1A y 1B:

Los niveles de cohesión de los partidos representados en la Cámara de Diputados y en el Senado son diferentes. Según el índice, los grupos parlamentarios de la cámara baja muestran, en promedio, mayor unidad que en el Senado. Mientras que las y los diputados del PVEM, por ejemplo, tienen el nivel de unidad más alto de la cámara baja (0.941), las y los legisladores del PES muestran la mayor unidad en el Senado (0.883). Como se puede apreciar en las gráficas, la cohesión del PES —el grupo parlamentario más unido del Senado— está muy por debajo del nivel de la fracción del PVEM. Esto puede indicar que las y los diputados de cada partido están más alineados en sus ideologías y objetivos políticos, o que están trabajando juntos de manera más efectiva para lograr sus metas, en comparación con los legisladores del Senado. En términos menos amables: hay más control político en la Cámara de Diputados que en el Senado.

Coexisten dos bloques de partidos en cada una de las cámaras. El primero es el grupo de partidos mayoritario que conforma el frente oficialista, integrado por Morena, PT, PVEM y, en el caso del Senado, también el PES. En todos ellos, esencialmente no se registran legisladores disidentes que hayan votado en contra de la directriz definida por los coordinadores parlamentarios, quienes a su vez siguen la línea política de la presidencia (véase en las Gráficas 1A y 1B que son casi imperceptibles las áreas de color naranja en las barras que se refieren a los votos en contra de la línea del partido).

El segundo bloque corresponde a los partidos de la oposición (PRI-PAN-PRD), que se caracterizan por dos rasgos principales: los grupos parlamentarios están mucho menos cohesionados que el bloque oficialista (situación presente en ambas cámaras); además, la oposición en el Senado ha optado en general por no votar los asuntos de la agenda legislativa, lo que significa que evitan votar en contra de las iniciativas de reforma y en su lugar prefieren abstenerse en las votaciones o bien ausentarse de las sesiones (véase las zonas amarillas de la gráfica que miden el “no voto”).

El no votar puede tener varias implicaciones: 1) en algunos casos, los miembros de un partido pueden abstenerse de votar en ciertos asuntos como una forma de protesta o descontento con la orientación que está tomando el partido (por ejemplo, cuando Morena impulsó la aprobación de la reforma a la Ley de los Husos Horarios que elimina el horario de verano, de seis senadores de la bancada del PVEM, tres faltaron a la sesión, Rogelio Israel Zamora Guzmán votó a favor, Alejandra Lagunes Soto Ruíz votó en contra y María Graciela Gaitán Díaz se abstuvo de votar la iniciativa al considerarla antiecológica, pero impulsada por el presidente de la República); 2) si un número significativo de miembros del partido se abstiene de votar, puede sugerir que hay falta de consenso sobre una cuestión determinada, lo que puede afectar la cohesión del partido (por ejemplo, al aprobarse la nueva Ley Federal de Revocación de Mandato, el diputado Gabriel R. Quadri de la Torre fue el único miembro del PAN que se abstuvo de votar); y 3) a veces, no votar puede ser una estrategia política utilizada para evitar tomar una decisión impopular o controvertida (por ejemplo, el senador Ricardo Monreal Ávila (Morena) se abstuvo de votar a favor de la polémica reforma a varias leyes para transferir la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional). En cualquier caso, el “no voto” favorece —como expondré en el siguiente inciso— a la coalición mayoritaria ahora liderada por Morena.

“[…] en algunos casos, los miembros de un partido pueden abstenerse de votar en ciertos asuntos como una forma de protesta o descontento con la orientación que está tomando el partido…”.

Las y los diputados del partido MC y las y los senadores del PRI muestran un comportamiento pragmático notable en comparación con las demás bancadas del Congreso. Según el índice de cohesión, se observa que MC en la Cámara de Diputados y el PRI en el Senado registran los índices más bajos de cohesión en comparación con el resto de las bancadas parlamentarias (0.748 y 0.559, respectivamente). Sin embargo, la baja unidad partidista no se debe a la división de los votos por conflictos internos en el partido, sino a la elevada abstención de los legisladores en las votaciones y a la frecuente inasistencia a las sesiones, presumiblemente por instrucción de los líderes del partido legislativo en el que haya mediado acuerdo con la coalición mayoritaria de Morena. El “no voto” suele favorecer la aprobación (o rechazo) de las iniciativas de reforma porque, de acuerdo con las reglas internas del Congreso, la mayoría de votos se forma con legisladores presentes al momento de la votación.4

Entonces, si por cálculo político una reforma no la quiere impulsar abiertamente uno o varios partidos, por ser impopular o por estrategia, es muy probable que esos partidos fomenten la abstención o el ausentismo entre sus miembros. Un ejemplo de esto fue la sesión del 29 de abril de 2023, cuando el bloque liderado por Morena en el Senado votó y aprobó —sin la asistencia de los partidos de oposición— un total de 20 reformas legales. Los medios de comunicación criticaron a Morena por forzar la votación en una sede alterna del recinto oficial, pero también la oposición fue criticada por faltar a esa sesión con el objetivo de exhibir al bloque oficialista por su intransigencia.

Los datos obtenidos para este apartado reflejan la importancia del comportamiento de votación en el Congreso mexicano. Las diferencias en la cohesión de los partidos políticos y las estrategias de voto tienen un impacto significativo en los resultados legislativos, lo que a su vez puede tener implicaciones importantes para la dirección política del país.

Existe un consenso entre los académicos que estudian el sistema político mexicano, según el cual los partidos políticos nacionales, principalmente los que cuentan con la mayoría legislativa en turno, son organizaciones altamente cohesionadas (Béjar 2004, Casar 2008, Nacif 2002 y Weldon 2002). Los datos de este estudio lo confirman: durante los primeros dos tercios de la legislatura correspondiente a la segunda mitad del mandato presidencial de Andrés Manuel López Obrador, el partido mayoritario (Morena) tiene, en promedio, un índice de cohesión de 0.933 en la Cámara de Diputados y de 0.819 en el Senado de la República. De acuerdo con los estándares internacionales, estos índices promedios se catalogan como de “cohesión alta” a “cohesión completa”” (cfr. Janda 1980); es decir, el partido dominante se comporta como un cuerpo uniforme en todos los asuntos votados en el Congreso mexicano.

Con el propósito de medir la dispersión de las votaciones consideradas, esto es, el nivel de variabilidad de los votos emitidos, calculé la desviación estándar. De acuerdo con esta medida estadística, el partido MC tiene una mayor variabilidad en las votaciones en comparación con los demás partidos representados en la cámara baja (0.367, según la Tabla 1A). En el extremo opuesto, el PVEM registra el comportamiento más estable con una medida de 0.068, lo que indica una variabilidad en sus votaciones mucho menor. Este nivel es incluso más bajo que el comportamiento esperado de los diputados de Morena, quienes deberían ser más uniformes debido a su calidad de partido oficialista mayoritario.5

Los valores indican que muy pocos legisladores del PVEM han desatendido la línea política marcada por sus líderes parlamentarios, quienes a su vez siguen la directriz del Presidente de la República. Como cuarta fuerza parlamentaria, el PVEM es un partido relativamente pequeño pero altamente unificado entre sus miembros y al exterior con Morena. Esta lealtad con el bloque oficialista es recompensada con beneficios electorales. Algunos ejemplos: el aparente desaseo en la postulación de la candidatura de Morena y su desempeño electoral, en 2021, favorecieron el triunfo de la candidatura del PVEM al gobierno de San Luis Potosí; y en la elección para renovar la gubernatura en el Estado de México en junio de 2023, el PVEM aseguró una votación de, al menos, 10 puntos porcentuales de los sufragios captados por la coalición firmada con Morena y el PT mediante la figura de candidatura común, a través de la transferencia de votos.

En el Senado, por su parte, el PRD es la segunda6 fuerza política con la mayor variabilidad en las votaciones de sus miembros (0.310); es decir, sus legisladores frecuentemente votan de manera diferenciada. En sentido opuesto y a diferencia de los diputados, la fracción legislativa de Morena en el Senado es la más unida en sus votaciones (0.087), en comparación con los demás grupos parlamentarios de la cámara (véase Tabla 1B).

“El Senado, por su parte, es una cámara más inestable y menos predecible porque es más elevada la dispersión de las votaciones…”.

La dispersión de las votaciones se comporta de forma diferente en cada cámara del Congreso. La Cámara de Diputados es un órgano legislativo muy predecible, ya que la dispersión del índice de cohesión es mínima entre los partidos que acumulan el 54.8 por ciento del total de los escaños. Cuando la dispersión de las votaciones es baja sugiere que la cohesión de los partidos es bastante constante de una votación a otra. El Senado, por su parte, es una cámara más inestable y menos predecible porque es más elevada la dispersión de las votaciones; el partido Morena tiene la menor variabilidad de la cámara, pero está lejos de la unidad observada entre los diputados. Además, ese partido controla sólo el 46.8 por ciento del total de los asientos del pleno. Por lo tanto, con una dispersión más alta y sin una mayoría absoluta, la cámara es más inconsistente en sus decisiones.

Las Gráficas 2A y 2B permiten realizar algunas interpretaciones importantes sobre el desempeño, en coalición, de los grupos parlamentarios en los dos recintos legislativos del Congreso.

Primero, la mayor cohesión se encuentra en la alianza legislativa conformada por Morena-PT-PVEM (y PES en el Senado). Inicialmente, los diputados comenzaron la legislatura de manera unida, pero se observa una baja en la cohesión a lo largo del tiempo (por ejemplo, el índice de cohesión bajó de 0.956 en el primer periodo a 0.918 puntos dos años después). En el Senado, la coalición oficialista tuvo su punto más alto en el segundo periodo del primer año legislativo (0.846), pero ha mantenido un índice de unidad mucho más bajo en comparación con la cámara baja. Esta diferencia en la cohesión dentro de la misma coalición en cada cámara podría explicarse por el tipo de liderazgo ejercido por los coordinadores parlamentarios. Mientras el Senador Ricardo Monreal Ávila ha mostrado un enfoque más conciliador en la negociación política y una mayor independencia en el ejercicio de su cargo, el Diputado Ignacio Mier Velazco se ha caracterizado por ser un operador político subordinado y leal a los dictados del Ejecutivo Federal y ha impuesto una disciplina rigurosa dentro de su bancada.

Segundo, la alianza opositora integrada por PAN-PRD-PRI ha experimentado altibajos en ambas cámaras del Congreso, siendo la cámara baja la más inestable. En general, se observa una baja cohesión dentro de los partidos críticos al gobierno, lo que ha tenido implicaciones políticas en términos de una menor influencia y capacidad de negociación de la oposición. La falta de unidad interna y de liderazgos fuertes limita su capacidad para promover propuestas legislativas y políticas de manera conjunta y coordinada, lo que a su vez afecta la formación de figuras nacionales competitivas. A excepción de la reforma electoral de 2022-2023, donde se mostraron cohesionados —más por la movilización de la sociedad civil que por la coordinación de las dirigencias—, la oposición no ha logrado una cohabitación efectiva en el Congreso.

Tercero, el partido MC se ha presentado como una fuerza política “independiente” de los dos principales bloques en la legislatura. Al evaluar su impacto en las votaciones legislativas, propongo aquí un ejercicio de medir sucesivamente el índice de cohesión asumiendo que se encuentra en alguna de las coaliciones. Los resultados muestran que en la Cámara de Diputados, MC se ha destacado como una fracción independiente al votar de manera diferente a los bloques más grandes. Por ejemplo, si se calcula el índice uniendo MC con el oficialismo encabezado por Morena, la unidad del bloque disminuye, lo que indica que MC no apoya de manera unificada a esa alianza, ya que varios de sus miembros votan en contra o se abstienen. Lo mismo ocurre si se calcula MC con el bloque opositor PRI-PAN-PRD, aunque en menor medida. En general, MC tiende a votar más en línea con la oposición que con el oficialismo, pero sin alinearse incondicionalmente con el posicionamiento del bloque opositor. En ambos casos, los diputados de MC tienden a votar divididos, pero más proclives hacia la oposición.

En el Senado, el grupo parlamentario de MC se comporta de manera diferente. Al calcular el índice asumiendo que se encuentra agrupado en alguna de las coaliciones, se observa un cambio en su comportamiento. Durante el primer año legislativo, MC votó en la misma dirección que el bloque de Morena, pero su tendencia de apoyo disminuyó en el siguiente año. Al dejar de votar con el oficialismo, MC cerró filas con los partidos opositores, aunque con menor intensidad. Siendo así, MC se presenta como un partido que vota de manera más estratégica, apoyando las directrices de la oposición cuando les reporta beneficios, pero también respaldando las iniciativas impulsadas por el oficialismo cuando les conviene.

En resumen, la cohesión partidista en la LXV Legislatura del Congreso mexicano se caracteriza por altos niveles de unidad en la Cámara de Diputados, mientras que en el Senado los grupos parlamentarios están menos cohesionados. A pesar de las diferencias en la unidad de los partidos dentro de cada cámara, hay un rasgo común: las dos coaliciones dominantes tienen un comportamiento homogéneo durante la legislatura, pero la alianza encabezada por Morena siempre es más unida que la alianza opositora.

“Mientras Morena y sus socios son consistentes en su desempeño legislativo, con una línea clara de liderazgo, la oposición depende de la coyuntura política, donde la divergencia de objetivos, la pluralidad ideológica y los intereses electorales fragmentan el comportamiento de sus miembros”.

En general, según el índice de cohesión, se espera que los miembros del bloque mayoritario (Morena-PT-PVEM-PES) voten de acuerdo con la plataforma del partido Morena. Esto se debe, en parte, al fuerte liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador, así como a la ideología del partido, que establece metas y objetivos claros. En contraste, el bloque opositor es débil debido a la división entre los grupos parlamentarios que lo componen. Aunque la coalición busca mostrar unidad y coordinación, la realidad es que la cohesión interna dentro y entre los partidos está sujeta a diferentes dinámicas y circunstancias políticas que la comprometen. Mientras Morena y sus socios son consistentes en su desempeño legislativo, con una línea clara de liderazgo, la oposición depende de la coyuntura política, donde la divergencia de objetivos, la pluralidad ideológica y los intereses electorales fragmentan el comportamiento de sus miembros.

Es importante advertir que en este análisis no abordaré la relación entre la cohesión partidista y el nivel de eficacia legislativa, ni la relevancia que han tenido los partidos minoritarios de esa alianza para impulsar la agenda legislativa. Estos temas forman parte de otra investigación en curso.

¿Cuáles son los diferentes factores que contribuyen a la cohesión de Morena?

Morena fue fundado en 2014 por el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien ha sido un líder carismático y una figura unificadora para el partido. Su fuerte liderazgo y carisma han contribuido a mantener la cohesión dentro de la estructura partidista. Sin embargo, la fuerza centrípeta del máximo líder de Morena no es suficiente para explicar adecuadamente la cohesión de los grupos parlamentarios morenistas en el Congreso mexicano. Detecto los siguientes factores adicionales:

Ideología y principios compartidos. Morena tiene una clara ideología y principios políticos que comparten sus miembros. Las y los líderes y militantes se autodenominan como un partido de izquierda comprometido con combatir la corrupción, la desigualdad y defender los derechos sociales. Esto significa que quieren asegurarse de que todos tengan una oportunidad justa en la vida, independientemente de su clase social o antecedentes. Esta ideología y valores proporcionan una base sólida para la cohesión, ya que brindan a los miembros un propósito común y un conjunto de objetivos atractivos para sus electores.

Disciplina partidaria. Morena tiene un alto nivel de disciplina partidaria. Sus miembros esperan recibir las directrices y decisiones del liderazgo del partido, así como de los legisladores de sus bancadas para votar de acuerdo con la plataforma y posiciones que adopte el partido. El mecanismo disciplinario más efectivo es la posibilidad de acceder a una carrera política exitosa respaldada por la buena reputación del partido entre los votantes, así como los procedimientos de nominación centralizados que conducen a una mayor cohesión del partido. En este sentido, la unidad dentro de Morena no significa que los miembros no puedan expresar diferentes opiniones o tener debates internos (ejemplo de ello es que algunos casos aislados votaron contra la línea del partido o en su defecto se abstuvieron de hacerlo). Sin embargo, una vez que se toma una decisión como partido, es muy probable que sus miembros respalden y actúen en conjunto.

Éxito electoral. Morena ha tenido mucho éxito en las elecciones, ganando la presidencia en 2018 y la mayoría en ambas cámaras del Congreso en las elecciones federales de 2018 y 2021. A nivel local, también cuenta con 22 gubernaturas (incluida la del Estado de México), cuando apenas en 2018 gobernaba en cinco. A pesar de su corta existencia como partido nacional, Morena tiene el mayor nivel de intención de voto entre el electorado, lo que ha ayudado a solidificar la cohesión del partido. Ha demostrado que es capaz de ganar elecciones y lograr muchos de sus objetivos políticos.

Polarización política e ideológica. La estrategia del gobierno de polarizar el debate político y social también contribuye a que el partido se configure como una fuerza ganadora, debido al impacto de su retórica de izquierda y la reputación del presidente de la República. Al dividir a los políticos en “buenos” y “malos”, la polarización elimina los incentivos para que los legisladores cooperen entre sí, lo que refuerza la cohesión intrapartidista como un efecto, no como una causa del comportamiento egoísta y racional de los políticos.

“Al dividir a los políticos en “buenos” y “malos”, la polarización elimina los incentivos para que los legisladores cooperen entre sí, lo que refuerza la cohesión intrapartidista como un efecto, no como una causa del comportamiento egoísta y racional de los políticos”.

No obstante, para entender la cohesión del partido oficialista, además del liderazgo, los fundamentos ideológicos y el atractivo electoral y reputacional del partido, es necesario completar el cuadro con cuatro características de la comunicación política que realiza Morena:

  • Comunicación de mensajes clave. La propaganda política del partido se utiliza para transmitir mensajes clave, como sus principios ideológicos, propuestas políticas y logros. A través de una propaganda centralizada en las mañaneras, el espacio de comunicación gubernamental del presidente de la República, Morena refuerza la identidad y la cohesión interna al recordar a sus miembros los valores y objetivos compartidos, así como el control sobre el posicionamiento y la agenda pública.
  • Movilización y activismo. La propaganda política también tiene como objetivo movilizar y activar a los seguidores del partido. Al utilizar estrategias de comunicación persuasivas, Morena genera entusiasmo y compromiso entre sus miembros para participar en actividades políticas, como mítines, marchas o campañas electorales. Esto no solo fortalece el sentido de pertenencia y la cohesión en torno a los objetivos del partido, sino que también mantiene activas sus bases militantes y de apoyo social.
  • Construcción de una imagen positiva. La propaganda política se utiliza para proyectar una imagen positiva de Morena y sus líderes. A través de discursos, imágenes y testimonios, se genera confianza y admiración hacia el partido y quienes lo encabezan. Esto ayuda a mantener la cohesión interna al fomentar el orgullo y la identificación de los miembros con la organización.
  • Contrarrestar críticas y oposición. La comunicación política también desempeña un papel en la cohesión partidista al abordar y contrarrestar las críticas y la oposición hacia Morena. A través de mensajes persuasivos, los líderes del partido buscan defender sus acciones y políticas, así como refutar las críticas de manera efectiva. Esto ayuda a mantener la unidad interna al proporcionar respuestas y argumentos coherentes frente a los detractores.

La cohesión de Morena se explica básicamente porque el partido cuenta con un líder dominante que, además, es el actual presidente de la República, lo cual implica tener acceso a recursos públicos y la capacidad de proporcionar desarrollo político a sus correligionarios. También cuenta con una gran reputación social que le favorece en las contiendas electorales, una oferta ideológica con amplia aceptación entre las capas más numerosas de la ciudadanía, y el gobierno ha diseñado una estrategia de comunicación muy eficaz y efectiva que alinea no solo el mensaje gubernamental, sino también el posicionamiento del partido, lo cual permea de manera homogénea y coherente en la opinión pública. El resultado es un partido legislativo con miembros altamente unificados en torno a las prioridades del gobierno.

Conclusiones

Los votos de las y los legisladores mexicanos están controlados por sus partidos, principalmente aquellos que tienen mayoría en el Congreso. Son las dirigencias de esos partidos las que pueden controlar el comportamiento de sus miembros, guiados pura y exclusivamente por los intereses del gobierno en turno. Las posibilidades de reelección para diputaciones o senadurías están influenciadas por el partido, ya que sin su postulación el legislador no lograría mantenerse en el cargo mediante sus propias iniciativas de reforma. Por lo tanto, el partido ejerce una influencia absoluta en el comportamiento parlamentario, ya que la mayoría de ellos votan de acuerdo con las directrices del partido. Según el índice de cohesión, los partidos presentan una considerable cohesión promedio durante todo el período legislativo. Las órdenes de los líderes formales e informales de los partidos permiten anticipar el resultado de las votaciones.

Desde la perspectiva de la teoría de la elección racional, la cohesión casi absoluta de Morena en las cámaras del Congreso mexicano se podría explicar por el cálculo racional de los miembros de ese partido para mantener su carrera política. Sin embargo, este argumento no es suficiente para entender de manera razonable la entrega y el compromiso que, sobre todo, los diputados han demostrado en la tribuna al aprobar las iniciativas de reforma y nombramientos promovidos por el Gobierno Federal. Si bien el principal incentivo en las democracias avanzadas es la reelección, en México ese mecanismo pierde sentido debido al control que las cúpulas del partido legislativo tienen sobre las candidaturas y otros beneficios.

Dado que el razonamiento estratégico es insuficiente, ¿qué más explica la unidad legislativa de Morena? Los miembros de Morena creen en la posibilidad de lograr una transformación profunda en México de acuerdo con los principios postulados por el partido y su líder principal. Según los conceptos de Hazan, Morena es una fuerza política altamente cohesionada gracias a sus valores y principios ideológicos. “La cohesión es el resultado de las acciones que tuvieron lugar antes de que los legisladores llegaran al parlamento”, dice el autor (2003, p. 4). Bajo esta lógica, Morena utiliza marginalmente los mecanismos disciplinarios internos para garantizar la unidad de sus legisladores. La idea básica es que, en general, los representantes populares de Morena adopten la línea del partido por su propia voluntad; y cuando no sucede así, la presión de sus compañeros y los mecanismos disciplinarios del partido se activan para castigar la deslealtad con restricciones para seguir con una carrera política exitosa.

Antes de terminar, es importante anotar un hallazgo lateral, pero no por eso menos importante del estudio: la gran relevancia que los partidos minoritarios ostentan en el Congreso mexicano. Según su nivel de cohesión, identifico dos tipos de partidos en la legislatura: aquellos leales a la coalición a la que pertenecen, como el PVEM, PES y PT; y los pragmáticos, tales como MC, que no presentan un comportamiento coherente y uniforme dentro de alguna coalición legislativa. Los partidos minoritarios, ya sea que se encuentren en el oficialismo o en la oposición, contribuyen a mantener un equilibrio de poder. Estos partidos tienen la capacidad de unirse y formar una coalición “todo-terreno”, lo que puede darles la posibilidad de influir de manera significativa en las políticas gubernamentales, o incrementar sus posibilidades de triunfo en las contiendas electorales. Los partidos pequeños pueden inclinar la balanza parlamentaria para conformar una coalición mayoritaria a cambio de ciertos beneficios políticos. Los partidos minoritarios han establecido una especie de sistema clientelar en el Congreso mexicano, donde los votos se intercambian por beneficios políticos y electorales.

“Los partidos minoritarios, ya sea que se encuentren en el oficialismo o en la oposición, contribuyen a mantener un equilibrio de poder”.

Dicho lo anterior, este análisis no tuvo como objetivo abordar la cohesión partidista y el nivel de eficacia legislativa para aprobar las reformas de la coalición a cargo de Morena. ¿La fuerza del poder presidencial y las mayorías de Morena definen la agenda gubernamental y, por lo tanto, los asuntos legislativos son aprobados por el Congreso? En caso afirmativo, ¿en qué medida se mantienen los términos de las iniciativas propuestas por el Ejecutivo en el Congreso? ¿El presidente enfrenta dificultades constantes para hacer avanzar su agenda a través de la legislatura? Son preguntas que podrían explorarse en futuros estudios sobre el poder legislativo en México. Por lo pronto, los hallazgos ofrecidos aquí son una buena introducción sobre el desempeño y el comportamiento de los partidos legislativos en los últimos años.

Bibliografía consultada

Béjar Algazi, Luisa (2004). “Representación y disciplina en los grupos parlamentarios: el caso mexicano”, en Estudios Políticos. Núm. 3, septiembre-diciembre, pp. 153-194.

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  1. En 2014 se reinstaló la reelección consecutiva en México, con un diseño que dejó a las jerarquías de los partidos todo el control del proceso, determinando así quiénes pueden postularse para la reelección. []
  2. Ruiz y Otero (2013) describen con gran claridad los diferentes tipos de índices que se han diseñado para medir la cohesión dentro de los partidos políticos. Recomiendo su lectura, ya que, además de presentar las fórmulas matemáticas, los autores desglosan detalladamente el cálculo de cada uno de los índices, incluyendo el modelo de Carey que se emplea en este estudio. []
  3. Un ejemplo notable fue el proceso de aprobación de las reformas al artículo Quinto transitorio del decreto constitucional, que buscaba ampliar hasta 2028 el uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública. En aquella ocasión, debido a la ausencia de varios senadores en la sesión del Pleno, Morena y sus aliados se vieron obligados a posponer la discusión y aprobación de la reforma. No fue hasta que lograron la asistencia completa de todos sus miembros que pudieron continuar con el proceso legislativo. Ver https://politica.expansion.mx/congreso/2022/09/21/discusion-en-el-senado-sobre-reforma-a-guardia-nacional. []
  4. De acuerdo con el artículo 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, una reforma constitucional o legal requiere la mayoría (ya sea relativa, absoluta o calificada, dependiendo del caso) de los legisladores presentes en la sesión. Sin embargo, la Constitución también establece casos en los que se requiere votación con base en el total del Congreso. Aquí hay dos ejemplos: 1) Según el artículo 63, “Las Cámaras no pueden abrir sus sesiones ni ejercer su cargo sin la concurrencia, en cada una de ellas, de más de la mitad del número total de sus miembros”; y 2) el inciso c) del artículo 72 estipula que, en caso de que un “proyecto de ley o decreto sea desechado en todo o en parte por el Ejecutivo, será devuelto, con sus observaciones, a la Cámara de origen. Este deberá ser discutido de nuevo por dicha Cámara y, si fuese confirmado por las dos terceras partes del número total de votos, pasará otra vez a la Cámara revisora”. (Énfasis añadido) []
  5. Al revisar los asuntos que tuvieron la menos unidad de los diputados de Morena se advierte que varios corresponden al nombramiento de servidores públicos, lo que denota la pugna interna entre las camarillas al interior de ese partido por imponer a figuras afines. []
  6. La primera posición la ocupa el autodenominado Grupo Plural, conformado por legisladores sin partido y que tienen la mayor dispersión en sus votaciones. []
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