
Ante una clara violación de la soberanía nacional, Aníbal Santiago escribe sobre las incursiones de aviones estadunidenses en el espacio aéreo mexicano, bajo el supuesto argumento de la lucha contra el narcotráfico.
Ante una clara violación de la soberanía nacional, Aníbal Santiago escribe sobre las incursiones de aviones estadunidenses en el espacio aéreo mexicano, bajo el supuesto argumento de la lucha contra el narcotráfico.
Texto de Aníbal Santiago 17/02/25
Ante una clara violación de la soberanía nacional, Aníbal Santiago escribe sobre las incursiones de aviones estadunidenses en el espacio aéreo mexicano, bajo el supuesto argumento de la lucha contra el narcotráfico.
De haberlo tenido a la mano, el gobierno de Estados Unidos habría sobrevolado la costa del narco mexicano con el Súper Destructor Eclipse de 17 km de largo, dotado con un mega laser con potencia para pulverizar planetas, revestimiento de neuranio y escudos deflectores que lo blindan de cualquier ataque. Estacionados dentro de ese titánico vehículo interestelar de Star Wars, 600 cazas, 100 naves más pequeñas, además de 150 mil feroces combatientes habrían completado el espionaje desde el cielo a nuestros cárteles, más indefensos que osos perezosos bebés.
“el presidente Donald Trump ha optado por usar el avión RC-135 Rivet Joint.”
Pero como el Acorazado Estelar Eclipse no existe, o solo existió en la mente del director George Lucas, el presidente Donald Trump ha optado por usar el avión RC-135 Rivet Joint. Lastimosamente para el hombre más poderoso de la Tierra, ese avión es incapaz de volver polvo los planetas Coruscant o Mustafar —como sí lo hacía la nave Eclipse—, pero pocos o quizá ningún artefacto aéreo en nuestro planeta tiene la capacidad para detectar y procesar tanta información del enemigo. Al Darth Vader rubio le basta hacer una llamada para que se levante por los aires un monstruo tecnológico que, jura, puede comenzar a aniquilar a los exportadores de fentanilo y otras sustancias a Estados Unidos que trabajan clandestinamente en escondrijos del norte del país. Lo de Darth vader no es un chistorete. A Trump lo excita el poder pues se ve a sí mismo como un personaje cinematográfico que apretando un botón haría estallar al mundo.
Cierto, el avión RC-135 Rivet Joint que el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial usó cerca del Mar de Cortés (al parecer en 18 vuelos) para saber en qué asuntos andan las fuerzas mexicanas del mal no es el Súper Destructor Eclipse de la flota imperial. La ventaja de Trump es que el avión existe y esa nave no. Si le preguntaras al general Gregory M. Guillot, alto mando del Comando Norte, de qué es capaz ese avión, la respuesta te la daría en 6 sofisticados puntos, aquí híper abreviados:
Y a todo esto, ¿Estados Unidos tenía el consentimiento mexicano para sobrevolar nuestras costas? No, y a Trump le importa nada. Si el Emperador Palpatine no pedía permiso para conducir entre galaxias la nave Eclipse, el mandatario estadounidense menos lo hará para enviar hacia México, el país del mal, su súper avión.
Las primeras señales de Trump indican que su guerra contra el narcotráfico hará quedar a las autoridades mexicanas como niños jugando con soldaditos de plástico para destruir a los más terroríficos criminales en la historia de México.
“Darth Vader lleva 29 días en el poder.”
Trump ha dado un paso que parecen mil pasos juntos. ¿Y la soberanía, doctora Sheinbaum? No hay mucho que hacer cuando nosotros jugamos a los soldaditos de plástico desde 2006, cuando la guerra se inició, y el vecino cuenta con el Acorazado Estelar Eclipse, o bueno, no exageremos, con su versión terrenal, el RC-135 Rivet Joint.
Darth Vader lleva 29 días en el poder. Tranquilos, solo le quedan 1432 días. EP