Conocí a Gabriel en febrero de 1983. Coincidimos en un festival artístico-musical que se llevó a cabo en los Edificios Condesa. Ambos exponíamos nuestro trabajo en las ventanas del edificio de la Privada Matehuala. En el templete vi a un chamaco flaco, con una abundante melena rizada, tocando su guitarra e intentando cantar con su grupo de música “Los Sordos”. Fue el principio de mi trabajo fotográfico con él y el inicio de una amistad-hermandad que hasta hoy continúa, intensa, fructífera y vital. Estos treinta y siete años de amistad se han enriquecido con viajes compartidos a Barcelona, a París, a Frankfurt, a Nueva York. Su proceso creativo es muy singular: inicia con cientos de dibujos en decenas de cuadernos; continúa con pintura sobre tela de diferentes formatos; sigue con maquetas en cartulina hasta terminar con esculturas de diversos tamaños y materiales (madera, fierro, bronce). Gabriel es un apasionado e inteligente creador-provocador: está siempre ideando proyectos con un profundo sentido social, en los que involucra a músicos, actores, bailarines, pintores y fotógrafos. Cabe mencionar los homenajes a Juan García Ponce y a Vicente Rojo, en los ochenta, en su entonces emblemático espacio “El Archivero”, o su gran proyecto multidisciplinario “Babel” (1993, Cine Ideal, Tizapán), en el que involucró a creadores como David Huerta, Betsy Pecanins, Martha Verduzco, Vicente Rojo Cama, Armando Contreras, entre otros. Y qué decir de sus proyectos para el Museo de Arte Moderno (“Ciudad rota”, 1986), el Museo Tamayo (“La Sonora Industrial. Esculturas musicales”, 1988) y el Museo Carrillo Gil (“Moneda coladera, 1998). En 2017, junto con otros artistas, organizó la exposición colectiva “Montar la Bestia” cuyo propósito fue llamar la atención de la sociedad sobre la realidad que viven los migrantes en la penosa experiencia de alcanzar el sueño americano. En 2018 y 2019 reafirma su compromiso social al convocar a decenas de artistas a expresar en bardas de la ciudad y en lugares como los mercados, su repudio a los feminicidios y el apoyo a los migrantes y a los familiares de desaparecidos. Este año, 2020, en estos meses de contingencia, Gabriel ha hecho mancuerna con Demián Flores y juntos han desarrollado la carpeta “La nueva normalidad”: una edición de treinta ejemplares, numerados y firmados, que contienen cada una cuatro linóleos (dos de Macotela y dos de Flores), una serigrafía realizada al alimón, dos serigrafías impresas en tapabocas y siete fotocopias de archivos, con la finalidad de apoyar proyectos e iniciativas culturales ante la pandemia del Covid-19.Yo celebro y agradezco hoy el hecho de poder decir: Gabriel Macotela es mi hermano. EP
Gabriel Macotela (Guadalajara, Jalisco, México, 1954). Pintor, escultor, grabador, escenógrafo y activo gestor cultural. Fue alumno de Gilberto Aceves Navarro. Perteneció al Grupo Suma. En 1977 funda Cocina Ediciones, y en 1985 la librería alternativa “El Archivero”, junto con Yani Pecanins y Armando Sáenz. Ha participado en diversas exposiciones colectivas en museos y galerías de México, Estados Unidos, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, Francia, España, Alemania, Portugal, Bélgica, Grecia e India, entre otros muchos países. Presentó su primera exposición individual en 1976, en la Casa del Lago de la Ciudad de México, y después ha expuesto de manera exclusiva para Galería Pecanins (1978-1987), Galería Juan Martín (1990 y 1995), Museo Carrillo Gil (1983 y 1997), Museo de Arte Moderno (1986) y en el Museo Rufino Tamayo (1988).