FLM: Pluma con pluma. Algunos trabajos recientes de nuestra comunidad

Cumpliendo con mi oficio piedra con piedra, pluma a pluma, […] A todos tengo que dar algo cada semana y cada día, un regalo de color azul, un pétalo frío del bosque, y ya de mañana estoy vivo mientras los otros se sumergen en la pereza, en el amor, yo estoy limpiando mi campana, mi […]

Texto de 18/06/17

Cumpliendo con mi oficio piedra con piedra, pluma a pluma, […] A todos tengo que dar algo cada semana y cada día, un regalo de color azul, un pétalo frío del bosque, y ya de mañana estoy vivo mientras los otros se sumergen en la pereza, en el amor, yo estoy limpiando mi campana, mi […]

Tiempo de lectura: 7 minutos

Cumpliendo con mi oficio

piedra con piedra, pluma a pluma,

[…]

A todos tengo que dar algo

cada semana y cada día,

un regalo de color azul,

un pétalo frío del bosque,

y ya de mañana estoy vivo

mientras los otros se sumergen

en la pereza, en el amor,

yo estoy limpiando mi campana,

mi corazón, mis herramientas.

Tengo rocío para todos.

Pablo Neruda, “A mis obligaciones”

A lo largo de los poemas que conforman Los que regresan, tercer libro de Javier Peñalosa (1981), hay un cauce seco —quizás imaginario— cuya dirección se presenta como un misterio, con una suerte de extrañamiento. El agua inunda y se desborda en los poemas de este libro; los ríos que no desaparecen aunque aparenten ser invisibles. Lo que no está se nombra y es lo que vuelve.

Por Los que regresan, Peñalosa obtuvo el Premio de Poesía Joaquín Xirau Icaza 2017. Elsa Cross, Adolfo Castañón y Juan Villoro integraron el jurado de este galardón para poetas menores de cuarenta años, otorgado por El Colegio de México y la Fundación Colmex.

“El libro se desgrana en sesenta y seis viñetas (una cifra apocalíptica) que llegan a la superficie de la página con limpidez y fuerza”, apunta Adolfo Castañón. “La dialéctica del arraigo y del desarraigo, de la fugacidad y del conocimiento recorre el tenso cuerpo de esta construcción que, por virtud de la austeridad y el despojo enunciativo, cobra vida propia y, al hacerlo, hace renacer del polvo la memoria colectiva”.

Peñalosa, becario en el área de poesía de la Fundación para las Letras Mexicanas (FLM) de 2007 a 2009, es también autor de los libros Aviario (Tintanueva, 2005) y Los trenes que partían de mí (Ediciones Sin Nombre, 2010), que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa 2009. En 2016, su relato para niños, El día que María perdió la voz, se convirtió en el libreto de una ópera que se presentó en el Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México. Javier Peñalosa ha escrito guiones para significativas producciones de Canal Once, TV Azteca, Corazón Films y Argos TV. Asimismo, fue beneficiado por el programa Jóvenes Creadores del Fonca y cursó una maestría en Escritura Creativa en la Graduate School of Arts and Science de la New York University.

El Premio de Poesía Joaquín Xirau Icaza se ha convocado desde 2013 y es impulsado por Ana María Icaza y Ramón Xirau como una manera de honrar la memoria de su hijo, el poeta Joaquín Xirau Icaza, fallecido en 1976.

Los que regresan apareció el año pasado bajo el sello de Antílope, editorial independiente que promueve nuevas voces.

Colega de nuestra comunidad de escritura, Mariana Oliver (1986) obtuvo en 2016 el Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos por Aves migratorias, libro que escribió durante su paso por la calle Liverpool número 16 (sede de la FLM), y que, editado por el Fondo Editorial Tierra Adentro (FETA), presentó este año en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, en el marco del ciclo anual La Comunidad FLM en Minería.

Francesca Gargallo no vacila en describir esta ópera prima como “un libro digno de ser enumerado entre los clásicos del género”, y subraya: “La capacidad de evocación en las reflexiones literarias de Mariana Oliver sobre tópicos de la vida cotidiana es asombrosa”.

Por su parte, Nora de la Cruz señala:

La gran fortaleza de Aves migratorias es, sin duda, la inteligencia que anima todos los ensayos; con esto quiero decir que la sensibilidad con la que se observa la realidad se transmite con gran eficacia al seleccionar bien los detalles, recrear anécdotas e imágenes eficaces y disponer los textos de formas originales y pertinentes. […] Se trata de una obra conceptual contemporánea, sólida en su sentido y en su estética, pero con una ligereza y legibilidad que la hacen accesible y potencian su expresividad. De la lectura volvemos informados, pero también tocados, conmovidos, con la visión renovada y, por encima de todo, incitados a la observación del secreto escondido que la realidad revela cuando se le observa con un poco de detenimiento.

Narradora de nuestra comunidad, Paulette Jonguitud (1978) publicó este año su tercer libro, el volumen de cuentos Son necios, los fantasmas (dgp, 2017). Su primera novela, Moho (feta, 2011), traducida por ella misma como Mildew (CB editions, 2016), fue bien recibida en Gran Bretaña: “Jonguitud logra lo que sólo los mejores escritores consiguen”, escribe Amy McCauley, “cuenta un relato local en el más pequeño de los lienzos, con tal destreza y precisión, y con tan profunda honestidad, que la historia adquiere el persistente, inamovible poder de la fábula”.

Paola Velasco (1977) presentó recientemente su primer poemario, Rotación del tiempo, una propuesta reflexiva y lírica bellamente editada por la Universidad Autónoma de Querétaro. Autora de dos libros, Las huellas del gato. Ensayos sobre arte y literatura (feta, 2006), y Veredas para un centauro (uam, 2012), en la casona de la calle Liverpool, Velasco fue becaria en el área de ensayo y jefa de redacción de la revista Pliego 16, publicación de nuestro Programa de becas y formación.

Entre otras publicaciones recientes de la comunidad de la FLM están los libros de ensayo La pulga de Satán (feta, 2017), de Mariana Orantes (1986), y Dafen: dientes falsos (feta, 2017), de Pierre Herrera (1988). En poesía, Ibán de León (1980) dio a la imprenta Estaciones nocturnas (feta, 2016), y Carlos Iván Córdova (1982), Habitación Zoo (isc, 2016), que obtuvo el Premio Regional de Poesía Ciudad de la Paz, 2014. El narrador Federico Vite (1975) publicó su sexto título, la novela Bajo el cielo de ak-pulco (Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, 2016).

Las mutaciones (Antílope, 2016), primera novela de Jorge Comensal (1987), escritor de nuestra comunidad, ha merecido una cálida recepción, a la que muy recientemente se ha sumado David Huerta: “Declaro abiertamente mi admiración por la calidad excepcional de la escritura de Comensal […] Sin olvidar en ningún momento las vueltas y revueltas de la trama, lo que me interesa poner aquí de resalto es la escritura de Jorge Comensal, o dicho a la antigüita: el brillo de su estilo. Hecho de ironía y reticencia, un vocabulario de una gran exactitud, una capacidad para utilizar eficazmente los adjetivos, entre muchas otras cosas”.

Eduardo Langagne, por su parte, anota:

La de Jorge Comensal es una pluma nueva. Desde este estreno literario, digamos formal, habrá que seguirlo con cuidado y atención por ese enorme potencial que muestra en su primera novela. Con experiencia en la escritura, con oficio, Comensal cuenta una historia relacionada con mutaciones genéticas. Más allá de las sugerencias del título, que pareciera inscribirse en el ámbito científico, la novela contiene las virtudes de un desarrollo argumental amable, divertido, ameno y al mismo tiempo profundo, lleno de datos singulares cercanos a la crítica social, con un resaltado sentido del humor: una de las formas en las que mejor se expresa la inteligencia humana. La historia es sencilla y, sin riesgo de adelantar la trama, pues lo importante es cómo Jorge Comensal desarrolla la historia, trata de un hombre al que se le debe extirpar la lengua debido al cáncer: dolorosa confrontación con el brutal escenario de las enfermedades. Todos los personajes de la novela de Comensal tienen una participación plena en la historia, el cruce de realidades de cada uno produce una trama emotiva con profundidades, certezas y dudas que tocan el ánimo del lector. Poseedor de una calidad notable, Comensal nos deja ver su capacidad analítica, su rigor en el conocimiento científico que jamás distrae la atención de la historia principal, y sí, efectivamente, ayuda al lector en la relación secreta, íntima, que puede establecer con los personajes.

Dos jóvenes narradores de nuestra comunidad, Alfonso Nava (1981) y Alejandro Arteaga (1977), presentaron recientemente una obra a cuatro manos: Sick & McFarland. Una novela pretenciosa (uv, 2017), trabajo que resulta indudablemente una tarea compleja por su generosa creatividad compartida. Roberto Pliego lee en él “un artefacto literario de extrañas cualidades y múltiples resonancias” que le recomienda a “un lector en busca de acertijos y problemas”. Sick & McFarland obtuvo en 2016 el Premio Latinoamericano de Primera Novela Sergio Galindo que otorga la Universidad Veracruzana.

Otro escritor de nuestra comunidad, Christian Peña (1985), recibió el XII Premio Nacional de Novela y Poesía Ignacio Manuel Altamirano por ¿O es sólo el pasado?, en la categoría de poesía. Peña ha obtenido múltiples reconocimientos, como el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2014 por Me llamo Hokusai (fce, 2014), libro en el que, apuntan los editores, “se reúne la plástica oriental del pintor y grabador Hokusai (Tokio, 1760–1849) y un yo lírico cuyo nombre se encuentra diferido por toda la obra. El artista japonés se hacía llamar de muchas maneras […] Todos estos nombres surgen en la vida de un niño aprendiendo a nadar, de un padre resuelto a enseñarle, de un enfermo de cáncer en un pulmón, de un mutilado, de una mujer pulpo y de un escritor”.

Anota Pablo Molinet:

Me llamo Hokusai fue escrito desde y para una época violenta que —como la ola colosal del grabado del artista aludido— nos arrebata el piso firme bajo los pies. Hace una propuesta formal ajustada a los problemas humanos que aborda, y ese rasgo lo vuelve un genuino y relevante libro de poesía […] Todo libro notable ofrece una explicación de la existencia misma de la literatura; en Me llamo Hokusai entiendo que, si el presente es una ola pavorosa, el texto literario es una de las barcas que —precarias, audaces— la desafían en “Bajo la ola en el confín de Kanagawa”, el grabado famoso de Katsushika Hokusai.

También becario de nuestro Programa de formación, Herson Barona (1986), ganó el VIII Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz por su primer libro de poesía: Kamikaze [sic]. En 2012, y en la categoría de ensayo, este premio fue otorgado a Marina Azahua (1983) por Ausencia compartida: treinta ensayos mínimos ante el vacío. El libro que Azahua escribió con nosotros, Retrato involuntario. El acto fotográfico como forma de violencia, obtuvo en 2015 el Premio Interamericano de Literatura Carlos Montemayor.

En 2016, el dramaturgo Carlos Iván Córdova montó por tercera ocasión Mujeres sin cuello, esta vez en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque. Dicha pieza obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo, que también han merecido Diego Álvarez Robledo (1988), Gibrán Portela (1979), Hugo Alfredo Hinojosa (1977) y Javier Márquez (1987).

En fechas recientes, la comunidad de dramaturgia de la FLM ha montado numerosas obras, entre ellas: Bozal (Teatro Julio Castillo, 2017), Monster Truck y Desvenar (Teatro El Milagro, 2017), de Richard Viqueira (1976); Shanghai (La Teatrería, 2017), de Gibrán Portela; La caja de Schrödinger (Casa Actum, 2017), de Glafira Rocha (1974); Bestiario humano y Raíz (ccb, 2017), de Diego Álvarez Robledo; Planeta Kepler o los datos inútiles (Teatro Telón de Arena, 2016), de Valeria Loera (1993); Esta semana lloverán pájaros (Centro Cultural Carretera 45, 2016), de Hasam Díaz (1987); Sísifo (Un Teatro, 2016), de Heini Hölsenbaud (1985); Sturm Ruger (Teatro El Galpón, 2016), de Josué Almanza (1988); y Bufadero (Festival Internacional Cervantino, 2016), de Luis Ayhllón (1976), bajo la dirección de Alberto Villarreal (1977).

En las últimas semanas del pasado marzo, Raíz, de Diego Álvarez Robledo, llegó a cien representaciones. La placa alusiva fue develada por Mario Espinosa y Luz Emilia Aguilar Zínzer. Esta última hizo alusión a la participación de Diego en el curso que ella brindó en la sede de la FLM.  ~

DOPSA, S.A. DE C.V