Naturaleza visible: la ilustración científica de Aarón Estrada

Galería del artista e ilustrador científico Aarón Estrada, presidente del Colectivo de Ilustradores de la Naturaleza y la Ciencia en México

Galería de &  05/01/23

Tiempo de lectura: 9 minutos

Las imágenes han jugado un papel fundamental en la construcción del conocimiento científico. Sin embargo, hasta hace poco no les habían prestado especial atención ni los historiadores de la ciencia ni los historiadores del arte (D. Bleichmar, 2016). La historiografía tradicional no las vio como un objeto de estudio digno de interés y priorizó el análisis de los textos discursivos por encima de la iconografía científica.

Las ilustraciones científicas no son imágenes decorativas de las ideas expresadas en los textos que acompañan. Al contrario, muchas veces estas imágenes condensan las ideas científicas propias de su tiempo y transmiten más clara y eficientemente el mensaje que “una larga página de discurso” (Diderot dixit). El porqué se puede explicar fácilmente: al menos desde el siglo XVI, ilustradores y científicos han trabajado codo a codo, en un diálogo continuo, produciendo y reproduciendo el conocimiento resultante de sus observaciones. La imagen científica: un trabajo colaborativo.

Ahí están los Francisco Hernández, los Fray Bernardino de Sahagún, los Fray Diego Durán y todos los demás actores (por mí desconocidos) que dan fe de la estrecha relación que guardaba la ciencia y la ilustración de su tiempo. Lo testimonia, también, el Códice de la Cruz-Badiano, una de las primeras obras botánicas en describir y registrar las propiedades médicas de las especies que se encontraban en el territorio americano. Más aún, las expediciones científicas encomendadas por el imperio hispánico en el siglo XVIII (la de Malaspina, y la de Sessé y Mociño, por mencionar un par) produjeron una gran cantidad de imágenes con la finalidad de inventariar, conocer y administrar los recursos naturales de los territorios explorados. Entendemos así que la imagen científica no escapa a la trabazón entre saber y poder. 

A lo largo del tiempo, con observación precisa, minuciosa, impulsados por el asombro, los ilustradores-artistas han plasmado en fascinantes dibujos todo aquello que se ha presentado ante su mirada. De su trabajo nos quedan láminas de gran valor histórico, científico y estético; libros con representaciones iconográficas que describen la riqueza del mundo natural: animales, plantas, minerales… También territorios, máquinas, gentes y estrellas.

El desarrollo de la ilustración científica no sólo ha cambiado nuestra forma de ver los objetos. Las ideas, las técnicas y las tecnologías que constituyen el entramado de las representaciones científicas han transformado el universo visible: nos han transformado a nosotros mismos como parte de ese universo. Hay un movimiento en la dirección hacia la que apunta la mirada. Ya no sólo se dirige hacia el exterior. Gira 180 grados: nos descubrimos en la imagen.

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Aarón Estrada es, de alguna manera, heredero de esa tradición. Actualmente es Presidente del Colectivo de Ilustradores de la Ciencia y la Naturaleza de México (CICyNM), una asociación que busca promover el desarrollo de la ilustración científica. Recientemente lo invitamos a participar en Este País con una galería y le planteamos algunas preguntas para conocer su trabajo. 

¿Cómo incursionas por primera vez en el campo de la ilustración científica? 

En lo que se refiere a mi preparación, fui invitado por amigos biólogos de la Facultad de Ciencias de la UNAM a tomar un curso de Dibujo Científico que ahí se impartía. Como venía de un área de bachillerato de dibujo técnico, me llamó la atención y decidí tomar ese primer curso donde descubrí algo totalmente nuevo e inesperado para mí: la ilustración científica. 

¿Qué fue lo que te llamó la atención de este tipo de ilustración que decidiste dedicarte profesionalmente a ello? 

Principalmente que es una disciplina que, para ejecutarse, requiere estar en contacto con el mundo siempre fascinante de la ciencia, con los científicos, lo que significa un trabajo individual y a la vez en equipo. Al adentrarme poco a poco a este quehacer me di cuenta de que hay pocos ilustradores científicos que apoyen la ciencia actual de este país y es ahí donde encuentro que es un área de oportunidad que, además de fascinarme, me permite seguir un camino de profesionalización.

¿Qué diferencias existen entre una ilustración científica y una ilustración de la naturaleza? 

La ilustración científica es un dibujo que requiere una precisión en la representación del objeto de estudio. Cada uno de los elementos que la compone debe ser perfecta, pues estos dibujos se utilizan para comunicar descubrimientos científicos, para la descripción de nuevas especies, para la divulgación de la ciencia. Forma parte de una investigación científica y por lo tanto debe ser supervisada y aprobada por un científico. Además, la ilustración científica siempre se publica. Por otro lado, la ilustración naturalista o de la naturaleza comparte la precisión de la ilustración científica, pero no es necesaria la supervisión científica o el contexto de investigación obligatorio en la otra. Se puede realizar por iniciativa personal y para fines estéticos u ornamentales. Muchas de estas ilustraciones son de tan buena factura, tan bellas, que muchas veces pueden ser utilizadas como ilustraciones científicas, por lo que su función es doble. Se usan mucho para la divulgación de la ciencias o historia natural.

¿Cómo se ha transformado la ilustración científica con el desarrollo de las tecnologías de la observación? Pienso, por ejemplo, en el microscopio, el telescopio y la fotografía…

Antes de la aparición de algunas herramientas tecnológicas de la observación, como mencionas, se dibujaba lo que se veía a simple vista. Cuando aparece el microscopio, gracias a Anton Van Leeuwehoek, se pudo acceder a mundos diminutos que ahora pueden ser dibujados y mostrados al mundo. Las antiguas cámaras claras, las retículas para dibujar la anatomía humana, tan utilizadas por los artistas clásicos de la pintura, son también tecnologías, no tan recientes, pero que aportaron a la precisión del dibujo, algo que la ilustración científica debe agradecer, dadas sus características. Con el telescopio ahora podemos ver, dibujar y representar objetos lejanos del universo. Indudablemente las tecnologías como la fotografía o el video han sido de mucha utilidad para el ilustrador de la ciencia y la naturaleza pues le permiten tener registro de las cosas de una manera constante y fidedigna. 

Pensemos, por ejemplo, en la dificultad de dibujar un animal o ave en movimiento. Una fotografía puede congelar ese momento de manera indefinida y el dibujante puede representar de manera perfecta esa especie. En la actualidad la mayoría de las ilustraciones científicas se realizan a partir de fotografías de alta calidad. El dibujo científico es necesario porque, aun con los adelantos en la fotografía digital, hay cosas que solo el ilustrador puede ver y representar de una manera clara. La foto no lo puede hacer. No se piense que están separadas o enemistadas estas herramientas, más bien son complementarias de la ciencia. 

La ilustración digital es una herramienta que ha favorecido inmensamente al ilustrador científico y de la naturaleza pues le permite trabajar en un ambiente “limpio” es decir sin otra cosa que una tableta y un lápiz digital, lo vuelve altamente productivo y elimina algunos factores que retrasan los trabajos tradicionales como rehacer un dibujo completo o la corrección de errores graves en el mismo. Cada vez son más los ilustradores que la utilizan y combinan con los medios análogos tradicionales. La precisión se alcanza con ambas técnicas, pero la ventaja de la digital es que se eliminan pasos en la publicación de una ilustración como el de la limpieza del original, su cuidado, traslado, manejo, etc… y solo se trabaja con un archivo electrónico que se envía al editor para su publicación mediante cualquier cliente de correo. La ilustración análoga tradicional seguirá existiendo y compartirá créditos con la ilustración digital. Un profesional verdadero de nuestro ramo deberá manejar ambas.

¿Cómo se encuentra el campo de la ilustración científica en México frente a otros países?

Es sorprendente la escasez de ilustradores científicos en México. El número de investigaciones que se realizan actualmente o se han realizado, sin una sola ilustración científica son sorprendentes. En nuestro Colectivo calculamos que el número de ilustradores de este tipo no llega a más de una docena, siendo las necesidades actuales de cuando menos unas siete u ocho veces esa cantidad. En los países desarrollados (porque no podemos hablar de los nuestros o de Latinoamérica) cada universidad con vocación científica tendra cuando menos un ilustrador científico de base o que trabaje de manera regular con ella. Existen buenas condiciones de trabajo y sueldos adecuados para los mismos al nivel de cualquier profesionista. También se ofertan cursos de profesionalización de alta calidad a nivel de maestría.

Desafortunadamente las universidades o instituciones científicas en nuestro país ponen poca atención al asunto. Algunas veces inclusive desconocen que hay profesionales especializados en ilustrar la ciencia. Un reconocido ilustrador científico español diría que, en una universidad de nuestra región, con carreras científicas que requieren un profesional de este tipo, están más interesados en contratar a un trabajador de limpieza, un jardinero, que a un ilustrador científico. Algo de culpa tienen las tecnologías digitales, pues en muchas ocasiones se piensa que un teléfono celular o cámara de alta resolución pueden sustituir a un profesional del dibujo científico, que con ello es más que suficiente. Los diseñadores gráficos, artistas visuales y otros profesionistas de esos ramos no son ilustradores científicos por saber dibujar o utilizar las herramientas de las artes gráficas y pictóricas: requieren una preparación especializada para representar la ciencia.

El CICyNM está tratando de llegar directamente a estos entes educativos de la ciencia a través de charlas, conferencias, exposiciones, entre otros, ya sea presenciales o virtuales. Con esto queremos que la ciencia y sus representantes, los científicos, volteen a vernos y se den cuenta de que estamos ahí, que existimos para apoyar a la ciencia, a su comunicación, a su divulgación.

La manera de hacerlo es profesionalizar a los interesados en esta disciplina a través de cursos introductorios, regulares, de temas de la ilustración científica dirigidos por ilustradores con experiencia y prestigio. Estamos buscando el apoyo de universidades e instituciones que nos ayuden a formalizar estos estudios en nuestro país, pues son indispensables. Algunas instituciones educativas ya nos reconocen, también una dependencia educativa del gobierno. Pero no es suficiente. Necesitamos llegar a más gente, a estudiantes, a científicos, a la comunidad que hace la ciencia.

¿Qué significa que la ilustración científica y de la naturaleza llegue a las salas de los museos de arte? ¿Es frecuente que esto ocurra? 

Es muy importante, pues los museos son una vitrina de la ciencia, de sus descubrimientos y de la ilustración científica que llega ahí en forma de dibujos o imágenes para la divulgación. Algunos museos de México ya han acudido a ilustradores científicos para realizar murales impresionantes que muestran, por ejemplo, la historia de la vida, del universo, de nuestras culturas, etc. Esto facilita a quienes los visitan entender estos procesos de forma fácil, sin necesidad de leer largos textos. Los más jóvenes se sienten atraídos por estos dibujos y los incentivan a conocer más, lo que es un buen paso en su futura formación académica y profesional.

En algunas ocasiones las ilustraciones científicas tradicionales, las que se publican en revistas especializadas pueden llegar a los museos. Esto no es frecuente, pero es útil para que el visitante conozca las formas y herramientas de la ciencia.

¿Cuál es la propuesta del CICyNM?

El Colectivo de Ilustradores de la Ciencia y la Naturaleza de México tiene como misión promover el desarrollo de la ilustración científica y de la naturaleza en todos sus aspectos: académicos, técnicos y estéticos a través de diversas actividades en el ámbito especializado y de la divulgación. Su visión es constituirse como el grupo más importante de su tipo en México y posteriormente en Latinoamérica. EP

Referencias

Daniela Bleichmar. El imperio visible. Expediciones botánicas y cultura visual en la Ilustración hispánica. México, FCE, 2016. 

Elias Trabulse. Arte y ciencia en la historia de México. México, Fomento Cultural Banamex, 1995.

DOPSA, S.A. DE C.V