Brian Nissen: Limulus. El fósil viviente

Artista Visual EP de junio de 2019

Galería de  28/06/19

Tiempo de lectura: 3 minutos

No cabe duda de que el cangrejo herradura (Limulus polyphemus), aunque totalmente inofensivo, tiene un aspecto temible. La gente no se atreve a tocarlo y teme al punzón impresionante de su cola, que en realidad sólo le sirve como palanca para enderezarse cuando la marea lo voltea. Pero yo encontré un raro esplendor en este animal. Su forma fantástica parece algo sumamente antiguo pero a la vez extrañamente moderno. Visto desde arriba, el cangrejo herradura parece una especie de casco militar, mientras que por dentro se ve como un alacrán ancestral. Hay algo de La Bella y la Bestia, o más bien de la belleza de la bestia, en la manera en que reaccionamos ante el Limulus.

Mi primer encuentro con el cangrejo herradura fue en la laguna de Menemsha, en la isla de Martha’s Vineyard, cerca de Cape Cod. Me fascinó el aspecto del animal: temible, fantástico, formidable, una maravilla de la mecánica natural. Algo que parecía salir de los bestiarios medievales: un rival del Basilisco, del Fénix, de la Quimera, de la Mantícora y de la Salamandra.

Muchos artistas y poetas han imaginado y evocado animales de fábula, desde los antiguos hasta Lewis Carroll, Joan Miró y Jorge Luis Borges. Pero esta criatura fabulosa era real, verdadera.

Recogí sus caparazones desechados en la playa y pronto se convirtieron en una presencia en mi estudio. Me pareció como una especie de tanque primitivo o un casco de guerrero japonés; algo venido de la ciencia ficción, primitivo y futurista a la vez. La gran presencia visual de este animal fue lo que me inspiró a hacer una serie de obras. Su aspecto tan extraño y curioso me intrigó y me encantó, sobre todo la manera en que la forma sencilla, elemental de su caparazón exterior, envolvía una simetría tan barroca de su interior. Para mí, el desafío consistía en hacer que estos distintos espacios, positivos y negativos, entablaran un diálogo escultural entre sí. Así que empecé a explorar sus formas, primero en escultura y luego en collages y bajorrelieves.

Tengo una atracción especial por este tipo de espacios que nacieron con la escultura seminal de Picasso, la guitarra de hojalata recortada que hizo en 1912. Es como la teoría de la relatividad de la escultura en que el exterior y el interior son invertidos. El cilindro que emerge de la superficie de la guitarra representa el hoyo hacia el interior, un concepto del espacio escultórico nunca visto o concebido hasta entonces.

Uno de los aspectos maravillosos del cangrejo herradura es que nos llega intacto desde las profundidades del tiempo. Nuestro fósil viviente ha estado con nosotros durante centenares de millones de años. Fue un habitante de Pangea, un testigo de la escisión del supercontinente original. Es tan viejo que desafía nuestra idea del tiempo. Ha sobrevivido más de 350 millones de años sin cambiar su forma tan perfecta que no le hacía falta—. Sea como fuere, 350 millones de años me parecía mucho tiempo para que Limulus ande por ahí sin cambiar de forma, así que pensé que ya era hora de que alguien hiciera algo al respecto, y me puse a reinventarlo en esculturas y relieves.

El cangrejo herradura no sólo tiene un par de ojos compuestos, facetados como los de una mosca, sino también otros ojos sensibles a la luz ultravioleta y varios fotorreceptores en la cola. Los científicos han aprendido mucho sobre cómo funciona el ojo del ser humano gracias a sus estudios de los ojos del cangrejo herradura, sobre todo de su capacidad de visión lateral. Puede ver cosas que nosotros no podemos ver, así como los perros y las ballenas pueden oír sonidos más allá de nuestro alcance. Aunque nos enorgullecemos de nuestra capacidad para ver cosas desde diversos puntos de vista, debemos sentirnos humildes ante las capacidades del Limulus y sus posibilidades de visión múltiple.

Entre otros atributos curiosos del Limulus está su sangre que contiene cobre y es de color azul, a diferencia del hierro color rojo en la nuestra. Hace pocos años descubrieron que un extracto de las células de la sangre del Limulus puede detectar la más mínima presencia de endotoxinas —potentes venenos químicos que sueltan bacterias—, y ahora se utiliza en hospitales en todo el mundo.

En el siglo xviii, Linneo, el gran botánico sueco, dio el nombre latino Limulus polyphemus a nuestro cangrejo herradura que es, en efecto, un artrópodo, un proto-insecto: no tiene nada que ver con un cangrejo. Esa especie sólo existe en la costa Este de Estados Unidos, desde Maine hasta Florida, y llega a la costa Norte de Yucatán, donde es conocido como el cangrejo “sartén” o “cazuela”. Sir Walter Raleigh descubrió esta extraña criatura en la costa de Carolina del Norte y la bautizó “cangrejo herradura” por la forma interior frontal de su caparazón, muy parecido a una herradura de caballo.

Hoy en día, el arte se ocupa en gran medida de cuestionar cómo vemos las cosas, con obras cuyas estrategias desafían nuestra manera de ver y nuestra percepción. ¿Podemos entonces concebir la manera en la que el cangrejo herradura, dotado con tantos ojos, ve su mundo? EP

Todas las obras que aquí presentamos son parte de la serie Limulus. E

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