Nadia López García, poeta mexicana bilingüe tu’un savi-español, comparte una selección de siete poemas: “Ntaá ña ka’un me ntuchinuu kunchee ra chaku- ka´vi ntìì. koi ká’an ntaa kachi nivi me tu´un tsaa titsi ùni kii isu.” / Mienten los que dicen que en mis ojos
han leído la muerte. No hablan verdad los que aseguran que nuestra lengua morirá en tres días venado.)”
Ntuku’un in y otros poemas
Nadia López García, poeta mexicana bilingüe tu’un savi-español, comparte una selección de siete poemas: “Ntaá ña ka’un me ntuchinuu kunchee ra chaku- ka´vi ntìì. koi ká’an ntaa kachi nivi me tu´un tsaa titsi ùni kii isu.” / Mienten los que dicen que en mis ojos
han leído la muerte. No hablan verdad los que aseguran que nuestra lengua morirá en tres días venado.)”
Texto de Nadia López García 16/07/20
Ntuku’un in | Memoria |
¿Tsa´an ntìì? kachi, paa, ta sa´a tutsi ana. ¿Ñantaka’i savi Íín? ntakatu’un, ta suku kaxi in tutsi ña nii. Miki so’ó chaku tu´un yo’oku in, paa ntsa’ùn ichi koo kákaku, saa koi tu´un, ntuku´un in nikiku Kàkà. Kan’cha tu´unku ra yu´u chi’i yu’ú, koo ní’i, koo tu´un. | ¿A qué huele la muerte? decías, mientras te hacías tristeza, padre. ¿Qué color tendrá la lluvia? preguntabas, mientras en tu garganta crujía una rabia ya antigua. Jamás en tus oídos retumbó la voz de tu primera raíz, porque fuiste camino no andado, pájaro sin voz, memoria hecha cal. Porque cortaron tu palabra y bajo tu lengua sembraron miedo, silencio. |
Koi kukana | No estoy triste |
Ntaá ña ka’un me ntuchinuu kunchee ra chaku- ka´vi ntìì. koi ká’an ntaa kachi nivi me tu´un tsaa titsi ùni kii isu. Na kuchaa so’o yó`ò káchi yùù kàkà ñuu ka’un koi ñaño ìì, tsa’ni mana kata tikoso ra mee kátsi tachi. Kumi tu´un ìì sèè Ntuku nána: Koi kunana, ká’an. Koi kunana. Me yo’o nai me niì, me tu´un koi tsaa. | Mienten los que dicen que en mis ojos han leído la muerte. No hablan verdad los que aseguran que nuestra lengua morirá en tres días venado. Escucho el rumor de las piedras de cal y cantera de esta ciudad sin dioses, desvelo el canto de los grillos que no son y devoro el silencio del aire. Hay una súplica escondida que busca salir: No estoy triste, me repito. No estoy triste. Mientras mi raíz corra por mi sangre, mi lengua no morirá. |
Ntakua’a | Retorno |
Kàsi kue kueni, káka ichi, so’o yó`ò ñu’ú koi i’i in uvi kúni ñu´ú taan. Mee tsa´an yúkú café, me tsa´an icha kù’ù ra chazoo nai luu yúkú, in kana ñu´ú mitu’ùn. Yo´ó, patsa´nu ra matsa´nu víkò, yutu ra loma, konta’vi víkò kuxi. Kachi in uvi ku´na kuá’á chikui inkaa ichi yucha kaku chàa ra ñà’an se’e savi. Kachi in uvi ku´na ku’na yutu paa ra kutu’va tu´un savi. Kachi in uvi ku´na, yo´ó, ntsiò ñuu savi. Vichi koi ña’an konta’vi víkò. | A tientas, ando los caminos, vuelvo sobre el barro cocido que alguna vez fue tierra que tembló. Respiro las matas de café, respiro el verde de los yerbajos y escucho el crecer de pequeñas plantas, el aullido de una tierra, ya desierta. Aquí, los abuelos son nubes, árboles y cerros, neblina gris. Cuentan que en algún tiempo por las calles corrieron ríos de los nacieron hombres y mujeres de lluvia. Dicen que en algún tiempo se abrió el árbol padre y de ahí aprendimos la lengua de la lluvia. Dicen que en algún tiempo, aquí, vivió mi pueblo. Hoy no hay más que neblina. |
Ta’án | Herencia |
Ta’in ta nai ke’en ta nai yutu, mitu’ùn, i’in. | Fuimos la estirpe que creció como crecen ciertos árboles, solos, mudos. |
Choko ncha´i | Hormiga negra |
Yu’ú íín nùù mee koi kunchee. Íín katsu nùù ra yu´u tu ´un. Koi ntuku’un ini tu ´un, kata ra yee ìì. Yu’ú nchá’i ichi iì ntuchinuu ra chikatu tu´unku. Koi ntuku’un ini nchanùù maa koi kunchee ntuchinuu si’i, koi tu´va nchii kuaku tuisiku. Koi ntuku’un ini saá me patsa´nu ra matsa´nu kachi kua’an ñu ´úku ra stuva tachi saa koi ntaka’an. Koi ntuku’un ini kukana ntí’o ñuu koi íín ntusu ra kù’ù kan’cha ra ntìì nikanchii. Mee mà’na choko ncha´i, káka ichi ntika ra kana yu’ú ñu´ú niì yava. Mee mà’na choko ncha´i, ntí’ì ñu´ú. | El miedo tiene rostros que aún no conocemos. Tiene maneras distintas de comernos la cara y la voz. Te hace olvidar palabras, voces y lugares sagrados. El miedo es un lodo seco que nos duele en los ojos y nos amarra la lengua. Te hace olvidar el llanto de las madres que no han vuelto a mirar los ojos de sus hijos, que todavía no encuentran dónde poner su dolor. Te hace olvidar la rabia de los abuelos que fueron despojados de sus tierras y derribados por el viento como pájaros sin memoria. Te hace olvidar la tristeza de todos los pueblos que fueron silenciados y que fueron como hierba que se corta y muere al sol. He soñado hormigas negras, caminan en procesión y aúllan el miedo que siente la tierra por tanta sangre vertida. He soñado hormigas negras que presagian el final. |
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