Nacido en la trinchera del cine, Noirvember ha saltado a las letras como el mes en el que los aficionados al género aprovechamos para disfrutar -todavía más- de la novela negra. Estas recomendaciones dan luz sobre algunos autores que cubren varias vertientes, según sea el gusto del lector, para cerrar este mes de literatura criminal.

Los misterios de los bosques: Louise Penny

Esta escritora canadiense creció leyendo a los clásicos de misterio como Agatha Christie y Georges Simenon. Comenzó como periodista para la Canadian Broadcasting Corporation (CBC), para después dedicarse de lleno a la escritura. En sus novelas le da la vuelta al cliché del inspector rudo con características, en ocasiones, extremadamente viriles. El inspector Armand Gamache es un hombre educado y culto que se gana el respeto de sus subordinados y enemigos sin necesidad de que estos lleguen a temerle, además de dirigirse de manera eficiente desde la amabilidad y la humildad en su trabajo.

Como jefe del departamento de homicidios de la Sureté de Quebec, Gamache se enfrenta a magistrales contradicciones entre lo bucólico del paisaje y la brutalidad de la sangre; en casos en los que todos los habitantes de pueblos remotos, donde el tiempo parece detenerse, esconden secretos sobre una terrible muerte inexplicable como sucede en Una revelación brutal (Salamandra, 2015).

Por su parte, en Un bello misterio (Salamandra, 2018) la autora urde el gran enigma dentro de los muros de un convento y alrededor de la muerte del hermano Mathieu. En Un destello de luz (Salamandra, 2020) conocemos a un inspector que es obligado a evolucionar, la misma Louise Penny dijo sobre su detective que en esta novela: “Armand Gamache siempre había tenido creencias pasadas de moda. Creía que la luz desvanecería las sombras. Esa amabilidad era más poderosa que la crueldad, y esa bondad existía, incluso en los lugares más desesperados. Creía que el mal tenía sus límites”.

El perro borracho: James Crumley

Actualmente considerado de culto, James Crumley apenas fue reconocido al momento de la publicación de El último beso (Salamandra, 2020). Una de las obras más influyentes en la historia de la novela negra, muchas historias en las que reina la decadencia fueron inspiradas por las melancólicas y a la vez obscenas escenas del estilo hardboiled de Crumley.

Originario de Three Rivers, Texas, James Crumley fue asignado a Filipinas durante su servicio militar, experiencia que le bastó para protestar contra la guerra de Vietnam mediante la firma de la “Writers and Editors War Tax Protest” donde rechazaba el pago de impuestos de guerra, así como para escribir una novela ambientada en aquel conflicto.

En El último beso, el veterano de guerra devenido en detective privado C. W. Sughrue es el encargado de llevar al lector en su búsqueda de bar en bar del escritor bestseller Abraham Trahearne. Un viaje en el que cada parada incluye violencia dentro de la era de Reagan y los yuppies. Nos introduce en un mundo en el que sobrevivir parece ser algo más en el orden del día que incluye drogas y sexo, pero en realidad es lo único que verdaderamente importa.

El espía por naturaleza: Charles Cumming

Ya entrados en escritura inspirada en experiencias propias, encontramos a Charles Cumming, escritor de novelas de espionaje quien fue contratado por el Servicio Secreto de Inteligencia del Reino Unido (MI6), aunque no llegó a completar su formación.

La ganadora del prestigioso Ian Fleming Steel Dagger Award a mejor thriller del 2012, En un país extraño (Salamandra, 2017) nos enfrenta a la desaparición de Amelia Lavene, futura directora del MI6. En un caso de secreto nacional, conocemos a Thomas Kell -en el primer libro de la serie-, un exagente despedido del cuerpo ocho meses atrás por presuntas torturas a un detenido durante una antigua misión en Kabul.

Sin poder encontrarse en la vida civil, Kell debe buscar a su única amiga en un enigma, como suelen serlo las historias de espías, de magnitudes internacionales que entrama una lectura inmersiva en la que nada es lo que parece y deviene en absoluta paranoia.

El rostro del cinismo: Antonio Manzini

El escritor romano Antonio Manzini estudió bajo la tutela de Andrea Camilleri, en la Academia Nacional de Arte Dramático donde se inició como actor. El también guionista tiene como bandera al subjefe (desterrado) de la policía de Aosta, Rocco Schiavone. Un policía irreverente, poco ortodoxo y cínico quien, después de un porro mañanero, se enfrenta a asesinatos con el obstáculo de hallarse en un lugar del que desconoce casi todo.

Cuando llega la supuesta primavera al valle donde el subjefe pasa su exilio, un detalle despierta su curiosidad para involucrarse en el caso que lleva el eje de Una primavera de perros (Salamandra, 2016). Por otro lado, conocemos el lado de Schiavone atormentado por la culpa en 7-7-2007 (Salamandra, 2018) donde se enredará con una red de narcotraficantes a través de un aparente ajuste de cuentas. Ya en Polvo y sombra (Salamandra, 2020), sexta entrega de la serie, vemos a un subjefe un poco más acostumbrado al inclemente clima de Aosta y un tanto más maduro involucrado en dos asesinatos que parecen llamarlo directamente.

El bestseller italiano ha sabido salir de la sombra de Camilleri, y ha llegado a ser llamado su maravilloso heredero. EP