Citlalmina Guadarrama recomienda cuatro novelas que abordan historias donde el amor se retrata de una forma más real que ideal.
Cuatro historias de no amor
Citlalmina Guadarrama recomienda cuatro novelas que abordan historias donde el amor se retrata de una forma más real que ideal.
Texto de Citlalmina Guadarrama 31/01/23
Frecuentemente, las historias de amor en la vida real no resultan como esperamos, porque la idea tradicional que se tiene del amor romántico dicta que debe ser eterno; tal vez en ningún caso sea así. Ya sea por infidelidad, monotonía o simplemente incompatibilidad, las relaciones de pareja terminan, casi siempre. No obstante, gran parte de las historias que encontramos en la ficción pocas veces hablan de ello, cuando en realidad la narrativa puede tornarse sumamente interesante si no se parte de la premisa de que el amor es para siempre. En los siguientes libros, tratan este sentimiento tan complicado de una manera más realista sin llegar precisamente al desamor, por lo que podrían fungir como historias de no amor.
Por último, el corazón de Margaret Atwood
Las distopias no son precisamente el mejor escenario para el romance —aunque en ocasiones lo encontremos en ellas—, pero cuando una de las premisas es precisamente las relaciones de pareja, la reflexión sobre el amor es interesantísimas. En Por último, el corazón (Salamandra, 2016), conocemos a Charmaine y Stan, un matrimonio cuya precaria situación económica los ha llevado a vivir en su automóvil. Por ello, acceden de inmediato a participar en un experimento social que los proveerá de techo y empleo en una aterradoramente idílica ciudad llamada Consiliencia. Sin embargo, después de un mes de comodidad, deberán intercambiar roles con convictos de una cárcel donde serán obligados a ofrecer mano de obra gratuita para, después de treinta días, volver a cambiar de lugar y regresar a su vivienda.
Margaret Atwood pone sobre la mesa cuestiones que incluso hoy en día ya comienzan a hacer mella en la sociedad, como lo son las implicaciones económicas de una clase media que es sostenible sólo mediante la opresión, el exorbitante negocio que implica el sistema penitenciario y, por supuesto, los matices que rodean la concepción de la pareja moderna al meter a sus protagonistas en una vorágine de lujuria producto de la misma dominación social.
Taxi de Carlos Zanón
Todos hemos estado en una relación de la que tenemos la consciencia de que está condenada. En ese ambiente rutinario en el que el hastío y las heridas nos paralizan, escuchar la frase “tenemos que hablar” puede causar terror en quien suele evitar confrontaciones en automático. Sandino piensa exactamente lo mismo cuando su esposa Lola le suelta esta bomba durante el desayuno. Al querer evitar a toda costa aquella charla, trata de alargar su jornada en el taxi lo más posible: se convierte en un viaje de siete días en el que el insomnio y los más variados dramas de los clientes serán su única compañía.
En Taxi (Salamandra, 2017), Carlos Zanón nos presenta, como es costumbre en su narrativa, la cara menos turística de Barcelona cuyos personajes y paisajes desbordan decadencia tanto social como humana. En un viaje que recuerda al de Ulises hacia Ítaca, nos sorprende con una novedad en cada esquina dentro de capítulos titulados con nombres de canciones.
Una dulce venganza de Jonas Jonasson
Imagina una empresa que te ayudara a eliminar o por lo menos pegarle donde más le duele a la persona que gustes. Dulce Venganza S. A., es la empresa que contrata Jenny para vengarse de su ex después de encontrarse con el hijo abandonado de este. En Una dulce venganza (Salamandra, 2020), el oportunista Victor Svensson se las arregla para casarse con la única heredera de una galería de arte solo para, después de asumir el puesto de gerente, deshacerse de ella tal y como lo hizo con su hijo en Kenia.
El autor sueco Jonas Jonasson emprende un paseo por una historia disparatada cuya ligereza no hace más que resaltar su mirada crítica de la realidad social y política de nuestro tiempo.
La herencia de Eszter de Sándor Márai
Cuando uno cree que la tranquilidad por fin ha llegado después de una dolorosa ruptura, es el momento perfecto para que ese ser que tanto daño causó, tenga el cinismo de regresar como si nada hubiera pasado. A Eszter no solamente la abandonaron, sino que la despojaron a ella y a toda su familia de todo lo que tenían, excepto su casa, que acaba de heredar y donde vive por primera vez con tranquilidad.
Sándor Márai nos regala en La herencia de Eszter (Salamandra, 2015) una comedia acerca de los infortunios de la vida, encarnados en el canalla y a la vez encantador Lajos, quien representa una clara crítica a las convenciones morales más arraigadas de la época. EP