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La edición XIV de la Bienal FEMSA fue planeada, en un principio, semejante a años anteriores en lo referente a exposiciones y presentaciones. Sin embargo, ante la pandemia hubo la necesidad de repensar y adaptar los planes para mantener las actividades.

En lo que respecta a las conferencias, los organizadores las migraron a formatos digitales, lo cual ha sido todo un acierto, pues ha permitido que se conecten más de 50 mil personas provenientes del todo el país y también de América Latina.

El investigador Esteban King Álvarez, responsable del programa público, pedagógico y editorial de la Bienal, explicó que ya desde la edición anterior este encuentro cultural dejó de ser un modelo “exocéntrico” donde solo se hacían exhibiciones y que actualmente se le da mayor importancia al repertorio de conferencias que se desarrollan durante un año.

“Con la pandemia y la necesidad de replantear la forma en que se iban a llevar a cabo los programas, pudimos ampliar los públicos a los que íbamos a llegar, pues el modo virtual nos hizo alcanzar a una gran cantidad de gente”.

En cuanto a los espacios para las exposiciones fue necesario hacer toda una reconfiguración. Para ello, se privilegió una visión contemporánea de la producción artística y las reflexiones sobre el arte en la colectividad.

De 12 sedes que estaban planeadas, se redujo a 5. En Morelia, los recintos que alojan estos montajes son el Centro Cultural Clavijero, el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce, la Casa Taller Alfredo Zalce y el Museo del Estado. En Pátzcuaro, en el Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita. Las exposiciones están activas y se pueden visitar tanto en el sitio web como en su página de Facebook.

Por otro lado, las restricciones de movilidad impuestas por el COVID-19 dificultaron que los artistas viajaran a Michoacán para montar directamente su obra. Fue a través de videollamadas, que curadores y artistas pudieron coordinar las instalaciones. Los montajes que antes se hacían entre 10 personas, en esta ocasión se tuvieron que hacer entre 3 o 4.

Daniel Garza Usabiaga, Director Artístico de la XIV edición de la Bienal, explicó que los proyectos se montaron de manera escalonada para garantizar la seguridad sanitaria. “Era difícil presentar proyectos virtuales que no se concibieron desde un origen como tales. Estos proyectos, a lo largo del último año, necesitaban de un espacio físico”, explicó el historiador y teórico del arte.

El reto principal de esta edición fue mantenerse cerca de la gente pese a la distancia que se debía guardar. Lorena Guillé-Laris, Directora de Fundación FEMSA, agregó que la tecnología es una de las herramientas que pueden usarse para impulsar el arte. “Ante la separación física, hemos encontrado caminos para una cercanía digital que debemos aprovechar”. 

 “En el contexto de la pandemia, la Bienal nos lleva a entender que el arte es un motor de bienestar. También se presenta como un espacio que busca cultivar los lazos en el mundo cultural, habilitando las conexiones y las posibilidades para que esta creación artística crezca llevando bienestar a las comunidades”, comentó Guillé-Laris.

 “El arte refleja su tiempo y cómo los artistas imprimen en sus obras sus preocupaciones, sus experiencias, sus anhelos. Al ser receptivos en la experiencia con arte, las emociones que sentimos y lo que pensamos nos lleva a reflexionar acerca de cómo habitamos el mundo y en cómo contribuir a nuestro bienestar personal, social y colectivo”, explicó la Directora de Fundación FEMSA.

Con todos los retos que tuvieron que afrontar, los organizadores de la XIV Bienal FEMSA han logrado potenciar de manera digital sus objetivos originales: la creación de redes de diálogo y la colaboración dentro la comunidad cultural.EP