En 1970, el libro de Juan García Ponce, Nueve pintores mexicanos (editorial Era, México, 1968), con diseño de Vicente Rojo y nueve retratos de Héctor García, fue una provocación doble para mí. Por un lado, mi pasión por la pintura y por el arte en general me hizo desear con vehemencia conocer a esos pintores, y por el otro, como fotógrafo me inspiraron fuertemente los retratos de Héctor García. Hacia 1975, ya con el concepto de retrato de artistas plásticos como proyecto, fotografié a ocho de ellos: Vicente Rojo, Alberto Gironella, Francisco Corzas, Fernando García Ponce, Arnaldo Coen, Roger von Gunten, Gabriel Ramírez y el mismo Manuel Felguérez. Lilia Carrillo ya había fallecido. Con el discurrir de los años he establecido con casi todos una gran amistad. Mis visitas al estudio de Felguérez se volvieron cotidianas, siempre con la complicidad solidaria de Mercedes Oteyza. Esto me permitió darle un seguimiento a su trabajo pictórico y escultórico a lo largo de casi todas sus exposiciones y proyectos, como cuando en 1999 trabajó las esculturas en formato medio del proyecto Libertad en bronce. Mi último encuentro fotográfico con Felguérez fue en su exposición “Trayectorias”, en el MUAC de la UNAM, en febrero de este 2020, que festejó sus noventa años de vida.