El 2019 debería ser declarado ya como el año en el que los mejores libros fueron escritos por mujeres. No. El año en que muchas editoriales dieron finalmente el paso y prestaron oído a lo que tenemos años diciendo: merecemos espacios y páginas y premios no solo porque siempre debe sostenerse la equidad de género […]
Exclusivo en línea: Lo mejor que leí en 2019 y que no me da miedo admitir
El 2019 debería ser declarado ya como el año en el que los mejores libros fueron escritos por mujeres. No. El año en que muchas editoriales dieron finalmente el paso y prestaron oído a lo que tenemos años diciendo: merecemos espacios y páginas y premios no solo porque siempre debe sostenerse la equidad de género […]
Texto de Sylvia Aguilar-Zéleny 11/12/19
El 2019 debería ser declarado ya como el año en el que los mejores libros fueron escritos por mujeres. No. El año en que muchas editoriales dieron finalmente el paso y prestaron oído a lo que tenemos años diciendo: merecemos espacios y páginas y premios no solo porque siempre debe sostenerse la equidad de género sino, y sobretodo, porque quienes están tomando riesgos, explorando formas y lenguajes, navegando lo social, lo poético y lo político con madurez y soltura son precisamente las escritoras. Desde hace diez años un 90% de lo que leo fue escrito por mujeres. Habrá quien me interrogue, ¿y la equidad de género? Mi respuesta es sencilla: leí 90% hombres por casi veinte años, atravesé preparatoria, licenciatura y maestría leyéndolos a ellos, y ahora lo que me interesa es ver qué hacen esas autoras que no leí en su momento o que están escribiendo en este momento.
Dicho esto, he aquí los mejores libros que leí y qué encontré en ellos. Agrego, además, una lista de otros grandes libros que a ustedes lectorxs les toca descubrir por sí mismos. Si usted busca un ranking, aquí no lo encontrará, el orden es entre aleatorio, emocional y alfabético.
Rarezas
Llamo rarezas a libros que no son ni poesía, ni ensayo y que son, al mismo tiempo, todo eso y más. Llamo rarezas a libros que siguen las inquietudes de sus autoras, el sino de la voz interna que tiene algo qué decir y encuentra una forma poco convencional de hacerlo.
Me & Other Writing de Marguerite Duras, publicado por Dorothy a Publishing Project.
Cada uno de estos ensayos, publicados en periódicos y revistas a lo largo de los años, muestran el virtuosismo y la originalidad de Duras ya como escritora, ya como lectora, ya como ciudadana de un mundo que siembra terror desde la familia misma. Con Durss ocurre no solo que lo político es personal o que lo personal es político; sino que ambos, lo personal y lo político fundamentan su escritura. Estas reflexiones parten de Flaubert, navegan sobre su madre, sus novelas y películas, sus viajes, y circulan en su vida. Un tesoro.
Otro día de Verónica Gerber Bicecci, publicado por Editorial Almadía.
¿Habrá un día en que amanezca y Gerber Bicecci no nos sorprenda con un libro o un ensayo que explora lenguaje y forma? La autora vuelve los ojos a Un día, esos haikus de Juan José Tablada que ejercitan la observación a la naturaleza y los ¿reescribe? ¿interviene? ¿visita? pero desde el contexto social, cultural, económico y ecológico del presente. Estos poemas sintéticos se construyen desde el lenguaje de la incertidumbre, la autora sintetiza y puntualiza ese desamparo en el que nos encontramos o bien, el desamparo en el que mantenemos nuestro ecosistema. No les voy a contar de las increíbles imágenes que acompañan cada poema, vé-an-las.
Tsunami edición de Gabriela Jáuregui publicado por Sexto Piso.
Es esta una reunión de voces de diferentes generaciones que, en distintos modos nos hablan sobre lo que significa ser mujer, lo que implica ser mujer, lo que resulta de ser mujer. Cada ensayo es una ola que desmonta el sistema patriarcal en todos sus niveles: el familiar, el profesional, el político, y los que se amontonen. Las autoras dialogan sobre identidad y política y sociedad y lenguaje en las playas del feminismo.
Per/so/na de Yolanda Segura, publicado por Editorial Almadía.
Me dijeron que este era un libro de poesía, pero yo creo que este es un libro de ensayos. Es más, me aventuro a decir que puede leerse como un tratado filosófico en tanto representa un viaje hacia el centro de un concepto, ¿qué es una persona? ¿qué significa ser una persona? ¿qué no es una persona? En su investigación (¿la puedo llamar así, por favor?) Segura parte desde lo legal pasando por lo político y, ya en esas, tocando las esquinas de lo gramatical, lo visual, todo desde la estructura de lo fragmentario.
Un lugar seguro de Olivia Teroba publicado por Editorial Paraíso Perdido
En Un lugar seguro se unen dos líneas: el ser y el observar; es decir el ser de Olivia y su forma de observar el mundo. Digo observar pero bien puedo decir leer. Esta colección de ensayos personales es como contar los pasos del refri a la puerta, de la puerta a la calle, de una ciudad a otra, porque a Teroba el mundo entero le intriga, al mundo entero le encuentra algo que la lleva, inusitadamente y no, al territorio personal. Cada ensayo se une directa o indirectamente al anterior o al sucesor, cada ensayo nos muestra a una autora que, meticulosa, le pone palabras a las emociones que no sabemos que tenemos o tuvimos. O tendremos.
Narrativa
Si Aristóteles decía que todo era poesía, yo digo que todo es narrativa. Las historias personales: narrativa. La presencia de una voz que dice algo sobre algo: narrativa. El retrato de un tío o de la pampa: narrativa. La otra versión de un hecho histórico: narrativa. Y mejor aquí me detengo antes de que los poetas me tiren con versos (pero seguro que puedo demostrarles que sus versos son, también, narrativa).
Pelea de Gallos, Ma. Fernanda Ampuero publicado por Páginas de Espuma.
En sus cuentos, Ampuero no hace más que darnos golpes en el estómago con tramas y, más aún, escenas que desarman a cualquiera. Guiadxs con crudeza y un lenguaje que apunta y dispara, observamos las contradicciones en que sus personajes son situados o se sitúan, el horror del mundo de casa y el horror del mundo fuera de ella. Esta colección de cuentos repite algunos elementos, tipos de personajes, situaciones para demostrarnos que, aunque lo creamos, la violencia nunca es la misma.
Las aventuras de la China Irón, Gabriela Cabezón Cámara, publicado por Random House.
Si Verónica Gerber Bicecci le dice a Tablada préstame tus poemas, Gabriela Cabezón Cámara no le pide permiso a José Hernández para tomar a Martín Fierro y luego dejarlo en medio de la pampa argentina y apropiarse literariamente con quien fuera su mujer, su China. Y es desde los ojos de esta joven de 14 años que aprovecha el viaje de Liz, una inglesa buscando a su marido, para escapar ella misma no del suyo, sino de todo lo que él representa. Las novelas de viajes son siempre el descubrimiento del yo por el trayecto o al revés, en esta novela se nos descubren además imágenes que se desprenden del anhelo, del amor, de la soledad, de la guerra. Alguien ha llamado a esta novela un western político-queer y no puedo sino decir: sí, eso es y más.
El sistema del tacto de Alejandra Costamagna, publicado por Editorial Anagrama.
“Me interesa lo inespecífico, la indefinición en el límite entre lo ficcional y lo real” dijo Alejandra Costamagna en una entrevista. Y me parece que este es el norte de este libro que reúne notas, ejercicios de mecanografía, fotografías, papeles tantos, fragmentos de novelas de terror, ¿ya dije fotos? Quien lee no sabe donde inicia lo real, donde lo biográfico y hasta dónde llegará lo ficcional. Pero se entiende que estamos en la construcción (o deconstrucción) (o especulación) de una historia familiar tantos años negada para Ania, la protagonista, quien viaja a Campana al funeral de su tío y ese viaje significa cruzar fronteras y memoria.
Mandíbula de Mónica Ojeda, publicado por Candaya Narrativa.
Esta es una novela de terror porque ocurre dentro de la élite de una preparatoria Opus Dei, es de terror porque sus protagonistas son fanáticas de los cuentos de horror a tal grado que transgreden el cuerpo propio y ajeno en una y mil maneras o es de terror porque su autora nos demostró ya una vez que lo más temible no está en la fantasía sino en lo real. Estas adolescentes se salen con la suya hasta que alguien tanto más retorcido que ellas hace algo al respecto. Ojeda toca los temas conocidos, familia, sexualidad, violencia pero con estrategias instigadoras.
Women Talking de Myriam Towes, publicado por Bloomsbury.
Entre 2005 y 2009 en una colonia menonita más de cien mujeres jóvenes y adultas fueron drogadas y violadas repetidamente por los hombres de la comunidad quienes, además, las convencieron de que se trataba de un acto demoníaco. Towes construye esta novela basada en estos hechos con un interesante acercamiento: ocho mujeres –analfabetas— desean decidir juntas qué hacer en torno a sus violadores. No hay narrador, o un poco sí, pero éste es un hombre que sabe leer y escribir que ha sido asignado por las mujeres a redactar de las minutas de sus reuniones. Un copista sin voz. Una novela brillante, espeluznante, provista de. ojo crítico y político que necesitamos siempre.
Tarantela, Abril Castillo Cabrera, publicado por Editorial Antílope.
Los últimos días en la vida de un hijo envenenado, son anotados por su padre. Los últimos días en la vida de un tío, son leídos por su sobrina quien, además, nos narra esos pocos recuerdos de la figura que al morir dejó huella en la familia. Luego vienen los primeros días de la enfermedad del hermano. Después los primeros del duelo de la protagonista. ¿Y los días restantes? Estos no solo van sobre sobre el dolor, pues Castillo Cabrera rastrea los antídotos y los vínculos que naturalmente nos pertenecen dentro y fuera de una familia.
¿Qué más hay que leer si usted no ha leído ya y por qué?
The not wives de Carley Moore publicado por The Feminist Press (porque los movimientos sociales los sostienen las mujeres) In the dream house de Carmen María Machado publicado por Graywolf Press (por el tema, por la forma, por la autora); El amigo de Sigrid Nunez publicado por Anagrama (por el perro, por la literatura, por la dulzura); Sobre los huesos de los muertos de Olga Tokarszuk editorial Océano (porque la narradora, porque la especulación, porque el humor); Entre los rotos de Alaíde Ventura Medina por Random House y Una casa con jardín de Itzel Guevara del Ángel publicado por Enjambre Literario (porque todos estamos o estuvimos en hogares que se rompen y nos rompen)**; Chicks I know de Powerpaola publicado por Alacraña (porque hay que conocer –y leer o escribir— a más chicas que brillan en su propia luz) y Un montón de escritura para nada de Sara Uribe (porque en él la autora nos demuestra que la escritura, en realidad, sirve y es para todo y todos).
Mi libro favorito de 2019
Mostly Dead Things, de Kristen Arnett publicado por Tin House.
Voy a ser sincera, compré este libro por la portada, un enorme flamingo rosa bajo una tipografía blanca, como escrita a prisa y aseverando lo que hay (miren el título). Y es que Kristen Arnett nos habla de lo que hay y no hay en la vida de Jessa-Lynn Morton, una taxidermista, lesbiana, que nunca dejó el terruño y que ahora tiene que lidiar con el suicidio del padre, encargarse del negocio, y de paso de la insensatez, familiar.
No es una clásica novela del coming-out, ni la clásica novela sobre la pérdida del padre. Es una novela que, desde el humor y la ironía, hace de los animales disecados (o los humanos, pues) un estudio de la rigidez personal y social en la que muchxs. Lo que sigue no es un spoiler, pero se sentirá como tal, y es que todo comienza a desatarse no con la muerte del padre en la tienda de taxidermia, sino cuando la madre –que es una artista reencontrando su camino—hace una intervención a los animales disecados del ventanal. La madre los reacomoda en posiciones sumamente sexuales: el gigante oso tomando por atrás a una cabra, mientras un jabalí con binoculares lo mira.
Esta artística escena es vista por varios y eventualmente llega a oídos de una galerista, entonces: la madre podría tener fama en las artes, la hija podría iniciar una relación que le quitaría de la cabeza al amor de su vida –quien por cierto es la ex-esposa del hermano quien arrastrado por la depresión, ha dejado a sus hijos un poco a cargo de la narradora. Eso podría pasar, o no.
Lo mejor que Kristen Arnett logra en esta novela es, ya dije, el humor que radica en el tono de la narradora y en los personajes que la rodean. Arnett, delinea personas sin filtro o aburridas, demasiado tristes o demasiado extravangantes, incapaces todas de discernir entre vivir –realmente vivir—la vida o dejarse disecar por ella.
Cuota de género, pues:
Deaf Republic de Ilya Kaminsky publicado por Graywolf Press, El incendio de la mina El Bordo de Yuri Herrera publicado por Periférica y Cooperativa Editorial Quinqué, y Las mutaciones de Jorge Comensal (porque en la guerra, las minas, el cáncer y la hipocondría, todos perdemos). EP
** Disclaimer personal, me cuesta recomendar estos dos libros y, al mismo tiempo, no puedo no recomendar estos dos libros. Ambos fueron escritos en mi residencia de CasaOctavia y con ambas autoras trabajé en su edición. Pero recomendarlos no es favoritismo, recomendarlos significa que estoy más que segura de que ambos no dejaron la casa hasta estar bien vestidos y peinados para los ojos del lector.