¡Qué elegancia la de Francia!

Hilaria Murua nos ofrece un panorama de lo que promete ser el Tour de Cine Francés, que este año celebra su vigésima octava edición, del 19 de septiembre al 23 de octubre.

Texto de 18/09/24

Tour de cine francés

Hilaria Murua nos ofrece un panorama de lo que promete ser el Tour de Cine Francés, que este año celebra su vigésima octava edición, del 19 de septiembre al 23 de octubre.

Tiempo de lectura: 4 minutos

El Tour de Cine Francés se presenta como una ventana hacia la “excepcionalidad cultural francesa del séptimo arte”, es decir a su alta cultura cinematográfica. Este año se exhibirá en no menos de 76 ciudades de la República Mexicana. Su extensión se debe a su especial carácter itinerante. Puede alcanzar no solo a un público ya familiarizado con la cultura francesa, sino también conquistar otros nuevos, gracias tanto a la consolidada red de treinta centros culturales de la Alianza Francesa repartidos a lo largo y ancho del territorio mexicano, como al apoyo de uno de los líderes de la industria cinematográfica y del entretenimiento en México y América Latina, Cinépolis. De hecho, como ya es tradición desde hace 28 años, cada otoño lo esperan con impaciencia aficionados a esta cultura, cuya aura es conocida por ser tan cáustica como poética.

“[…] es el festival más grande de cine francés en el mundo…”

Jean-François Guéganno, el actual consejero de cooperación y acción de la embajada francesa, mencionó en rueda de prensa que “es el festival más grande de cine francés en el mundo” y, por lo tanto, desde el punto de vista diplomático, un acontecimiento de primer orden de la acción cultural francesa en la República mexicana. Chapeau! En efecto, el Tour atrae, como señaló Ramón Ramírez, director de relaciones públicas de Cinépolis, a muchos más participantes que cualquier otro festival de cine. Los medios de comunicación no perdieron la ocasión de felicitar a los representantes de la gira recordándoles que las entradas ya se han vuelto, incluso, objetos de colección.

Cada año, como recordó Paula Graf, coordinadora del Cine Francés, Francia produce alrededor de 300 películas. De ellas, el equipo debe ver entre 135 y 150 para elegir solo siete. Una tarea, debemos admitir, nada sencilla. La selección, se dijo, se realiza con el objetivo de ofrecer un equilibrio entre los géneros cinematográficos teniendo en cuenta la actualidad de los temas tratados. Hay, por supuesto, cierto apoyo a directores consagrados, pero también una oportunidad para los recién llegados al medio. Encontramos actores célebres como Catherine Deneuve, Fanny Ardant, Nora Hamzawi, cuya excelencia en el arte de la actuación es indiscutible. A estas grandes figuras se unen nuevos y prometedores rostros como Arcadi Radeff y Toscane Duquesne. Para el 28º año del Tour de Cine Francés, se nos ha prometido lo mejor y más innovador que se ha estrenado en salas entre 2023 y 2024.

Como mencioné, son siete las películas encargadas de presentarnos la fantasía francesa, como un glamuroso platillo conservador salpimentado con un aderezo progresista: subastas, lujo, arte, artesanía de alta gama, castillos y fortunas decadentes, historias de amor, la crítica al consumismo y la lucha social, la emancipación de una primera dama, una tierna mirada a la clase obrera, una madre en plena crisis de identidad a sus cuarenta, un presunto caso de hostigamiento sexual infantil en un colegio y, por último, el problema de la gestación subrogada.

Con todo, a pesar de la intención de ofrecer diversidad temática y cinematográfica, la mayoría de las películas del panel tienden a ser comedias dramáticas. Como se destacó en rueda de prensa, este festival está concebido principalmente con un espíritu popular; de hecho, se trata más bien de entretenimiento. Durante la charla, a la palabra popular se le añadió un pero. En una sociedad en la que la cultura del espectáculo ocupa un lugar preponderante y en la que la noción de vender muchas entradas es garantía de éxito, se siente un atisbo de nostalgia por la alta cultura. En efecto, lo popular no es amigo de lo exigente, a menudo juzgado como elitista. Noblesse oblige! Como dicta la elegancia francesa, era necesario reiterar que el festival era “popular pero de la más alta calidad”.

Lamentablemente, parece que este no es el caso. En su mayoría, se trata de películas desenfadadas, más cercanas al telefilm que al cine de autor. En Francia, un telefilm es un género producido exclusivamente para su difusión televisiva, lo que significa que no se asume ningún riesgo cinematográfico y que los temas abordados encontrarán una resolución consensuada. A pesar de que nominalmente se presenten como ejemplares en toda regla del séptimo arte, salvo dos de ellas, las otras cinco tienden decididamente a este género.

Resulta difícil creer que de 150 películas, la presente sea una colección representativa de las propuestas más innovadoras del cine francés actual. Estamos muy lejos de la “excepción cultural francesa”.

Rueda de prensa

Nadie se engaña: sabemos que es más arriesgado obtener una buena recaudación de taquilla con películas de autor. Aquí se trata de acercar apaciblemente la presente cultura popular de los franceses a un amplio público mexicano, algo que, por sí mismo, no tiene nada de malo. Los temas que se abordan son de actualidad y pueden discutirse tranquila o apasionadamente en familia o en el trabajo. Sin embargo, debe admitirse que estas obras no tienen ni la fuerza y ni la audacia necesaria como para descolocar a los espectadores y hacerlos reconsiderar sus posturas en lo que respecta, por ejemplo, al progresivo endeudamiento y consumismo al que se ven tan naturalmente sometidos como para pasar desapercibido. Digamos que son buenos telefilm, y no pedimos más.

“Los temas que se abordan son de actualidad y pueden discutirse tranquila o apasionadamente en familia o en el trabajo.”

La propuesta del Tour, en cierto modo, es una invitación al público amante de la cultura francesa a compartir el ruido de fondo emitido por la televisión de una comida familiar dominical que se alarga con discusiones políticas. Creo que es una bonita manera de compartir la cultura. Estoy segura de que son películas de las que no nos acordaremos, pero que serán un buen complemento de las discusiones actuales durante las tertulias y que amenizarán, igualmente, los cambios venideros. EP

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