Plana verde | Tú no puedes comprar la lluvia, tampoco el agua

Andrea J. Arratibel escribe sobre grave crisis hídrica que padece México.

Texto de 30/05/23

Andrea J. Arratibel escribe sobre grave crisis hídrica que padece México.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Dice una letra de Calle 13, banda puertorriqueña al rescate de la nueva canción latinoamericana, que “no se puede comprar el Sol, ni la lluvia”. Pero en México, principal consumidor de agua embotellada en el mundo, los recursos naturales sí se compran, a una tarifa social a pagar altísima.

México es el país con más casos llevados ante el Tribunal Latinoamericano del Agua, foro técnico-científico que en 2012 lo condenó por no cumplir con su ley interna y por la violación a los tratados internacionales en derechos humanos. El organismo ya advirtió entonces de la crisis hídrica que enfrenta en la actualidad el país. 

La falta de agua en México ha sido alarmante en los últimos años. En 2021, casi el 85% del territorio presentó sequía. Y este año, estuvimos a punto de alcanzar las mismas cifras. Como llegó a señalar el Monitor de Sequía, en marzo sólo en el 25.5 % del país no hubo afectaciones por desabasto del recurso. A la afrenta, se suma la mala gestión, o su falta absoluta, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Que el organismo responsable de administrar, regular, controlar y proteger las aguas nacionales en México duplicara este año su presupuesto, de 34 200 millones pesos a 68 450 —la dotación más alta hasta la fecha—, no parece suficiente según la entidades expertas en la materia, como ha señalado reiteradamente el Consejo Consultivo del Agua.

“Como llegó a señalar el Monitor de Sequía, en marzo sólo en el 25.5 % del país no hubo afectaciones por desabasto del recurso”. 

Mientras se requieren más fondos para los desafíos que tiene la entidad y las actividades extractivas, la voraz expansión de monocultivos y las políticas profomento de la inversión extranjera deterioran los ecosistemas acuáticos y su biodiversidad, mientras siguen contaminando el recurso más preciado en todo el territorio, el Gobierno sigue sin legislar el derecho humano al agua.

Según el Inegi, 21.3 millones de mexicanos no tienen acceso al agua potable,  9 no cuentan con una red de drenaje  y menos del 90% de la población que recibe agua potable por la red se encuentra fuera de riesgo sanitario

Las otras cifras que da la cooperativa Agua Para Todos, Agua Para la Vida son igual de desoladoras: México exhibe los ríos más contaminados de la región, plantas de tratamiento de aguas que no cumplen con la norma básicas, más de 100 acuíferos sobreexplotados, miles y miles concesiones de zonas federales en territorios indígenas sin consentimiento previo, recursos económicos y de infraestructura empleados en megaproyectos extractivistas que no se destinaron a la seguridad hídrica, 40 % del territorio concesionado a empresas mineras… Actividades que no solo incrementan el riesgo de incidencia de enfermedades directamente relacionadas con la inaccesibilidad y la contaminación del agua para las poblaciones, sino también su encarecimiento, especialmente para las comunidades más vulneradas.

“Esta gestión de los recursos hídricos ha ido sujeta a criterios económicos y políticos que solo profundizan, cada vez más, la injusticia social y ambiental”.

Esta gestión de los recursos hídricos ha ido sujeta a criterios económicos y políticos que solo profundizan, cada vez más, la injusticia social y ambiental. Y está avalada por una ley que permite vender, especular y lucrar con concesiones, que prima los privilegios sobre los derechos y que se entrelaza al modus operandi de las instancias jurídicas del Estado.

En el veredicto que hace ya más de una década emitió el Tribunal Latinoamericano del Agua, se señaló la incapacidad de las autoridades mexicanas del ejecutivo, legislativo y judicial para establecer mecanismos efectivos de acceso a la justicia ambiental. También el creciente deterioro de los derechos humanos en torno al recurso líquido. Uno que solo podrá frenar una normativa elaborada desde las bases para el acceso equitativo y sustentable al agua, como lo es la Iniciativa Ciudadana de Ley General de Aguas.

Esta propuesta, en la que durante años trabajaron  investigadores, organizaciones y pueblos, fue promulgada para abordar de forma integral programas sostenibles en la gestión de las cuencas y la prestación democrática de los servicios de agua. Pero nunca vio la luz…A la espera de que salga adelante, los niveles de conflictividad social en México van asomándose, como evidencian las tantas marchas por el agua organizadas en lo que va de año. A la espera de un cambio de paradigma, las luchas comunitarias por los recursos hídricos caminan completamente al margen del Estado. En los ecos de su pasos arrastran un tarareo a modo de reivindicación: “no se puede comprar el Sol, ni la lluvia; tampoco el agua”. EP

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