Una charla sobre diagnósticos y soluciones para la crisis hídrica en México

Este País realizó el 15 de mayo una mesa de diálogo sobre la crisis hídrica. Con la moderación del Dr. José Sarukhán, destacados expertos en el tema abordaron los principales retos y soluciones a los problemas que enfrentamos.

Texto de 24/05/23

crisis hídrica

Este País realizó el 15 de mayo una mesa de diálogo sobre la crisis hídrica. Con la moderación del Dr. José Sarukhán, destacados expertos en el tema abordaron los principales retos y soluciones a los problemas que enfrentamos.

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José Sarukhán fue cabeza de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) durante tres décadas y es uno de los científicos mexicanos más reconocidos en el país y a nivel internacional. Él se subió el pasado lunes 15 de mayo al escenario del Club de Industriales para dar comienzo a la mesa sobre la crisis hídrica en México organizada por Este País.

Antes de dar paso a los ponentes, el exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de 1989 a 1997, Premio Nacional de Ciencias y Artes de 1990 y el único mexicano que presume de un asiento en la Royal Society, inauguró la sesión con una imagen de la The U.S. Geological Survey, organización que calculó el agua total que había en la Tierra.

José Sarukhán Kermez moderó la mesa de diálogo organizada por Este País

En una primera diapositiva proyectada en la gran pantalla aparecía el globo terráqueo y sobre él una pequeña bola azul: el total del líquido existente en proporción al tamaño de la Tierra. En la segunda transparencia que captó la atención del público, junto a esa bolita aparecía otra todavía de menor tamaño, haciendo alusión a la poca cantidad del líquido accesible con la que cuenta en la actualidad la humanidad.

Con esta última imagen, Sarukhán lanzó el mensaje preliminar que marcaría el espíritu de las charlas: “el agua disponible en el mundo es muy escasa y los humanos tenemos que mejorar nuestra relación con el planeta que gracias a ese líquido hace posible la vida”.

El primer participante en tomar la palabra de la sesión fue Aldo Ramírez, director del Centro del Agua para América Latina y el Caribe y profesor investigador de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey, quien centró su exposición en el desabasto de agua que ha experimentado el estado de Nuevo León. La región norteña sigue enfrentando las consecuencias de la crisis hídrica que, ante la falta de lluvias y la sequía de sus presas, se desató el año pasado sobre su territorio.

Ramírez expuso la experiencia de la situación de Monterrey, capital industrial de México, para ejemplificar el panorama que enfrenta todo el país. El experto, uno de los principales problemas vinculados a la disponibilidad y calidad del agua, responsabiliza al vertiginoso crecimiento de la población en las ciudades, fenómeno que está aumentando de forma creciente la demanda del líquido. “Se estima que para el 2050 más del 80% de los mexicanos vivirán en asentamientos urbanos”, anunció el ponente, quien a continuación apuntó a otro de los factores que se suman al problema de la actual crisis: el patrón urbanístico sin infraestructura hídrica eficaz que impera en México, ligado al antes mencionado crecimiento poblacional.

Como otro de los factores que están contribuyendo a la crisis hídrica, el investigador señaló, además, las variabilidades climáticas que azotan al país, que están teniendo efectos más graves en algunas demarcaciones, como las del norte. Según expuso, “con 227.93 litros por metro cuadrado (mm), en cinco de los últimos ocho años las lluvias se han mantenido por debajo de la media histórica en León, hasta agravarse la situación el año pasado”.

Si bien México ha experimentado diversas sequías como fenómenos cíclicos que se dan a lo largo del tiempo, como los sufridos a los finales de los noventa, en el 2012 o en los años cincuenta del siglo pasado, “la falta de agua nunca había sido tan grave”, destacó Ramírez, advirtiendo de los devastadores efectos como consecuencia de la sobreexplotación de acuíferos y cuencas por el Estado, así como el vaciamiento de presas. “Ante la mala gestión del agua que se ha hecho y se sigue haciendo, necesitamos optimizar los sistemas de recolección y distribución”, concluyó el especialista de Monterrey.

Por su parte, Cecilia Lartigue Baca, investigadora posdoctoral del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM, habló del impacto en el medio ambiente generado por la actividad antropogénica irresponsable. “Al no respetar las dinámicas del agua por la feroz deforestación de los bosques, el uso eficiente del agua o la contaminación de los cuerpos hídricos, entre otros. Si ya teníamos problemas graves, el cambio climático llegó para agravarlos mucho más”, denunció la científica. 

“Al no respetar las dinámicas del agua por la feroz deforestación de los bosques, el uso eficiente del agua o la contaminación de los cuerpos hídricos, entre otros. Si ya teníamos problemas graves, el cambio climático llegó para agravarlos mucho más”.

Lartigue destacó algunos de los sectores principales que consumen el agua disponible en México: la agricultura, la minería y el uso doméstico, constituyendo la primera el ámbito que más devora con gran diferencia el recurso líquido, el recurso natural más primordial de México. Como destacó la investigadora, aunque el agua se reconoció como un derecho humano desde el 2012 en el país, “más del 40% de su población no tiene acceso a agua de calidad”, aclaró la experta, denunciando, además, que “las campañas de concientización entorno a un uso responsable del agua están dirigidas a los consumidores y no a los gestores y tomadores de decisiones”.

La investigadora de la UNAM centró su intervención en la desigualdad que provoca la escasez de agua en el país. “Son las poblaciones con menos recursos las que más dinero gastan en comprar agua”, algo que evidencia la injusticia social implicada en la mala gestión de los recursos. Como advirtió a continuación, “más del 40% del agua de los sistemas se pierde en fugas, lo que exhibe la urgente necesidad de establecer una cultura de un mejor manejo por parte de los operadores y gestores del agua”.

En su turno de palabra, la especialista Energía y Medio Ambiente del IMCO, Sandra López, destacó el impacto que el cambio climático estaba teniendo en México, mucho más grave que en otros lugares del mundo. “Mientras que en el norte las sequías severas se han multiplicado por seis, las poblaciones del sur son cada vez más afectadas por las inundaciones y los huracanes. Lo que llama a nuestro país a adaptarse de forma urgente a las nuevas condiciones climáticas”.

En la línea de los datos arrojados por el director del Centro del Agua para América Latina y el Caribe, López también destacó el problema hídrico de la mano del crecimiento poblacional en México, “uno de los países más poblados del mundo”.  Según datos de la propia ONU, con el aumento de la urbanización, el abastecimiento de agua en las ciudades resulta especialmente vulnerable al cambio climático. De aquí a 2050, 685 millones de personas residentes en más de 500 ciudades sufrirán una reducción adicional del 10% en la disponibilidad de agua dulce, doblándose el número de sequías que, se prevé, azotarán las ciudades más grandes.

Entre las otras principales problemáticas que perjudican a la disponibilidad y calidad del agua, la especialista del IMCO señaló el gran despilfarro del recurso que ejercen los sectores agropecuarios y de alimentación. “Mientras que para hacer un chocolate se utilizan hasta  24 mil litros de agua, para un kilo de pollo son usados 15 mil, millones de mexicanos no cuentan con acceso al agua”, sentenció López.

“Mientras que para hacer un chocolate se utilizan hasta 24 mil litros de agua, para un kilo de pollo son usados 15 mil, millones de mexicanos no cuentan con acceso al agua”.

En su turno, Raúl Rodríguez Márquez, presidente del Consejo Consultivo del Agua A.C., recalcó “la necesidad de reconocer el problema para ponerle solución, algo que no hacemos en México. El agua es un recurso finito y se está acabando”. Según el experto, la última conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua que tuvo lugar el pasado marzo, “no cumplió con las expectativas esperadas. Recordemos que millones de mexicanos siguen sin tener acceso al agua”.

Para el experto, este problema se trata de “un tema de seguridad nacional que no se está abordando como tal ni tomando con la seriedad que merece. La falta de agua que sufren las poblaciones podría perfectamente desembocar en un conflicto social”.

Rodríguez también llamó a la necesidad urgente de llegar a ciertos acuerdos que “implicarían muchos más esfuerzos de alianzas entre gobiernos, empresas y la sociedad, una mayor inversión del presupuesto público a los recursos hídricos y una mayor apuesta por las tecnologías innovadoras que no están aprovechando en beneficio de cuidar todo el ciclo del agua”.

Como manifestó el presidente del Consejo Consultivo del Agua, “teniendo en cuenta que más del 70 % de los recursos hídricos van para el sector agrícola y más del 60% del agua del país es desperdiciada, necesitamos incrementar el presupuesto gubernamental destinado a su manejo”.

En cuanto a las propuestas y soluciones efectivas para enfrentar la crisis hídrica en México, segunda parte de la mesa, el director del Centro del Agua para América Latina y el Caribe enumeró distintas propuestas. “Lo primero que se requiere es la optimización de todos los sistemas del agua, desde mejorar las estaciones de bombeo, pasando por red de distribución, hasta resolver el tema de las fugas, todo el agua no contabilizada que se pierde”, destacó Rodríguez. El investigador del Tec de Monterrey recalcó “la necesidad de apostar por la recuperación de las aguas residuales en las plantas tratadoras”, encargadas de limpiar las aguas negras para ser devueltas de forma segura al medio ambiente. Por último, el experto hizo un llamado a la responsabilidad de los ciudadanos. “Necesitamos disminuir la demanda tan alta de agua que existe. Si todos tratáramos de disminuir el consumo diario que hacemos no habríamos llegado a la crisis que, por ejemplo, sufrimos en Monterrey”, declaró.

Para Lartigue, en cambio, la solución al problema hídrico que afronta México “pasa por la apuesta de un ordenamiento ecológico del territorio, un mejor uso del suelo y manejo de las cuencas”. La especialista recalcó, además, la necesidad de crear un observatorio sólido del agua, “no sólo a nivel estatal, sino por municipios, que muestren tanto a los gobernantes como la población no sólo los recursos hídricos disponibles sino su calidad”. Entre otras de las propuestas de la investigadora de la UNAM destaca la urgencia de abandonar el modelo económico establecido en el país, “un modelo depredador que hace que consumamos tanta agua, mucha más de la que se necesita”.

En concordancia con los argumentos expuestos de su compañera, la investigadora del IMCO resaltó la necesidad “de un sistema de monitoreo eficaz, teniendo en cuenta la mala gestión de los datos que hace la Comisión Nacional del Agua (Conagua)”. Según López, para solucionar el problema de agua que tiene México, “se requiere fortalecer los datos con los que contamos y fortalecer mucho más todas las estadísticas relativas a los porcentajes del agua que se hace y en qué se destina”.

“El sector agricultura, el que más agua consume y la contamina, no cuenta con un sistema de monitoreo. Es decir, está exento de la obligatoriedad de rendir cuentas”.

Además de criticar las anomalías constantes que se dan en Conagua, institución máxima responsable de preservar las aguas nacionales y sus bienes públicos para la administración sustentable y la garantización de la seguridad hídrica, la investigadora subrayó la necesidad de mejorar la vigilancia en los sistemas y poner remedio a un problema actual sin regulación. “El sector agricultura, el que más agua consume y la contamina, no cuenta con un sistema de monitoreo. Es decir, está exento de la obligatoriedad de rendir cuentas”.

Por otro lado, la científica destacó la necesidad de que salga adelante la Iniciativa Ciudadana de Ley General de Aguas, una propuesta para abordar de forma integral programas sostenibles en la gestión de las cuencas y la prestación democrática de los servicios de agua. “Una ley contraria a la actual, donde la buena gestión de los recursos hídricos y el agua como derecho humano no son la prioridad”, expresó.

Soluciones con las que también coincidió de forma radical el presidente del Consejo Consultivo del Agua. Si bien la Cámara de Diputados de México aprobó en octubre de 2022 una dotación económica del doble para la Conagua, que pasó de 34 200 millones de pesos a 68 450, el presupuesto más alto en la historia del agua en México, este sigue siendo insuficiente para Rodríguez. “Teniendo en cuenta los problemas y desafíos actuales que enfrentamos la cantidad necesaria para hacer un buen uso de los recursos hídricos deberían elevarse, por lo menos, a 120”, declaró el experto.

Además de la mejora en las políticas públicas y regulaciones para la protección del agua y la prevención de la contaminación, otra necesidad en la lucha contra la crisis hídrica que enfrenta México “es la de legislar el derecho humano al agua, una medida urgente que no se ha hecho hasta ahora y que está directamente relacionada con la seguridad hídrica y el bienestar de las poblaciones, principal objetivo de la Agenda del Agua 2030”, concluyó el último ponente antes de dar clausurar la charla. EP

Mesa de diálogo Crisis hídrica en México
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