Cambios recientes en la zona protegida de Xochimilco

Xochimilco, un tesoro cultural y ecológico protegido, enfrenta amenazas por incumplimiento de regulaciones. Urbanización ilegal y actividades prohibidas ponen en peligro este patrimonio.

Texto de , & 12/04/24

Xochimilco, un tesoro cultural y ecológico protegido, enfrenta amenazas por incumplimiento de regulaciones. Urbanización ilegal y actividades prohibidas ponen en peligro este patrimonio.

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Hay pocas áreas urbanas en el mundo que tengan tanto reconocimientos por su valor ecológico y cultural como Xochimilco. Este humedal cuenta con múltiples decretos que lo protegen desde la década de los 30, cuando se declaró zona típica pintoresca. La lista posterior de decretos es larga y los más importantes comienzan en 1986, cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se declara una Zona de Monumentos Históricos en las Delegaciones de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, ya que se trata de un sitio de interés histórico y de importancia para los recursos hídricos de suministro a la Ciudad de México. 

En 1987, la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) inscribió a Xochimilco en la lista de Patrimonio Mundial Cultural y Natural, incluyendo el sistema de chinampas. En 1992 se publicó en el Diario Oficial la declaratoria que establece como Zona Prioritaria de Preservación y Conservación del Equilibrio Ecológico y como Área Natural Protegida (ANP) a los ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco. El polígono original de la ANP se modificó en 2006 y en la actualidad cuenta con un total de 2,507 hectáreas. Por último, en 2018, se publicó en el Diario Oficial el Programa de Manejo de la ANP de ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco con una zonificación y listado de actividades permitidas y prohibidas en la ANP. De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), las ANP son “zonas del territorio nacional y aquellas sobre las que la nación ejerce su soberanía y jurisdicción, en donde los ambientes originales no han sido significativamente alterados por la actividad del ser humano o que requieren ser preservadas y restauradas” (CONANP, 2017). Así, la ANP de Ejidos de Xochimilco y San Gregorio es una de las pocas opciones que tiene la Ciudad de México para conservar la biodiversidad y servicios ecosistémicos —como los de provisión de agua y alimentos— que dicha área proporciona.

“En 1987, la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) inscribió a Xochimilco en la lista de Patrimonio Mundial Cultural y Natural, incluyendo el sistema de chinampas”.

Todos estos membretes, reconocimientos y herramientas de protección en una de las ciudades más modernas del país sugerirían que este humedal está cobijado bajo muchos mantos políticos, sociales y legales que la resguardan de su deterioro. Por eso, es pertinente preguntarse: ¿se respeta este programa de manejo y las herramientas de protección? En las últimas décadas, ¿han sido útiles todos estos reconocimientos internacionales? 

La respuesta fácil es NO. Así, con mayúsculas, pero es necesario explicar cuáles son las zonas que más se afectan y las razones por las que se genera el deterioro para buscar instrumentos de conservación útiles. 

Zonificación de la ANP 

El plan de manejo identifica cuatro zonas clave dentro de la ANP, las cuales son zona de protección, uso público, chinampera y agrícola de temporal y restauración ecológica. Cada una con funciones y manejos específicos que no siempre se llevan a cabo, como se verá más adelante. ¿Cómo sabemos si se cumplen las regulaciones para estas categorías? Para identificar las principales actividades prohibidas en cada zona, se realizó la interpretación del uso de suelo en toda la ANP con imágenes satelitales de alta resolución para 2002 y 2021. De acuerdo a la matriz de manejo para la zonificación publicada en el plan de manejo de la ANP (2018), las actividades prohibidas e interpretadas en el uso de suelo son construcción de nuevos invernaderos y ampliación de los existentes, asentamientos humanos, canchas de futbol soccer y la realización de eventos masivos. Estas actividades son sólo algunas de las prohibidas de acuerdo a la matriz de manejo y que pueden identificarse a través de imagen de satélite, pero existen muchas más actividades prohibidas en la zona de las cuales no se mencionan porque no se detectan a través de imágenes de satélite. La siguiente sección detalla el principal objetivo de cada una de las zonas, e identifica si las actividades que se realizan en cada una de ellas corresponde con el objetivo de esta.

Zona de protección 

La zona de protección comprende áreas en donde las condiciones naturales han sido modificadas significativamente, por lo que estarán sujetas a programas que permitan mejorar las condiciones ambientales de la ANP. Esta zona está conformada por tres polígonos que abarcan 357 hectáreas. Al noroeste de la ANP, se localizan dos polígonos de protección conocidos como Ciénega grande de 97 hectáreas y Ciénega chica de 77 hectáreas. Al centro de la ANP se localiza el tercer polígono de conservación correspondiente al lago de conservación de San Gregorio Atlapulco. Su principal objetivo es “proteger y conservar las condiciones naturales y ambientales de los humedales, mejorar la funcionalidad hidráulica del mismo, así como el mantenimiento de la calidad y dinámica del acuífero” (Plan de manejo 2018). 

Uno de los resultados más graves de nuestro análisis es la presencia de asentamientos humanos en ambas fechas de las imágenes satelitales, con un crecimiento de 3.8 hectáreas en nueve años. Otras actividades prohibidas en la zona identificadas a través de trabajo de campo son las descargas de aguas negras provenientes de la planta de San Luis y el relleno con cascajo de toda la zona. Este último corresponde a cascajo proveniente de diversas zonas de la ciudad que tiran dentro de la ANP en la zona de San Gregorio. Se estima que se está pagando alrededor de 400 pesos por camión de cascajo y dicho pago es recibido por las autoridades ejidales. Los asentamientos en la zona de protección son preocupantes porque, además de que los asentamientos humanos están prohibidos en la zona de protección, su presencia implica la construcción de infraestructura sanitaria y con ello la contaminación de suelos y cuerpos de agua por la descarga de materiales sólidos y líquidos, actividades prohibidas también de acuerdo con el Plan de Manejo 2018.

“Uno de los resultados más graves de nuestro análisis es la presencia de asentamientos humanos en ambas fechas de las imágenes satelitales, con un crecimiento de 3.8 hectáreas en nueve años”.

Zona de uso público

Comprende dos polígonos con una superficie total de 442.3 hectáreas. El mayor de los polígonos se localiza en la zona noroeste y el más pequeño al sureste de la ANP. El polígono más grande se utiliza principalmente para actividades de recreación y esparcimiento. Comprende aquellas áreas con ambientes terrestres seriamente modificados por la actividad humana, que pueden o no estar asociados con canales y cuerpos de agua; se identifican por la presencia de infraestructura para actividades recreativas, deportivas, ecoturísticas, de investigación, usos agrícolas no tradicionales, oficinas gubernamentales, culturales y de educación ambiental, entre las que destacan el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC), Parque Ecológico de Xochimilco, Mercado de Plantas y Flores de Cuemanco, Vivero Nezahualcóyotl, Batallón de Marina, Mercado Acuexcomatl y el Centro de Educación Ambiental Acuexcomatl (Plan de manejo 2018). 

El único tipo de cambio que presenta la zona es uno de los más preocupantes: la construcción del puente vehicular periférico sur-oriente. Dicha construcción fue realizada por el gobierno de la Ciudad de México en 2021 y fue construida sobre una porción de humedal, aun cuando en el plan de manejo se asienta que queda prohibido el cierre de canales y zanjas, además de la modificación de las condiciones naturales de los acuíferos, cauces naturales de corriente y vasos de regulación existentes. La construcción impacta el humedal de manera directa al promover un aumento de la contaminación por los autos en la zona, interrumpir el flujo de las especies entre las zonas sur y norte y modificar el flujo hídrico. También afecta de manera indirecta al promover la urbanización en la zona norte del humedal y facilitar el aumento de los asentamientos humanos irregulares y actividades prohibidas, como los partidos de futbol y reuniones sociales como eventos masivos en la zona chinampera. 

Esta circunstancia es particularmente grave porque el gobierno local es quien tendría que velar por el cumplimiento de la ley y garantizar la protección de esta zona; sin embargo, es el mismo gobierno de la Ciudad de México quien promueve su destrucción de manera más rápida con esta obra, pasando por encima de todas las herramientas de protección. 

Zona Chinampera y Agrícola de Temporal

La zona Chinampera y Agrícola de Temporal cuenta con una superficie de 1,723.11 hectáreas; es la zona más extensa de la ANP abarcando el 68% de la misma. Comprende aquellas áreas con ambientes terrestres y acuáticos donde se realizan actividades agrícolas tradicionales a cielo abierto y en invernaderos en chinampas y terrenos de temporal. Es la zona más conocida y tradicional de Xochimilco. La función principal de esta zona es conservar las actividades de aprovechamiento, especialmente la producción tradicional en chinampas y la rehabilitación productiva de las mismas, con lo que se busca proteger la riqueza cultural de la región (Plan de manejo 2018). Sin embargo, a pesar de ser la zona más popular y la más icónica para miles de mexicanos, es la zona más deteriorada por el cambio de uso de suelo hacia actividades más rentables. Los jardines para fiestas y las canchas de futbol han aumentado 26 hectáreas a pesar de que estos usos de suelos están prohibidos. Las actividades como eventos masivos y la generación de ruido intenso que alteran el comportamiento natural de los ejemplares de vida silvestre están prohibidas; sin embargo, esto parece no importar ya que en algunos de los jardines de la zona chinampera se llevan a cabo eventos de música electrónica y en la laguna de Tlilac cada año se presenta la puesta en escena de La Llorona. 

A pesar de que la función principal de esta zona es la conservación de la actividad chinampera, se ha reducido aproximadamente 62 hectáreas y los invernaderos han aumentado 76 hectáreas. Es importante destacar que la presencia de más invernaderos no representa la conservación de la actividad chinampera, además de que en estos se emplean fertilizantes y agroquímicos que contaminan los suelos y aguas de la zona. El uso urbano también aumentó 10.5 hectáreas y, como se ha mencionado, este uso de suelo está prohibido en toda la ANP; sin embargo, los asentamientos humanos siguen aumentando. 

Dentro de esta zona se localiza la subzona de restauración ecológica, que tiene una superficie de 516.77 hectáreas. Está constituida por áreas susceptibles a inundaciones, humedales permanentes o temporales y asentamientos humanos irregulares que son producto de la constante presión de crecimiento de la mancha urbana. En estas áreas se busca promover principalmente actividades encaminadas a la restauración integral del ecosistema humedal, sin dejar de lado aquellas actividades productivas características de la región. Su función principal es rescatar y restaurar el ecosistema y sus servicios ambientales a través de diversas acciones (Plan de manejo 2018). A pesar de ello, la zona de restauración ecológica es la que mayor crecimiento urbano presenta con 87 hectáreas; la presión urbana hacia la ANP es muy fuerte y se observa en todas las zonas.

¿Qué se puede hacer?

Es claro que los membretes de ANP de ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco y su plan de manejo desde 2018 no están funcionando como deberían. Esto se debe a que aun cuando se especifican las actividades permitidas y prohibidas por zona, con el análisis de uso de suelo y visitas de campo se identifican grandes problemas, principalmente el crecimiento de la mancha urbana, la expansión de canchas de futbol, jardines para eventos, invernaderos y la disminución de la zona de chinampas. Un primer paso para reducir la tasa de deterioro ambiental de la ANP es que las autoridades de la Ciudad de México, en lugar de contravenir lo dispuesto por la ley, cumplan y obliguen al cumplimiento del plan de manejo. En 2012, uno de los problemas más serios detectados por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) fue que existen varias dependencias gubernamentales —tanto federales como locales— que tienen injerencia en la protección de Xochimilco. Esto en lugar de ser un beneficio resulta un problema: al ser todos responsables, no existe rendición de cuentas para ninguna de las dependencias. En términos coloquiales, “se pasan la bolita”. Este problema se intentó solucionar con la creación de la Autoridad de la Zona Patrimonio Mundial Natural y Cultural de la Humanidad en Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta (AZP) hace una década; no obstante, esta dependencia nunca tuvo una presencia muy fuerte y se desdibujó en el presente sexenio, resultando ser una carga administrativa en lugar de una generadora de soluciones. 

Es necesario repensar la forma en la que el Estado buscará la protección de Xochimilco en el largo plazo a través de una gobernanza más efectiva. Las acciones a nivel individual también son muy valiosas, pero requieren de una participación muy nutrida para tener efectos positivos. Por ejemplo, evitar asistir a eventos masivos que perturban el medio ambiente, respetar las actividades tradicionales de la zona y comprar productos agroecológicos para apoyar la economía local son acciones sencillas, pero que pueden tener un impacto positivo muy importante. La responsabilidad para la conservación de Xochimilco recae en todos, gobierno y sociedad. El gobierno debe asumir su papel como autoridad y la sociedad exigir su derecho a un ambiente sano a través de políticas públicas que mejoren la región. 

“Es necesario repensar la forma en la que el Estado buscará la protección de Xochimilco en el largo plazo a través de una gobernanza más efectiva”.

Las autoridades deben implementar acciones de protección y vigilancia hacia la ANP, principalmente en la zona chinampera que es la más concurrida, que incluyan la prohibición de eventos masivos, el monitoreo del movimiento de las trajineras, identificando las zonas hasta donde pueden navegar y las actividades que se realizan en los canales principales, la reconversión de canchas de futbol e invernaderos en chinampas y la recuperación de las zonas abandonadas —las cuales representan el 60% de la ANP— a zonas de cultivo tradicional. Todo esto mejoraría notablemente la calidad de los suelos y el agua, esto favorecería el repoblamiento de especies nativas ayudando a su conservación. Para lograr todo esto se requiere, en primera instancia, el interés y la voluntad de las autoridades y la gente por conservar uno de los sitios más icónicos de México. Allí es en donde se encuentra el mayor reto. EP

Referencias

Gaceta oficial de la Ciudad de México. 26 de febrero de 2018.

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