Este País conversó con Sandra Romandía y Óscar Balderas sobre el libro “Las siete mafias chilangas”.
Las siete mafias chilangas: Entrevista con Sandra Romandía y Óscar Balderas
Este País conversó con Sandra Romandía y Óscar Balderas sobre el libro “Las siete mafias chilangas”.
Texto de Este País 22/05/23
Día a día, lo sepan o no, los habitantes de la capital del país se someten a los dictados de mafiosos del agua, gangsters de los mercados, pandilleros del comercio, líderes de ambulantes, transportistas piratas, cárteles inmobiliarios, sindicatos tenebrosos y tratantes de personas… además de la delincuencia común. En la ciudad que alberga los poderes de la Unión, no se mueve una hoja sin que las mafias lo decidan. En esta obra, un grupo de periodistas de investigación analiza los siete flagelos a partir de los cuales se entiende el tamaño del problema. Van desentrañando, reportaje a reportaje, cómo es que el desastre actual del Metro sólo se explica a la luz de las facciones que se lo disputan; o cómo es que este pandemónium existe y se fortalece gracias al poder articulador del narcotráfico y la gigantesca y jugosa complicidad de las autoridades establecidas.
Este País (EP): ¿Qué fue lo que los llevó a impulsar estas investigaciones sobre las mafias chilangas?
Sandra Romandía (SR): La Ciudad de México enfrenta el flagelo del narcotráfico y el crimen organizado, y también vive bajo el yugo de grupos de poder muy violentos que controlan las actividades comerciales o las actividades cotidianas de los ciudadanos. Pensamos que sería una buena idea hacer una investigación más amplia, con varios grandes autores como Óscar Balderas, Alberto Cuenca, Sara Pantoja, Frida Mendoza, Axel Chávez y Nurit Martínez, para presentar esas historias que son invisibles a los ojos de los ciudadanos.
Cada chilango tiene la sospecha o la intuición de que sus actividades cotidianas están trastocadas por algún grupo oscuro de poder. Nuestra tarea fue contar con historias representativas de cómo las diferentes actividades en nuestra vida cotidiana en la Ciudad de México están trastocadas por las mafias, que son grupos que cuyo denominador es que tienen un poder desde hace mucho tiempo, que muchos de ellos están trastocados por grupos políticos, que buscan son clientes o bases sociales para los votos después y también por los grupos del narcotráfico.
Óscar Balderas (ÓB): Intuimos que existe una mafia que tiene secuestradas muchas niñas y niños y adolescentes en el trabajo sexual forzado, pero no sabemos quiénes realmente son, porque por lo general nos concentramos en la expresión más visible de la mafia, que suele ser la gente que está de calle. En mi investigación descubrí, por ejemplo, que había un grupo de empresarios que estaban desde Europa manejando los hilos de la explotación sexual en México. Creo que eso es lo que va a encontrar el lector, un modus operandi de las mafias.
EP: ¿Cuáles son los puntos en común más notorios de estas mafias?
ÓB: La primera, la que me parece más importante, es que son grupos de poder creados a partir del poder político. Es decir, estas mafias no son un error del sistema, son una creación de este. Muchas veces se necesita que existan estructuras para poder explotarlas en cada elección para obtener votos. Otra característica importante es que son capaces de sobrevivir a cualquier elección.
EP: ¿Cuáles son los resultados de la investigación que hacen todos los autores para configurar este libro? ¿Qué hallaron que no sabían antes?
SR: Uno de los hallazgos, por una parte, es que estas mafias están ya tomadas o de alguna manera penetradas por los grupos del crimen. Por otra, siempre hay algún grupo político de muchos años, a veces van cambiando de partido, pero que están enraizados en estas mafias y que de alguna manera los han ayudado a esas mafias a permanecer. Siempre hay corrupción y posesión del Estado, pero difícilmente se trata de un tema de partido.
El verdadero reto es que haya un liderazgo del gobierno, desde el Estado, que tome control y elimine estas mafias, que es lo que no ha ocurrido.
EP: ¿Qué es lo que puede hacer un ciudadano común frente a las siete mafias, una vez que se entera de cómo operan?
SR: Yo creo que uno de los propósitos de los periodistas es contar historias y revelar la realidad, lo que está oculto. Nuestro objetivo principal es que el ciudadano conozca su entorno, conozca su país y entienda los tentáculos que hay a profundidad; con esa información valiosa que además ha sido verificada —nosotros tenemos varios métodos de verificación y podemos asegurar que lo que ponemos en el libro es totalmente confiable—, pueda tomar las mejores decisiones para su día a día prácticamente.
ÓB: Yo no creo que esté en las manos del ciudadano de a pie, acabar con estas mafias. Cuando Sandra habla de tentáculos me parece que la metáfora es la correcta. Es un gran monstruo que atrapa por varias direcciones, que está diseñado para que un solo individuo no pueda acabar con él.
Creo que en el mejor de los casos lo que este libro aspira es que el lector se dé cuenta en la ciudad en la que vive, ue conozca estos poderes paralelos, que han sido creados por los poderes políticos para su propia conveniencia, porque permite captar recursos para unos pocos y quitárselos a la mayoría de los ciudadanos, y que después actúe en consecuencia. Creo que sí hay pequeñas acciones que en conjunto pueden dar un resultado importante y alentador, pero en este momento yo creo que la misión del libro, lo que se plantea más allá de cómo las destruimos, es cómo hacemos que la gente se dé cuenta.
EP: ¿Qué tan difícil fue lograr contar estas historias, es decir, llegar con la gente y que te contaran su día a día?
ÓB: La coordinadora tuvo el buen tino de ubicar a colegas que ya teníamos algún tipo de investigación avanzada sobre ese tema. Eso hizo que afortunadamente no empezáramos de cero, y permitió que pudiéramos empezar con contactos, ya teníamos teléfonos de algunos líderes, de algunas víctimas. En mi caso, yo ya venía de investigar explotación sexual, no solamente en la Ciudad de México, en el país, y mi punto de partida fue buscar a un padrote que pudiera hablarme sobre la mafia de explotación sexual. Ese reporteo que me tocó hacer, es el reporteo a pie que reconozco en las líneas de mis demás colegas. Quien lee el libro va a identificar que esto no es un reporteo de escritorio, como en muchas ocasiones se hace, sino que va narrando la cotidianidad. Es completamente callejero porque no había otra forma de hablar de estas mafias sino era yéndote a los vagones del metro, a las rutas de las pipas, a los predios donde habían sido desalojadas las personas.
EP: Finalmente, ¿cuánto tiempo tardó todo el proceso del libro?
SR: Empezamos a finales de 2019, pero fueron apenas unos meses, y luego vino la pandemia y eso alargó un poco los tiempos. Fueron más o menos unos dos años, tres años.
ÓB: Mi texto, por ejemplo, tuvo ocho versiones antes de la final, pero considerando que tuvimos tiempo para pensar mejor los textos, seguramente todos los autores tuvieron más o menos esos números. Yo creo que nos benefició haber tenido tanto tiempo, porque permitió tener textos muy madurados y se nota una investigación muchísimo más profunda. EP
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