Sergio García Ramírez

Hombre de Estado, distinguido jurista y brillante académico, Sergio García Ramírez dejó un legado notable en la consolidación y promoción de los Derechos Humanos. En este texto, Gerardo Gil Valdivia le rinde homenaje.

Texto de 24/01/24

Sergio García Ramírez

Hombre de Estado, distinguido jurista y brillante académico, Sergio García Ramírez dejó un legado notable en la consolidación y promoción de los Derechos Humanos. En este texto, Gerardo Gil Valdivia le rinde homenaje.

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En un contexto de creciente tensión y polarización, que se viven en México y en el mundo, me parece conveniente recordar a las personas que se nos han adelantado en la partida y reconocer sus esfuerzos y contribuciones para la construcción de un país mejor.

El pasado 10 de enero falleció el Doctor Sergio García Ramírez, hombre de Estado, distinguido jurista y brillante catedrático, quien formó a numerosas generaciones de abogados y de servidores públicos. Supo combinar el estudio y la investigación en materia jurídica con el servicio público y la judicatura tanto en México como a nivel internacional.

Sergio García Ramírez nació en Guadalajara, Jalisco, el 1 de febrero de 1938. Cursó la licenciatura y el doctorado en Derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la cual fue catedrático emérito. Desde temprano en su formación profesional se interesó en el Derecho Procesal, el Derecho Penal y la Criminología.

Desde sus primeros años en el ejercicio profesional combinó la función pública con la investigación académica. A la vez que trabajaba en el ámbito penal, fue investigador de medio tiempo en el Instituto de Derecho Comparado, actualmente Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, que en esa época era un pequeño centro de investigación, pero ya de excelencia académica, en el que participaba el eminente procesalista Niceto Alcalá Zamora y Castillo, exiliado español. En esa época estaban ya en el instituto juristas como Héctor Fix Zamudio y Modesto Seara Vazquez, entre otros.

En 1966 García Ramírez asumió la Dirección del Centro Penitenciario del Estado de México. En 1970, fue nombrado Procurador General de Justicia del Distrito Federal y posteriormente subsecretario de Gobernación. Más tarde fue director de la Penitenciaria de Lecumberri siendo el director que encabezó su cierre y el inicio de la apertura de nuevos reclusorios. Posteriormente, ocupó otras responsabilidades públicas, entre ellas la de Secretario del Trabajo y Previsión Social y, más tarde, la de Procurador General de la República durante el gobierno de Miguel de la Madrid de 1982 a 1988. Algunos años después fue el primer presidente del Tribunal Superior Agrario, entre otras responsabilidades públicas. Fue también juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y presidente de la misma en el periodo 2004-2007.

En su faceta académica se reincorporó al Instituto de Investigaciones Jurídicas. Cabe destacar que fue autor de más de 50 libros y de numerosos artículos y ensayos publicados en libros y revistas especializadas. Uno de sus intereses más importantes fue la materia de los Derechos Humanos. En sus últimos años fue un lúcido analista que destacó la importancia de la defensa y consolidación del Estado Constitucional de Derecho, la democracia y la defensa de los derechos y las libertades fundamentales como la base necesaria e imprescindible para lograr un verdadero desarrollo económico, con equidad social y sostenibilidad ambiental. El auténtico progreso y bienestar de la sociedad solo se logra en el contexto del cumplimiento de la ley.

Sergio García Ramírez fue un erudito que participó como consejero en el IFE; en el Consejo Consultivo de la CNDH, en el Instituto Nacional de Ciencias Penales, en el Seminario Mexicano de Cultura y en un largo etcétera. Además de su producción jurídica, cultivó varios géneros literarios y dejó un amplia autobiografía. Recibió numerosos reconocimientos en México y en el extranjero. Fue Investigador Nacional Emérito y, como se señaló, Profesor Emérito de la UNAM. Pero quiero destacar especialmente su labor en el tema de los Derechos Humanos.

Su último artículo editorial, publicado en El Universal, que apareció el día de su fallecimiento se tituló “Derechos Humanos, la cuestión mayor para 2024”. En este artículo sostiene que, con apenas doscientos años y algo más, los Derechos Humanos han servido a nuestra vida y a la calidad de la existencia. Agrega que lejos de hallarse firmemente arraigados, los Derechos Humanos peligran dondequiera. Su pertinencia y su grandeza no han bastado para contener las corrientes autoritarias que militan contra ellos, sin embargo, la batalla se sostiene contra viento y marea. Refiere que recientemente la Universidad Sapienza de Roma patrocinó un nuevo estudio sobre la vigencia real de los Derechos Humanos. En este documento se reconocen los urgentes problemas, las claudicaciones y los retrocesos en este campo, los cuales ponen en riesgo las conquistas logradas en el curso de un siglo. La Declaración de Roma convoca con urgencia a todos los Estados a revisar la situación mundial, regional y nacional de los Derechos Humanos.

Los Derechos Humanos son un valor fundamental de la agenda global del siglo XXI. Asimismo, el concepto de Derechos Humanos está en permanente evolución, buscando siempre proteger la dignidad de la persona humana a través del reconocimiento y respeto de sus derechos y libertades fundamentales.

En un inicio, el movimiento de promoción y protección de los Derechos Humanos buscó  evitar el abuso del poder público. Así se articularon los derechos civiles y políticos, como los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. De igual forma, se fueron agregando otros derechos, desde diversas perspectivas sociales como los derechos de la mujer, de la infancia y de las familias; los pueblos y las comunidades indígenas, entre otros. Asimismo, en los últimos años ha surgido el tema de las Empresas y los Derechos Humanos.

Para consolidar el pleno respeto a los Derechos Humanos es necesario lograr una buena gobernanza. La gobernanza implica ejercer el poder en los ámbitos económico, político administrativo para gestionar todos los aspectos de una nación. Esto se logra a través de mecanismos, procesos e instituciones que facilitan la expresión de intereses, el ejercicio de derechos, el cumplimiento de responsabilidades y la resolución de conflictos por parte de ciudadanos y grupos sociales. Más aún, como señala Kofi Annan, ex Secretario General de la Naciones Unidas (ONU), la buena gobernanza implica respetar los derechos humanos, fortalecer la democracia, promover la transparencia y mejorar la capacidad de la administración pública.

En suma, Sergio García Ramírez fue un hombre de su tiempo, con visión de Estado, un jurista brillante y un excelente maestro, conferencista y difusor de la cultura jurídica. Su contribución a mejorar el desarrollo del país en sus ámbitos de competencia fue muy notable. De esta forma expresó su vocación de servicio por México. EP

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