Sebastián Guzmán y Mariella Lona, investigadores en el think tank Ethos Innovación en Políticas Públicas, analizan el contexto del futuro de las ciudades frente al cambio climático.
Resiliencia climática urbana. Visualizando el futuro de las ciudades
Sebastián Guzmán y Mariella Lona, investigadores en el think tank Ethos Innovación en Políticas Públicas, analizan el contexto del futuro de las ciudades frente al cambio climático.
Texto de Sebastián Guzmán & Mariella Lona 08/03/23
En la actualidad, las ciudades se presentan como los principales centros del desarrollo futuro de la sociedad global, ya que en ellas se congrega el 56% de la población actual y representan el 70% de PIB, pero también concentran el mayor índice de contaminación, generando más del 60% de las emisiones de CO2 del mundo.
La ONU señala en su Reporte Mundial de las Ciudades 2022 que el constante crecimiento demográfico supone el mayor reto en materia de desarrollo urbano para las ciudades y ha representado una de las principales fuentes de aceleración del cambio climático.
En el caso de América Latina, el 80% de las pérdidas originadas por desastres naturales se producen en zonas urbanas, donde la presencia de estos fenómenos se ha ido incrementando en las últimas décadas. En este contexto, el mayor impacto económico y social se genera en comunidades con bajos ingresos y estructuras urbanas mal planificadas, una condición que aqueja a gran parte de las ciudades latinoamericanas.
Ante la incertidumbre que suponen los efectos del cambio climático, la resiliencia debe estar presente en la construcción de nuevos modelos de urbanización que ayuden a mejorar la implementación de políticas públicas en la materia y promuevan acciones concretas en las ciudades para adaptarse a las condiciones climáticas futuras.
De no considerar la conformación de modelos de resiliencia climática urbana para el desarrollo futuro de las ciudades, se prevé que para 2030 el gasto ocasionado por la incidencia del cambio climático, podría representar hasta 314 mil millones de dólares anuales, y un incremento del 32% de la población en condiciones de pobreza extrema.
La importancia de la resiliencia climática urbana no es un concepto aislado. Instrumentos de planeación como la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana incluyen a este modelo, y a un conjunto de estrategias, como elementos clave para la reconfiguración y el desarrollo de las ciudades a largo plazo.
Un ejemplo de dichas estrategias son las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN), que tienen el objetivo de emprender acciones para restaurar los servicios de los ecosistemas urbanos de una forma económicamente viable. Se estima que las SbN pueden proporcionar hasta el 37% de la mitigación necesaria para cumplir con los objetivos fijados para 2030.
Un caso de éxito de aplicación de SbN es la ciudad de Colombo, Sri Lanka, donde el gobierno destinó desde 2018, 320 millones de dólares a un programa con el propósito de la preservación de humedales, debido a su gran capacidad como sistemas de control de las inundaciones y como agentes reguladores del clima, beneficiando a más de 2.5 millones de habitantes.
En México, el Parque Hídrico “La Quebradora”, que inició su construcción en la Ciudad de México en 2018, es otro ejemplo de integración de proyectos de infraestructura resiliente en materia hídrica. Con una inversión de 250 millones de pesos, este espacio público fue creado para la captación de agua pluvial en la zona oriente de la capital, la cual sufre de diversos problemas de abastecimiento y condiciones urbanas que favorecen el riesgo de inundaciones.
Este proyecto se suma a otras intervenciones en ciudades como Rotterdam, Beijing, Berlín y Melbourne, cuyos efectos de urbanización acelerada y el cambio climático han ejercido presión para el abastecimiento de agua y una gran exigencia sobre la infraestructura hidráulica existente, no solo de agua potable sino también de alcantarillado y saneamiento.
La adopción de estrategias que conjuntan la implementación de proyectos basados en modelos de resiliencia climática urbana debe convertirse en el esquema futuro del desarrollo de las ciudades, considerando un enfoque multiactor que involucra los diferentes niveles de gobierno y el apoyo de la sociedad civil como agente articulador.
Visualizar el futuro de las ciudades, considerando que al menos el 70% de la población mundial vivirá para 2050, debe otorgar condiciones multisectoriales de sostenibilidad y bienestar para todas y todos. Aunque el reto es enorme, no olvidemos que el futuro se forja con las decisiones que se toman en el presente. Y tú, ¿cómo quieres que sea tu ciudad en el futuro? EP
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