Movimiento Ciudadano: lo ganado, lo perdido y lo bailado

En este texto, Luis Mendoza Ovando hace un recuento de los triunfos y fracasos de Movimiento Ciudadano en el panorama democrático y electoral de nuestro país, además de reflexionar sobre su posible futuro.

Texto de 19/08/24

MC

En este texto, Luis Mendoza Ovando hace un recuento de los triunfos y fracasos de Movimiento Ciudadano en el panorama democrático y electoral de nuestro país, además de reflexionar sobre su posible futuro.

Tiempo de lectura: 9 minutos

Más allá de los jingles pegajosos y los momentos virales, ¿qué deja el paso de Movimiento Ciudadano por las elecciones de 2024? Este partido palpita en la memoria por sus logros de marketing, pero en un análisis más exhaustivo de lo ganado, lo perdido y lo bailado pienso, basado en dos hechos, que brinda pistas sobre la oposición posible para los años venideros: la diferenciación que ha marcado al no ir en alianza en esta elección junto al PAN, el PRI y el PRD y, en segunda instancia, que al ser un partido mucho más nuevo que aquellos tres tiene una reputación completamente distinta.

“El partido naranja existe como MC Jalisco, MC Nuevo León y MC Nacional, pero esos tres partidos no necesariamente comparten los mismos ideales programáticos…”

Para entender a Movimiento Ciudadano, en mi opinión, es preciso empezar por admitir que este partido comparte el dogma de la Santísima Trinidad: es uno en tres y son lo mismo, pero diferentes. El partido naranja existe como MC Jalisco, MC Nuevo León y MC Nacional, pero esos tres partidos no necesariamente comparten los mismos ideales programáticos y poco a poco ha tenido el partido en Jalisco un distanciamiento estético y discursivo con los otros dos.

Alfarismo

MC Jalisco es un partido que gira en torno a Enrique Alfaro, un político de 51 años que ha tratado de ser pintado por los analistas afines a ese partido en Jalisco como un personaje vinculado con la izquierda por su biografía marcada por el activismo estudiantil. No obstante, su forma de gobernar basada en la descalificación constante de sus opositores y la prensa, e incluso en el regaño a la población en general cuando no opina como él quiere, lo revela como un político de corte poco liberal y tolerante.

En 2018, Alfaro ganó la gubernatura del estado de Jalisco después de haber sido alcalde de su capital, Guadalajara. En esas elecciones el alfarismo quedó consolidado como primera fuerza política en dicho estado al obtener 33 % de sus alcaldías, es decir, 17 municipios más que el PAN, el cual quedó como segunda fuerza política. Además, consiguió 14 diputados en el Congreso Local mientras que Morena y el PAN solo lograron 7 diputados cada uno.

La consolidación del poder del alfarismo también se tradujo en un bastión para el proyecto nacional de Movimiento Ciudadano. En 2018, el partido iba en alianza con el PAN y el PRD apoyando el proyecto presidencial de Ricardo Anaya. Una tercera parte de los votos que llevó Movimiento Ciudadano a la candidatura presidencial vinieron del estado de Jalisco. Además, ganaron el primer lugar en la contienda al Senado y 18 de los 20 distritos federales en Jalisco.

Las políticas públicas del alfarismo en esos primeros tres años están centradas en la visión de ciudad, aunque de forma paradójica. Por un lado, impulsaron la profesionalización y la inversión en transporte público y movilidad no motorizada, así como la renovación de parques, plazas y el espacio público en general. Al mismo tiempo la administración alfarista fue constantemente criticada por apoyar a ciertos desarrolladores inmobiliarios y existía, por parte de partidos de oposición y activistas, el reclamo de que alcaldes emecistas y el gobierno del estado estaban cayendo en actos de corrupción.

Sin embargo, para las elecciones de 2021 lo anterior no cobró factura, sino todo lo contrario. Ahora, sin alianza con el PAN, Movimiento Ciudadano ganó 7 distritos federales, 16 diputaciones locales y prácticamente conservó el mismo número de alcaldías.

Para las elecciones de 2024 la decisión por parte de MC a nivel nacional de no ir en alianza con el PAN, PRI y PRD mermó los números del alfarismo. La decisión de no sumarse a la alianza opositora generó disputas públicas entre Enrique Alfaro y el presidente del partido, Dante Delgado, además de críticas públicas a figuras de MC en Nuevo León como Samuel García y Mariana Rodríguez, a quienes calificó de superfluos.

En las elecciones pasadas en Jalisco, aunque logró retener la gubernatura, fue desplazado por la coalición de Morena como primera fuerza política tanto en el número de ayuntamientos ganados como en el Congreso Local.

Fosfo-Fosfo

Ahora bien, en el caso de MC Nuevo León, que fue antagonizado por MC Jalisco, la historia que marcan los últimos seis años es una de ascenso en términos electorales. En la elección de 2018, la fuerza de MC en Nuevo León fue prácticamente nula. Para la elección presidencial menos de 50 mil personas votaron por este partido, solo ganaron dos distritos locales —y porque en uno de ellos competía Luis Donaldo Colosio Riojas— y consiguieron solamente una alcaldía. Sin embargo, dieron una sorpresa que sería génesis del movimiento político en este estado: Samuel García ganó la contienda al Senado frente al PAN, que iba de favorito, y a MORENA, que tuvo unos resultados imprevistos gracias al arrastre de AMLO en la contienda presidencial.

Samuel García ganó en gran parte gracias a una campaña conjunta con su esposa: la influencer Mariana Rodríguez. A partir de ese momento el proyecto de MC en Nuevo León empezó a crecer a través de tres figuras centrales: Samuel, Mariana y Colosio, quienes se dedicaron en ese periodo a hacer desplantes muy vistosos, principalmente en redes sociales, para avanzar propuestas de ley en el terreno local y federal.

Para la contienda de 2021 el proyecto a dos niveles de gobierno se repetiría. Samuel García buscaría la gubernatura en una contienda complicada donde la candidata de Morena, Clara Luz Flores, partía con más de 20 puntos de ventaja sobre Samuel. Por su parte, Colosio buscaría ganar la alcaldía de Monterrey.

Con campañas novedosas y efectivas —y el oportuno desplome de Clara Luz por su participación en la secta criminal Nexium— lograron ganar la gubernatura, 6 alcaldías y conseguir 6 diputados de representación proporcional. Sin embargo, el electorado regio, el cual suele votar cruzado, no apoyó a MC en ningún distrito federal.

Los primeros tres años de gobierno de Samuel García se caracterizaron por ser una vorágine mediática. Cada escándalo era tapado con el anuncio de un nuevo proyecto de infraestructura: carreteras rurales que cruzan el estado, 3 nuevas líneas del metro, cientos de autobuses nuevos para el transporte público o bien grandes proyectos de inversión extranjera directa como la llegada de una megaplanta de Tesla a Nuevo León. Por su parte, Mariana se sumó a una secretaría honorífica llamada “Oficina Amar a Nuevo León” desde donde impulsó un programa de donaciones sin precedentes para el DIF estatal y logró que las clases altas, en una sociedad profundamente desigual como la de Nuevo León, voltearan a ver el difícil estado en que vivían los niños huérfanos. Sin embargo, esta campaña muchas veces usaba a los niños como utilería para subir historias o posts a Instagram, e incluso hubo un fuerte problema legal porque Mariana sacó a un niño pequeño del DIF y lo llevó a vivir con ella por un fin de semana.

Hacia las elecciones 2024, Samuel García anunció sus intenciones por contender por Movimiento Ciudadano a la presidencia. El resultado de ese anhelo fue dos meses de profunda crisis política, entre noviembre y diciembre de 2023, desatados porque quiso brincarse al Congreso Local, en poder del PRI y el PAN, para designar él directamente al gobernador interino, decisión que la Constitución local marca que es responsabilidad del Congreso. Al final hubo momentos de tensión que incluyeron un asalto al Congreso local en que decenas de personas afines a MC entraron por la fuerza al recinto para impedir que el Congreso designara a un gobernador interino. Ante el clima de ingobernabilidad los grupos empresariales de Monterrey publicaron varias cartas urgiendo a los partidos a detener los pleitos políticos y la Suprema Corte de Justicia de la Nación tuvo que intervenir para invalidar los intentos de Samuel por designar al gobernador interino. Finalmente, Samuel tuvo que desistir de sus aspiraciones presidenciales y regresar a su puesto como gobernador.

Jorge Álvarez Máynez, quien iba a ser el coordinador de campaña de Samuel García, fue elegido candidato de MC a la presidencia y Mariana Rodríguez anunció que contendería por la alcaldía de Monterrey. Por su parte, Luis Donaldo Colosio, quien se expresó múltiples veces en contra del proyecto presidencial de Samuel García, buscaría llegar al Senado.

A nivel local, los resultados de 2024 fueron buenos en números para MC, pero no tan buenos como Samuel y su grupo cercano esperaban: Mariana Rodríguez perdió la alcaldía de Monterrey, no lograron conseguir la mayoría en el Congreso Local y Colosio quedó en segundo lugar, en una cerradísima elección, que casi lo deja fuera del Senado.

Sin embargo, MC ganó 6 diputaciones de mayoría relativa, cuando en 2021 no obtuvo ninguna, y 16 alcaldías, principalmente en municipios de la periferia de la ciudad, que son los que se han poblado en los últimos 10 años con tasas de crecimiento de 2 cifras y que auguran ser la fuente más grande de futuros votantes.

“[…] Mariana Rodríguez perdió la alcaldía de Monterrey, no lograron conseguir la mayoría en el Congreso Local y Colosio quedó en segundo lugar…”

El partido de Dante

Finalmente, tenemos el tercer Movimiento Ciudadano, es decir, el Movimiento Ciudadano Nacional. El partido fue fundado por Dante Delgado en 1998 bajo el nombre de Convergencia.

Delgado es un político nacido en 1950 que militó casi toda su vida en el PRI. En 1988 llegó a ser gobernador de Veracruz por su cercanía con Fernando Gutiérrez Barrios, quien hizo una exitosa carrera en la Dirección Federal de Seguridad por su capacidad para el espionaje y para reprimir movimientos políticos. Gutiérrez Barrios designó a Delgado para terminar su gestión al frente del gobierno de Veracruz mientras él ocupaba el cargo de secretario de gobernación de Carlos Salinas de Gortari.

En 2011, Convergencia cambió el nombre a Movimiento Ciudadano y, desde su fundación hasta el 2012, el partido siempre fue en alianza con el PRD y, por ende, con los partidos de izquierda y sus abanderados: primero Cuauhtémoc Cárdenas y luego López Obrador. En la elección de 2015, MC no fue en alianza con ningún partido político y fue en ese proceso electoral donde Alfaro ganó la alcaldía de Guadalajara y MC al final declinó en Nuevo León en favor de Jaime Rodríguez ‘El Bronco’ para que su candidato Fernando Elizondo llegara como parte de su equipo a la gubernatura de Nuevo León.

En 2018, MC contendió en alianza con el PAN y el PRD. Se hizo de 7 diputados, cuatro de ellos gracias a las elecciones ganadas en Jalisco y Nuevo León. Además, consolidó una bancada de 28 diputados en el Congreso Federal.

Tres años después, en la elección del 2021, el resultado fue aparentemente no tan bueno al contender sin alianzas, pues solo se hizo de 23 diputaciones federales. No obstante, el crecimiento que tuvo en votantes fue notable. En las elecciones al congreso federal creció 141 %, es decir, ganó 2 millones de votantes de 2018 a 2021.

Para la elección de 2024, Movimiento Ciudadano contendió nuevamente solo. Ello le ganó la acusación por parte de los partidos de oposición a Morena de ser un actor político que jugaba a favor de Morena. La apuesta de Movimiento Ciudadano era, ante la previsible derrota de la alianza opositora, erigirse como una alternativa con más legitimidad frente al partido en el poder. Consiguieron al final 24 diputados y 6 senadores. Nuevamente los números parecerían indicar una decisión equivocada de la dirigencia nacional, pero el crecimiento en el número de votantes indica algo distinto, pues creció 88 %, el equivalente a 3 millones de votos, respecto al 2021.

¿El futuro es brillante?

El relato del desarrollo de los “tres movimientos ciudadanos” arroja pistas sobre las estrategias que debe seguir para continuar creciendo y también los problemas que debe enfrentar.

En primera instancia, el estancamiento de MC en Jalisco revela los límites que presenta ser un partido que se pretende inclasificable en los términos polarizados del tablero político nacional. Mientras que MC lucha por decir que no es ni “chairo” ni “fifí”, para la mayoría de los votantes esa indefinición lo coloca del lado del adversario. Precisamente por eso la lucha de Alfaro por alinear a Movimiento Ciudadano del lado de la alianza opositora respondía a una afinidad histórica entre el alfarismo y el PAN que podía redituarle en poder local, pues iba a ser visto como una decisión congruente para lo que significa Movimiento Ciudadano en Jalisco.

El resultado de no llevar a cabo esa alianza es que el PAN ha vuelto a ser un actor importante en el escenario político de Jalisco y que el alfarismo debe compartir con este partido el espacio discursivo que les deja ser la oposición a MORENA.

Por otro lado, esa cercanía al PAN por parte de MC en Jalisco continúa estableciendo estragos para el discurso de MC nacional, que en gran medida es proyectado desde la Ciudad de México y que busca dibujarlo como un partido de centro izquierda, etiqueta que contrasta con la realidad de un MC de corte católico en Jalisco y empresarial en Nuevo León.

En segunda instancia, los resultados de las elecciones en 2024 para MC en Nuevo León, pese a que no trajeron consigo la continuidad del proyecto político de Samuel García y supuso la ruptura política entre él y Colosio, sí son una muestra de crecimiento para el partido. El fenómeno abre una posibilidad inédita para MC donde los liderazgos locales se apuntalan como voceros de partido que pueden “ganar perdiendo” bajo condiciones de alta conectividad a internet y poco apego a los partidos tradicionales, tal y como ocurre en Nuevo León y como puede ser típico de ciudades en todo el país que tienen altas tasas de migración de otros estados de la república, porque se muda gente a trabajar ahí.

En tercera instancia, la irrupción de Máynez en la contienda federal revela dos cosas: que la estética del fosfo-fosfo sí sirve para ganar votos en un contexto de desgaste por la polarización y que también hay un nicho de votantes que busca programas de centro izquierda que no están siendo ofertados por ningún partido político y que fueron propuestos por Máynez en la contienda presidencial.

“[…] hay un nicho de votantes que busca programas de centro izquierda que no están siendo ofertados por ningún partido político…”

Pienso que la mezcla de las tres lecciones dibuja un camino para Movimiento Ciudadano que consiste en ser una opción en pie claramente divertida y vistosa para cuando la polarización amaine, y en dejar en segunda instancia lo programático como un servicio para las pocas personas que quieran saber más. En pocas palabras, la apuesta de MC para el futuro es ser la única pareja disponible en el baile para cuando paren de agarrarse a golpes en la fiesta de la democracia. EP

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