Susana Chacón analiza los resultados de las elecciones intermedias en Estados Unidos y sus implicaciones para el futuro.
Observatorio Internacional: Elecciones intermedias y democracia en EUA
Susana Chacón analiza los resultados de las elecciones intermedias en Estados Unidos y sus implicaciones para el futuro.
Texto de Susana Chacón 17/11/22
En Estados Unidos y en el mundo, la democracia ha sido cuestionada y lastimada en estos últimos años. Vemos en Europa, en Asia y en América Latina que muchos países y sus gobiernos han dado una vuelta hacia autoritarismos y populismos en detrimento de los sistemas democráticos. Washington mismo vivió la amenaza al Capitolio el 6 de enero del 2021, días antes de la toma de protesta como presidente de Joe Biden el 20 del mismo mes. La irrupción y violencia de los republicanos negando el resultado de la elección, puso en vilo a la democracia más importante y representativa a nivel mundial. En estos casi dos años el nuevo gobierno demócrata ha sido muy cuestionado por el grupo de los trumpistas mejor conocidos como los MAGA, que en la sociedad estadounidense son los más extremistas y el grupo que corresponde a la minoría blanca, en muchos casos con menores niveles de ingreso, poca educación, conservadores y mayoritariamente de derecha o extrema derecha. Durante la campaña electoral de este año a las elecciones intermedias del martes 8 de noviembre, hicieron todo lo posible para sacar a los demócratas de diferentes posiciones.
En estas elecciones se votaron 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 del Senado. Se votaron también gobernadores, secretarías de Estado y fiscalías. Los republicanos no lograron su objetivo de convertir el mapa de los Estados Unidos en una marea roja, como le llamaron, obteniendo la mayoría de los resultados a su favor.
Hasta una semana antes, buena parte de las más serias casas encuestadoras, como las del New York Times o la del Washington Post, tenían sus proyecciones a favor del partido Republicano. Se hablaba del riesgo para los próximos dos años de gobierno de Biden, particularmente si se perdía el Senado y si había una contundente mayoría de representantes republicanos. Se temía la próxima incapacidad para instrumentar las políticas públicas propuestas por Biden. Dado lo anterior, en los días previos al 8 de noviembre, los demócratas intensificaron su campaña, incluidos Barack Obama y Hillary Clinton. Movieron todos sus canales y recursos para evitar la caída.
Una vez más, como ha sucedido en las anteriores elecciones presidenciales e intermedias, las encuestas fallaron. A pesar de ser un instrumento de medición eficiente por años, vemos que cada vez más hay muchos elementos que las encuestas no consideran. Las redes sociales desempeñan un papel sustancial aunque no se ha logrado conocer su alcance específico tanto en zonas rurales como en las urbanas. Canales de radio y televisión locales, con mensajes concretos y muy distintos a los de CNN o Fox News, influyeron también en el sentir del electorado.
El resultado no fue el esperado. Aunque no tenemos todavía los conteos finales para algunos casos, con el voto a favor de la candidata demócrata Catherine Cortez Masto, en Nevada, el gobierno actual mantiene la mayoría en el Senado. Cuenta ya con los 50 votos requeridos para pasar sus propuestas además del de la vicepresidenta Kamala Harris. Esto representa una gran victoria para Biden. Sabremos hasta el 6 de diciembre, con la segunda vuelta en la elección de Georgia, si tendrán o no, otro voto adicional.
En el caso de la cámara de los representantes, tampoco el despliegue de los republicanos fue el esperado. No obtiene ninguna mayoría contundente. Hasta ahora logró 215 votos mientras que los demócratas obtuvieron 205. Falta conocer el resultado de 15 escaños. Sin duda la distancia entre ambos partidos es mucho menor de lo que buscaban los republicanos, quienes apostaron a que la actual situación económica y los niveles de inflación que sufre la población serían fundamentales en los resultados. Apostaron también a utilizar el tema del mal manejo del problema de migración por parte de los demócratas y de su impacto negativo en los estados fronterizos pero tampoco les resultó. Temas como el aborto que la Suprema Corte de Justicia estadounidense, mayoritariamente republicana, votó en contra, fue sustancial. Biden ofreció revertir esta decisión y se favoreció. Por otra parte, todos los programas de apoyo económico, de salud, educación, reducción de impuestos a las familias estadounidenses por parte de su gobierno durante la pandemia de la COVID-19 y la crisis económica, resultaron en otro efecto positivo.
Ahora bien, veamos por partes cómo votó el electorado.
- Por género:
- 56% de los hombres fue republicano
- 53% de las mujeres fue demócrata
- Por raza y grupo étnico:
- Blancos 58% republicanos
- Afroamericanos 86% demócratas
- Hispanos 60% demócratas
- Asiáticos 58% demócratas
- Reserva india 58% republicanos
Claramente los demócratas continúan con el apoyo de básicamente todos los grupos no blancos. De ahí que estos últimos sean los más radicales y los que junto con Trump y los MAGAs busquen sin haberlo logrado, desplazar a todos quienes no corresponden a la supremacía blanca.
Si consideramos el voto por edad:
- De 18 a 29 años, 63% son demócratas
- De 30 a 44 años, 51% son demócratas
- De 45 a 64 años, 54% son republicanos
- Mayores de 65 años, 55% son republicanos
En este caso, los menores de 45 años, que sin duda son mucho más liberales, encuentran cabida en los demócratas y rechazan a los conservadores. Contrariamente, la población adulta y mayor a 45 años, al sentir afectados sus intereses y principios, se mantiene a favor de los republicanos.
Este resultado del proceso de las elecciones intermedias demostró que una parte sustancial de los estadounidenses prefiere mantener el sistema democrático tan cuestionado por los republicanos. Por otra parte, aunque los resultados fueron muy cerrados y aunque se requerirá de una constante negociación entre demócratas y republicanos, el gobierno de Biden podrá instrumentar sus políticas de infraestructura, su gran proyecto de industrialización, el desarrollo de la economía y energía limpias.
Ante esta situación, en México al formar parte de América del Norte por el T-MEC, junto con Canadá no podemos desaprovechar la oportunidad que se abre sobre la mesa de entrar a este nuevo modelo de industrialización. Pareciera que por la dinámica del mundo en general y de Estados Unidos en particular, el nuevo modelo de desarrollo industrial de los EUA se hizo para que nuestro país sea el mayor beneficiario. El proyecto de Biden, ahora que se obtuvieron excelentes resultados en las intermedias, nos beneficia ampliamente. Con la salida de las empresas e industrias de China y de Asia, y la necesidad de su relocalización con el “Nearshoring”, México puede ser también uno de los mayores ganadores de estas elecciones intermedias. No dejemos pasar la oportunidad. EP
P.D. Con la marcha del domingo 13 a favor de la democracia, los mexicanos demostramos también que nos importa este modelo de gobierno democrático y que no estamos dispuestos a que lo destruyan. Bien por México. Sigamos por ese camino.
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