La embajadora Marta Bárcena Coqui, miembro del grupo México en Mundo, aborda el quid de lo tratado en Convocation 2.0, donde se reunieron exembajadores estadounidenses y mexicanos para discutir elementos clave del presente y el futuro de la relación bilateral.
México-EUA, ¿hacia dónde ir?: Exembajadores comparten experiencias
La embajadora Marta Bárcena Coqui, miembro del grupo México en Mundo, aborda el quid de lo tratado en Convocation 2.0, donde se reunieron exembajadores estadounidenses y mexicanos para discutir elementos clave del presente y el futuro de la relación bilateral.
Texto de Martha Bárcena 25/05/22
En un ejercicio novedoso, la Fundación México-Estados Unidos y el Instituto México del Centro Woodrow Wilson han convocado en dos ocasiones a los exembajadores de EUA en México y de México ante el vecino del norte, con el propósito de intercambiar experiencias, ideas y algunas recomendaciones sobre políticas y acciones a seguir en la relación bilateral.
Hacerlo no es fácil, porque cada embajador siguió durante su gestión instrucciones de su gobierno, operó en circunstancias diferentes y, probablemente, tuvo aciertos y errores. Sin embargo, lo que nos une a todos los participantes en este ejercicio es la profunda convicción de que la relación bilateral entre México y EUA es la más importante para ambos países y una de las más complejas en el mundo. Las recomendaciones presentadas en el informe final de este ejercicio titulado Convocation 2.0 o Convocatoria 2.0 se hicieron desde la humildad de la práctica y la experiencia, con el objetivo de contribuir a que la relación bilateral supere retos, se enriquezca y contribuya a una mejor calidad de vida de los mexicanos y estadounidenses.
Las discusiones que se llevaron a cabo este año en Jalisco, México, y que culminaron en un informe recién publicado se concentraron en cuatro grandes temas: el realineamiento de las economías de Norteamérica; el desarrollo de la fuerza laboral y la movilidad de esta; la seguridad pública y el llamado “poder suave”.
En materia del realineamiento de las economías de América del Norte, se hicieron diez recomendaciones. La primera se refiere a la urgente necesidad de desarrollar un consenso bilateral sobre cuáles son los sectores esenciales de las plantas productivas de ambos países que deben mantenerse abiertos y operativos durante una emergencia como fue la pandemia por covid-19. Para ello, recomendaron establecer un grupo de trabajo que pudiera incluir a Canadá.
Asimismo, estimaron que debe prestarse una atención especial al fortalecimiento de la ciberseguridad en la región y recomendaron el establecimiento de un mecanismo trilateral que contemple trabajar hacia un marco legal común, procesos para reportar ciberataques y la colaboración con el sector privado.
Una tercera e importante recomendación fue sobre la relocalización de cadenas de valor o proveeduría hacia la región. Todos los embajadores coincidieron en que el trabajo sobre este tema debería ser prioritario en el relanzado Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN).
Vinculado a este tema, se reconoció la importancia de la implementación de tecnología de punta en los varios cruces y puertos fronterizos y en los procedimientos aduanales de ambos países.
De igual manera, la modernización de la infraestructura de los 57 puertos de entrada es fundamental para garantizar la competitividad de la región. Se deben reducir los tiempos de espera en los cruces fronterizos, así como alentar una mayor y mejor coordinación de ambos gobiernos en la construcción de nuevos puertos de entrada o ampliación de los existentes, incluyendo un horario extendido de operación.
La evaluación y eventual ampliación de las operaciones de inspección conjunta tanto en la frontera como en los recintos fiscalizados contribuiría también a que los cruces en la frontera fueran más expeditos; con ello incrementaría la competitividad.
El realineamiento económico debería enfocarse también en la infraestructura digital, ya que en este momento no hay una visión coordinada sobre los avances tecnológicos como la 5G y el internet de las cosas.
Los embajadores participantes en el ejercicio pensamos que ambos gobiernos debemos trabajar juntos para enfrentar las causas profundas de la migración proveniente de América Central y que convendría explorar la opción de integrar a los países centroamericanos al T-MEC.
Los temas relacionados con el manejo del agua y el medio ambiente resultan de gran importancia para realinear las economías de Norteamérica. Si bien el Tratado de 1944 y la Comisión de Límites y Aguas (CILA) han sido fundamentales en este aspecto, los embajadores creemos que un estudio innovador sobre el manejo sustentable del agua podría ser muy beneficioso.
Asimismo, tanto en las discusiones como en las recomendaciones, se abordó el tema del cambio climático con la urgencia que merece y se reconocieron las diferentes prioridades de ambos gobiernos al respecto. Por ello, se recomendó que se considere el tema de cambio climático desde una visión regional.
Los embajadores reconocimos que el relanzamiento del Diálogo Económico de Alto Nivel y la celebración de la Cumbre de Líderes de América del Norte representaron un avance importante. Además, los acuerdos ahí alcanzados marcan una hoja de ruta para los próximos años.
El informe íntegro, con las recomendaciones sobre las otras tres áreas, se puede consultar en las páginas del Wilson Center con el título Convocation 2.0 The Report Strengthening the U.S-Mexico Relationship; también en Gallery Convocation 2.0 — US-Mexico Foundation. EP
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