El pasado 14 de junio invitamos a quienes aspiran a ocupar la presidencia de México a participar en un ejercicio ciudadano que busca brindar a los lectores de Este País una visión clara sobre sus plataformas políticas, propuestas y posiciones.

El ejercicio ―que tendrá periodicidad mensual― consiste en plantear una serie de preguntas sobre distintas materias (educación, ciencia y tecnología; política internacional y comercio exterior; combate a la pobreza y desigualdad social; gobierno y administración pública; organizaciones de la sociedad civil; procuración de justicia; materia laboral; políticas culturales; economía y economía política; desarrollo sustentable; medios de comunicación y democracia). Así, las y los lectores podrán comparar tanto las posiciones de los aspirantes como las soluciones propuestas a los problemas del país.

La dinámica propuesta fue la siguiente:

1. Cada mes se les plantearán una o dos preguntas, elaboradas por quienes integran el Consejo de Administración de Este País.
2. Todos los participantes recibirán las preguntas en la misma fecha y tendrán el mismo tiempo para responderla. Se establecerá un plazo de 15 días naturales a partir de la fecha de envío para recibir la respuesta.
3. Las respuestas deberán presentarse en un máximo de 600 palabras.
4. La edición de las respuestas respetará la sintaxis de los candidatos: no se realizará corrección de estilo.
5. El trabajo editorial se limitará a publicar las respuestas en orden alfabético, por nombre de pila.
6. El ejercicio será completamente transparente y abierto al público. Todas las respuestas serán publicadas en la página web de Este País (www.estepais.com), asegurando así la igualdad de condiciones para todos los participantes y brindando a los ciudadanos la oportunidad de acceder a la información de manera clara y sencilla.

En Este País no buscamos promover ni respaldar a ningún aspirante en particular, sino proporcionar una herramienta que permita comparar las propuestas y posturas. Creemos firmemente en la importancia de la participación ciudadana informada y en el poder de la información como base para la toma de decisiones responsables.

Esto nos respondieron.

Miguel Ángel Mancera

Un gobierno de coalición es la posibilidad de que dos o más partidos políticos y movimientos y/o corrientes sociales, compartan el poder ejecutivo por medio de un agenda política común y cuenten con una mayoría estable en el legislativo para impulsarla.

Así, uno de los ejes del Gobierno de Coalición es la conformación y ejecución de una agenda robusta con temas de interés para los partidos, las organizaciones de la Sociedad Civil, la academia y la ciudadanía para consolidar un gobierno más democrático.

Es un gobierno de resultados, porque su creación requiere un Convenio con reglas para quienes forman parte de la Coalición, así como un Programa, con metas claras, objetivos alcanzables y de manera especial, ponen de manifiesto ante las y los ciudadanos, las responsabilidades de cada fuerza política.

Es un gobierno que traduce la pluralidad política en beneficios para las y los ciudadanos al generar gobernabilidad democrática por medio de la distribución del poder y colaboración entre el ejecutivo y legislativo.

Estas dos palabras, colaboración y distribución, quedan patentes en el texto constitucional que da fundamento a esta figura y se encuentra contenido en los artículos 76 fracción II y 89 fracción XVII. Al respecto, este último señala que el presidente puede:

“En cualquier momento, optar por un gobierno de coalición con uno o varios de los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión.
El gobierno de coalición se regulará por el convenio y el programa respectivos, los cuales deberán ser aprobados por mayoría de los miembros presentes de la Cámara de Senadores. El convenio establecerá las causas de la disolución del gobierno de coalición.”

Así, el Gobierno de Coalición coloca al titular del Ejecutivo como la figura que ostenta el derecho y la facultad de convocar y conformarlo, sin embargo, al aplicarse atempera el presidencialismo rígido y de una sola voz por uno donde hay muchas más voces en la toma de decisiones.

Esta figura, ha servido en otros países de América Latina y del mundo para que uno o más partidos gobiernen junto con el presidente y logren una mayoría en el Congreso para impulsar proyectos comunes y viables, así como para superar crisis institucionales.

En este marco, en Latinoamérica, desde 1985 han existido más de 40 gobiernos de coalición, de esta experiencia podemos destacar un ejemplo histórico como es el Pacto de Sitges de 1958 que dotó a Colombia de un gobierno de unidad en un momento de crisis constitucional; otro caso reciente es la Coalición Apruebo Dignidad la cual permitió dar cauce y representación a las demandas sociales que, desde 2020, sacudieron Chile.

Estos ejemplos históricos de coaliciones parciales o excepcionales muestran que la colaboración y distribución del poder, son indispensables en una sociedad plural y democrática, es decir, se pueden encontrar soluciones y establecer metas de gobierno al dar voz a todas las fuerzas políticas.

En el contexto actual, no tengo duda que el Gobierno de Coalición es una solución para detener la creciente concentración de poder y contar un gobierno de resultados visibles y responsabilidades claras para resolver los grandes retos del país en materia de crecimiento económico, salud, seguridad, igualdad, desarrollo social, así como de defensa de las instituciones democráticas y el Estado de Derecho.

Por lo anterior, desde hace más de una década, he promovido la conformación de un Gobierno de Coalición, y ahora lo impulsaré en la agenda del Frente Amplio por México, a fin de que la representación de la sociedad civil sea el eje de la distribución del poder. Es momento de tener un gobierno que deje de hablar en singular y hable en plural. EP

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