1. Seguridad y desarrollo económico

Sin seguridad para la inversión extranjera, no fluirán los recursos necesarios para que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca a tasas altas y sostenidas, lo que es condición necesaria para seguir reduciendo la pobreza. La determinación de inversiones se realiza calculando el retorno potencial en comparación con el riesgo. En México, hoy el principal riesgo es la seguridad de los activos físicos y de los trabajadores, y la incertidumbre sobre las “reglas del juego” para las inversiones. Para ello, se deben atender dos asuntos: seguridad de activos físicos y de los trabajadores a lo largo de toda la cadena de valor, y seguridad jurídica de las inversiones.

Seguridad de trabajadores y activos físicos. El asalto a trenes, bloqueo de carreteras y en general la penetración del crimen organizado en muchas regiones del país son hoy un importante impedimento para que fluya mayor inversión e incluso para mantener inversiones existentes. Si no se atiende esta problemática de raíz, de manera contundente y con resultados visibles y verificables a corto plazo, lo que se contemple hacer en materia económica tendrá un efecto limitado.

Seguridad jurídica de las inversiones. Si existe la impresión de que los contratos energéticos se podrían revisar no solo para asegurar que se hayan suscrito apegados a derecho, sino que no sean “leoninos”, ello dificultará el flujo de inversión, y no solo en el sector energético. Esto se debe a que la determinación sobre si un contrato es “leonino” implica subjetividad, y ello generará incertidumbre sobre las reglas del juego a futuro. Asimismo, el sector energético se podría ver como la “prueba de fuego” de la actitud del nuevo gobierno hacia la inversión extranjera, y se podría retrasar la inversión en otros rubros en donde el rendimiento es a largo plazo, como la infraestructura y las telecomunicaciones. Por ello, en su caso será importante aclarar con precisión los criterios de revisión de contratos energéticos y realizar la revisión lo más rápido posible.

2. Infraestructura

La inversión en infraestructura es de importancia central para generar actividad económica y empleos de manera inmediata, y a la vez sentar las bases para lograr altas tasas de crecimiento del PIB a base de un mercado interno mejor conectado, y el mejor aprovechamiento de nuestra red de tratados comerciales internacionales, ya que nuestra infraestructura está más enfocada en flujos norte-sur que este-oeste.

Se pueden aprovechar esquemas de asociaciones público-privadas (APPs) para aumentar el monto de recursos canalizados, y a la vez señalar la apertura del Gobierno a la inversión privada, tanto nacional como extranjera.

La infraestructura se debe concebir como un sistema integral que incluya: vías férreas, carreteras, puertos, aeropuertos, telecomunicaciones, electricidad y ductos.

Se pueden designar varios proyectos insignia que serán impulsados y supervisados por la presidencia de la república, pero desarrollados con las mejores prácticas internacionales para APPs en cuanto a transparencia y eficiencia.

3. Cuarta revolución industrial

El mundo se encuentra inmerso en la cuarta transformación industrial, en la cual los mundos digital, material y biológico se están entrelazando para transformar la manera en que producimos y comerciamos bienes y servicios. Si México no se inserta de lleno en comprender y aprovechar al máximo esta revolución, corre el riesgo de quedar rezagado durante décadas en cuanto a crecimiento económico y desarrollo social. Los riesgos y oportunidades de la cuarta revolución tecnológica son tan importantes como los de la seguridad. Tanto la tecnología como las inversiones tienen un importante componente extranjero. México requiere de esta tecnología y capital, y los inversionistas extranjeros estarán buscando oportunidades en México, en particular en la nueva era de fragmentación en bloques comerciales.

Los vehículos autónomos, el internet de las cosas, la genómica, la nanotecnología, las energías renovables, la impresión en 3D, los nuevos materiales, la robótica, entre otros desarrollos, interactuarán de manera imprevisible entre sí, transformarán la economía global y afectarán nuestra vida cotidiana de manera radical e inimaginable.

Dada la complejidad, profundidad y velocidad de esta revolución, resulta imperativo que las dependencias del Gobierno federal ajusten sus políticas y acciones de manera ágil para eliminar trabas y generar condiciones para que los empresarios nacionales y extranjeros, la academia y las organizaciones de la sociedad civil puedan impulsar y aprovechar nuevas oportunidades.

Ello contempla, al menos:

• Aumentar la penetración financiera y simplificar el acceso a financiamiento para PYMES e incubadoras de empresas. Estos créditos y capital de riesgo no solo vendrían del Gobierno, sino también de la banca comercial y el crowdfunding.

• Simplificar de manera radical el proceso para la creación y el cierre de nuevos negocios para minimizar el fracaso y así fomentar el emprendimiento, la creatividad y la toma de riesgos para la innovación.

• Promover que la educación pública esté orientada a aprovechar esta revolución.

• Coordinarse con organismos financieros internacionales y fundaciones para promover la innovación tecnológica, la cultura del emprendimiento y la creación de nuevas empresas.

4. Turismo

Si bien existen dependencias del Gobierno federal encargadas de regular y promover el turismo (SECTUR, FONATUR), la importancia de este sector es estratégica en cuanto al potencial para lograr altas tasas de crecimiento en una economía de servicios, impulsar la inversión en infraestructura y el desarrollo regional, y transformar la imagen de México en el mundo. Adicionalmente, el turismo será un importante generador de divisas en un entorno internacional de creciente proteccionismo comercial y podrá compensar potenciales reducciones en nuestras exportaciones.

Aprovechar cabalmente el potencial turístico de México requiere atender temas de seguridad, infraestructura, sustentabilidad ambiental, promoción cultural y capacitación de personal, entre otros. Es una actividad transversal que requiere de la acción concertada del Gobierno federal en coordinación con el sector privado para su adecuado desarrollo.

Sin menoscabo de las facultades de las dependencias del Gobierno federal en la materia, por el potencial económico y para desarrollo social de esta actividad, urge brindarle la mayor prioridad dentro del próximo gobierno y asegurar que las autoridades competentes resuelvan de manera ágil escollos administrativos y otras trabas que impiden las inversiones, muchas de ellas extranjeras, siempre que evidentemente se apeguen a la normatividad aplicable. EP

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