Aníbal Santiago escribe sobre el estado actual de la oposición frente a las elecciones de 2024.
Boca de lobo: Pensarás tanto en mí, que no tendrás ni un segundo para pensar en ti
Aníbal Santiago escribe sobre el estado actual de la oposición frente a las elecciones de 2024.
Texto de Aníbal Santiago 27/03/23
Los caminos del amor, aunque estén sembrados de dulzura y pasión, tristemente suelen contaminarse por la perversidad. Y entonces, a la entrega espontánea, carnal, ardiente e ingenua, la infecta una estrategia con dos fines: autoconservarnos y, por qué no, hacer daño al ser deseado. Y entonces surgen reflexiones villanas como ésta: “Pensarás tanto en mí, que no tendrás ni un segundo para pensar en ti”. Cuántas veces al pensar en alguien obsesivamente, de inmediato se acciona nuestra autodestrucción: por la deliciosa utopía que consume nuestra alma nos desatendernos hasta volvernos despojos.
Y si lo anterior aplica para el amor, aplica también para la política, arena de encuentros lascivos, arrebatos, uniones y desuniones, venganzas, traiciones, conciliaciones, venturas y desventuras. Como el amor. Pero desde luego, para ejecutar tan malvada estrategia hay que ser un samurái, amoroso o político. Y Andrés Manuel lo es: blandiendo el sable como nadie ya ha conseguido su cometido: “Pensarás tanto en mí, que no tendrás ni un segundo para pensar en ti”, le ha advertido a la oposición desde el arranque de su mandato.
Son ya más de cuatro años en que, con lo que hace y —sobre todo— dice, captura enfermizamente la atención de las fuerzas que deberían alzarse como contrapesos de nuestra vida política. Todo es él. Todo. Irritada, superada, indignada, herida, humillada, la oposición dedica su existencia entera a responderle, condenarlo, y si es necesario insultarlo con rabia por razones importantes o nimias como pronunciar “México” mientras suelta un eructo, lo que sucedió hace días.
¿Y eso qué implicaciones tiene? Muchas. La oposición sigue sin un proyecto alternativo para un país violento y de elevada inflación. Sigue pasmada en la inacción. Sigue gastando voces, tinta, tiempo, en decir: “qué mal están las cosas con este dictadorzuelo”. Y quizá, lo más serio a esta altura, es que sigue sin tener una o un candidato para presidente. Mientras Morena cuenta con tres aspirantes y, desde luego, ya tiene claro cómo la/lo elegirá (aunque a muchos les moleste) la oposición es un flan que sigue sin cuajar. Y no cuajará porque ya se desparramó: sus ingredientes no fueron elegidos en las cantidades adecuadas, y porque esos ingredientes no son los adecuados, o incluso están pasados.
La oposición carece de candidato, y ni siquiera tiene idea de cómo lo seleccionará. ¿El nombre de quién estará impreso en la boleta para enfrentar a Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard? Aquí algunas posibilidades: Margarita Zavala, Ricardo Anaya, Santiago Creel, Lilly Téllez, Gustavo de Hoyos, Miguel Mancera, Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid. Entre todas esas mujeres y esos hombres ninguno será un candidato orgánico. Ni uno solo es carismático, convincente, popular. Haga el intento: entre ellos y ellas busque una sola virtud. Una sola. Misión imposible (o muy, pero muy ardua).
Todo eso no habría sido tan grave si la oposición se hubiera propuesto construir un candidato, fabricarlo, modelarlo según su conveniencia, como hizo con Peña Nieto, vacío, pero guapo. Ocupada en ver a Andrés Manuel, odiarlo hasta los límites del amor, no dejó un solo segundo para pensar en ella misma. Ahora, a un año y monedas de las elecciones federales, no solo no hay candidato a la presidencia sino que el PRI, PAN y PRD ni siquiera tienen idea cómo lo elegirán.
A Andrés Manuel ya no le faltaba nada para asegurar la permanencia de su proyecto, pero por si las dudas el líder del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, ya es todo un Morena: su partido tricolor, el que por casi ocho décadas tuvo al país en un puño, ya está dentro del puño, pero del samurái presidente de la nación. Golpe final. A la oposición hecha añicos, pulverizada, le costó la vida caer en la trampa perversa de “Pensarás tanto en mí, que no tendrás ni un segundo para pensar en ti”. EP
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