
La relocalización de la inversión y las actividades productivas podría ser una gran oportunidad para México y el desarrollo de sus regiones si el sector público genera condiciones adecuadas en colaboración con el sector privado.
La relocalización de la inversión y las actividades productivas podría ser una gran oportunidad para México y el desarrollo de sus regiones si el sector público genera condiciones adecuadas en colaboración con el sector privado.
Texto de Carlos Hurtado and Centro de Estudios Económicos del Sector Privado 20/04/23
La relocalización de la inversión y las actividades productivas podría ser una gran oportunidad para México y el desarrollo de sus regiones si el sector público genera condiciones adecuadas en colaboración con el sector privado.
El discurso oficial sostiene a la fecha que la gestión de la economía por este gobierno ha sido acertada. En tono triunfalista se afirma que México es actualmente uno de los países más estables del mundo, con una de las monedas más sólidas y que no hay endeudamiento. Con una fotografía de la economía desde el punto de vista macro, la presunción parecería cierta, pero la imagen esconde serios problemas.
En primer lugar, la estabilidad macroeconómica se basa en gran parte en la debilidad de la demanda agregada interna —la suma del consumo y la inversión nacional—.1
En segundo lugar, la solidez del peso se debe a la combinación del elevado diferencial de las tasas de interés internas frente a las del resto del mundo y a que en los últimos años la deuda pública ha crecido menos que la de los países comparables, economías emergentes.2
Finalmente, la afirmación de que “no hay endeudamiento público” es simplemente falsa. La deuda del sector público entre 2019 y 2022 se ha elevado en 33.5%, y de acuerdo con las proyecciones oficiales al final del sexenio será 56% mayor a la del 2018.
“el estado de la economía real se ha precarizado significativamente. La recuperación del producto interno bruto (PIB) ha sido particularmente lenta.”
El estado de la economía real se ha precarizado significativamente. La recuperación del producto interno bruto (PIB) ha sido particularmente lenta. El PIB del 2022 aún está por debajo de su nivel en 2018 y su recuperación ha sido más lenta que prácticamente todas las economías emergentes de tamaño comparable. En términos per cápita el PIB está 5% por debajo de su nivel de 2018.
El bajo dinamismo del producto está relacionado con el de la inversión fija bruta, cuyo nivel del 2022 fue menor en más de 8% al de 2018. La inversión es el motor que mueve el PIB de forma sostenible. Y la evidencia universal muestra claramente que el progreso social —en cualquier forma aceptable— es posible solamente con un crecimiento sostenido del producto.
Con la información disponible es sencillo confirmar el grado de deterioro social en México: menor cobertura y calidad de los servicios de salud, incremento de la pobreza, menor calidad de la educación y mayor inseguridad pública, entre muchas otras deficiencias.3 Todo ello acompañado de un deterioro infringido a numerosas e importantes instituciones del Estado.
En resumen, el desempeño real de la economía ha sido deficiente y de continuar así las cicatrices serán perdurables y se requerirá mucho esfuerzo y tiempo para recuperar un crecimiento sostenido y el bienestar de la población.
Paradójicamente, de forma fortuita y no necesariamente por buenas razones, México se encuentra en la mejor situación geográfica y potencialmente política y económica. Hoy, el llamado nearshoring, relocalización o reubicación de las inversiones productivas y la actividad económica internacional presenta la gran oportunidad para el país. La de un salto económico de nivel significativo, al situarse cerca de los EE. UU.
El interés de las empresas que de una forma u otra buscan aproximarse a la economía estadounidense, incluidas las de ese país, es patente hoy día. Si se aprovecha esta oportunidad plenamente, México podría alojar muchas de esas inversiones, beneficiándose de la creación de empleos que venga con ellas, de sus salarios e incluso de la transferencia tecnológica y productividad consecuentes.
“la ola de inversión y actividad podría incorporar a sectores y regiones que han estado fuera o que han sido poco beneficiadas por la apertura económica mediante un mayor valor agregado nacional”
Pero no sólo eso, la ola de inversión y actividad podría incorporar a sectores y regiones que han estado fuera o que han sido poco beneficiadas por la apertura económica mediante un mayor valor agregado nacional en el producto de esas inversiones.
Hasta ahora, las exportaciones incluyen un valor agregado (o contenido nacional) relativamente bajo (64%),4 dejando fuera de las cadenas de producción a proveedores nacionales que podrían suministrar insumos con valor agregado nacional. Esto es, los empleos y sus remuneraciones y el capital y su rendimiento.
Pero para incorporar mayor valor agregado a las cadenas de oferta de la exportación se requieren varias condiciones que corresponden a la política pública.
Es muy probable que la relocalización traiga beneficios para el país. Pero el objetivo debe ser su aprovechamiento máximo y para ello hay que generar condiciones que requieren un trabajo arduo, particularmente del sector público.
El éxito pleno depende crucialmente de: 1) que se maximice efectivamente la nueva inversión, plasmada en formación de capital productivo, nacional o extranjera y 2) que ésta opere y atraiga contenido de valor agregado nacional.
Para que el beneficio se presente a lo largo de todo el país se requiere que se cumplan ambas condiciones. Si la inversión se queda solamente donde ya existen las condiciones propicias, el país podrá crecer, pero no incorporará tanto contenido nacional y de otras regiones como podría.
La facilitación de mayor valor agregado nacional en las cadenas de oferta debe propiciarse mediante políticas que modernicen la operación de la economía en todo el paísy reduzcan sus costos; que la hagan más productiva para todo tipo de empresas. Esta modernización requiere entre otros aspectos de:
La modernización y el mejoramiento de la productividad en todo el territorio es un trabajo arduo pero necesario.Con ello se podrá incluir a los grupos y regiones más rezagados en el aprovechamiento de las oportunidades que el contexto actual ofrece al país.
“la inversión productiva florece de manera orgánica cuando las condiciones son propicias y las reglas claras.”
Cabe subrayar que la inversión productiva florece de manera orgánica cuando las condiciones son propicias y las reglas claras. Los “acuerdos” entre gobiernos e inversionistas pueden concretarse en algunos casos, pero no sustituyen un contexto general adecuado y con certidumbre. Más aún, las inversiones mediante acuerdos son propensas a mayores costos derivados de la “aceptación” por parte del inversionista.
Incluso si la mayor responsabilidad para que se cumplan las condiciones que permitan el aprovechamiento pleno de la relocalización recae en el sector público, el sector privado puede colaborar de manera importante. Las siguientes son algunas acciones que puede realizar:
En los puntos anteriores se esboza una estrategia nacional para maximizar el impacto de la relocalización en beneficio del país, incluyendo a las regiones más rezagadas, basada en condiciones ciertas y generales. Obviamente, el punto de partida es la nueva inversión. Pero, contrariamente a lo que se requiere, el gobierno ha optado por políticas que: 1) son selectivas, propiciando el dialogo con algunas empresas como TESLA,6 o 2) claramente ahuyentan a la inversión como es el caso de la compra de las plantas eléctricas a Iberdrola y de las iniciativas de la Ley Minera y la relativa a disposiciones en materia administrativa.
En primer lugar, la adquisición de las plantas de Iberdrola fue una mala decisión para la economía ya que no añade capacidad de generación y trae consigo presiones fiscales y riesgos a futuro:7
En lo que se refiere a la Ley Minera, existen varias reformas que desalientan la inversión, entre otras:
Por otro lado, la iniciativa relativa a disposiciones en materia administrativa pretende reformar 23 leyes con medidas que amplían la discrecionalidad de la autoridad y actúa en detrimento de la seguridad jurídica de los particulares y de la certeza para la inversión, entre otras:
Los resultados en cuanto a la economía real de este gobierno apuntan, en varios frentes, a un grave deterioro. Más aún, hay signos importantes de insostenibilidad fiscal hacia el futuro.8 Alto déficit fiscal con gastos muy rígidos a la baja y con reservas precautorias que han sido gastadas prácticamente en su totalidad.
Hoy por hoy la mejor oportunidad de crecimiento sostenible de la economía, probablemente la única, es la relocalización de las inversiones o nearshoring, y urge que se concreten las condiciones para aprovecharla al máximo. Pero el gobierno orienta su preferencia en función de objetivos políticos que comienzan a tomar fuerza ante la cercanía del proceso electoral.
“el gobierno orienta su preferencia en función de objetivos políticos que comienzan a tomar fuerza ante la cercanía del proceso electoral.”
El gobierno, con su actitud, parecería que quisiera disuadir en vez de alentar la inversión.
Como se ha insistido una y otra vez por parte del CEESP, es indispensable un cambio de actitud del gobierno frente a la inversión productiva nacional y extranjera. Ello es una condición necesaria para el aprovechamiento de la gran oportunidad de la relocalización. La condición suficiente, o parte ineludible de la misma, es que se generen las condiciones para florecimiento orgánico de la inversión con mayor valor agregado nacional. EP