Se calcula que en México 7 de cada 10 hogares tienen una mascota, colocando al país entre los más “animaleros” del mundo; sin embargo, esta relación es agridulce: solo el 30% tiene un hogar y 6 de cada 10 son maltratados.
Humanos y animales: la relación de los mexicanos con sus mascotas
Se calcula que en México 7 de cada 10 hogares tienen una mascota, colocando al país entre los más “animaleros” del mundo; sin embargo, esta relación es agridulce: solo el 30% tiene un hogar y 6 de cada 10 son maltratados.
Texto de María Eugenia Monroy 22/07/21
Perros, gatos, pericos, hamsters, tortugas, hurones, peces beta, etcétera. Desde hace miles de años los seres humanos hemos desarrollado una relación fraterna con distintas especies animales, a veces para beneficiarnos de sus capacidades y, en muchas otras, simplemente para disfrutar de su compañía.
En los últimos años, la valoración e industria relacionadas con el cuidado de las mascotas ha crecido considerablemente a nivel internacional; por un lado, la sociedad está desarrollando mayor conciencia sobre la esterilización, tenencia responsable, adopción y cuidados básicos de los animales de compañía y, por el otro, el negocio que implica su alimentación, entretenimiento y cuidado crece de forma sostenida. México no es ajeno a esta tendencia; no obstante, el abandono y el maltrato marcan el largo camino que queda por recorrer cuando ocupamos el tercer lugar a nivel internacional y el primero en América Latina en maltrato animal, de acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). Dicho en otras palabras: el 70% de las mascotas vive en situación de calle y 6 de cada 10 sufren algún tipo de maltrato.
Y es que “mascota” no se refiere únicamente a aquellos animales que tienen un techo y el sustento asegurado. Para la Real Academia de la Lengua, una mascota es, llanamente, un animal de compañía. La Ley de Protección a los Animales de la Ciudad de México es más amplia y las define como “todo animal mantenido por el humano para su acompañamiento y que vive bajo sus cuidados, sin riesgo para su vida y la de la comunidad”. En esta definición caben perros, gatos, reptiles, anfibios, aves, mamíferos pequeños, invertebrados y peces, entre otras pequeñas especies.
De mejores amigos a parte de la familia
A nivel mundial, más de la mitad de la población cuenta con algún tipo de mascota en casa, de acuerdo con GFK, la compañía de investigación de mercados más grande de Alemania, y México ocupa el segundo lugar, precedido por Argentina. Internacionalmente, los perros son los animales favoritos (33%), seguido por gatos (23%), peces (12%), aves (6%) y otras especies pequeñas (6%); en México, la tendencia es similar.
Los animales ocupan un lugar preponderante en nuestras vidas como compañía, ya dejaron atrás su función de guardianes —en el caso específico de los perros— para convertirse en parte de la familia. De acuerdo con el artículo “Microtendencias: Los perrhijos”, publicado por De la Riva Group, en México se gastan unos 3,000 pesos mensuales en el cuidado de los perros, en rubros como alimentación, salud, ropa, juguetes, entre otros, un lujo que no puede permitirse el grueso de la población que vive con el salario mínimo. A nivel internacional, el mismo estudio de GFK estima que el gasto familiar invertido en mascotas representa entre el 10 y el 20% de los ingresos, pues las mascotas se han integrado a un estilo de vida que incluye ejercitarse, comprarles regalos, ir de vacaciones, fotografiarse y hasta ver la televisión o visitar a familiares y amigos con ellos.
Y son los millennials, la población que tiene entre 25 y 40 años, quienes están adoptando con mayor vehemencia una mascota. En Estados Unidos, por ejemplo, el 57% ya cuenta con un perro o gato, y 63% está de acuerdo en que hay que consentirlos. Muchos de ellos viven solos pero se sienten acompañados por sus mascotas y entre sus planes no se encuentra tener una pareja o reproducirse, su familia ya está completa.
Para Patricia Graín, psicoterapeuta, las mascotas cumplen un papel productivo y de compañía. “Les ponemos cosas que necesitamos, por ejemplo, me acuesto con él porque no tengo pareja y me siento acompañado”. También se antropomorfizan, dotándolas de características humanas. “Hay quienes los creen casi humanos. En la psicología sistémica te proponen conservar un orden, cuando éste se rompe empieza la patología porque no puedes verlos como animales y cuando pones a cada quien en su lugar empieza a reinar el equilibrio porque cada quien asume su lugar”.
Todo para su mascota
De acuerdo con la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT), el bienestar animal es definido por la Organización Internacional de Sanidad Animal (OIE) como “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere”. Dicho de otro modo, es cuando un animal experimenta bienestar físico y mental al estar sano, cómodo, bien alimentado, seguro, sin dolor, miedo o ansiedad, y puede expresar su comportamiento natural.
La conciencia de estas necesidades, aunada a la humanización de las mascotas ha permitido el crecimiento consistente de una industria enfocada a los animales de compañía. La firma de estudios de mercado Euromonitor Internacional considera que para 2023, el sector del pet care alcanzará un valor de 2,900 millones de dólares a nivel global y de 735 millones en México en 2022. Asimismo, los propietarios se enfocarán en la atención de alergias, salud mental y sustentabilidad, preocupaciones decantadas por el aislamiento durante el último año y medio.
La humanización de las mascotas juega aquí un papel fundamental. Luego de convivir ininterrumpidamente con perros y gatos principalmente, los dueños están conscientes de la valía de sus mascotas, de ahí que servicios premium como servicio de comida que parezca de humanos, vacaciones y restaurantes pet friendly, o servicios que ayuden a la salud mental y bienestar general seguirán reproduciéndose y siendo exitosos. Ejemplo de ello son los más de 7,000 establecimientos dedicados a la oferta de productos y servicios relacionados con mascotas que existen en el país.
Tannia Puig Grajales es entrenadora de perros y socia de Armonía Canina, un centro de entrenamiento, hotel y espacio de socialización canina establecido hace 17 años. Su vinculación con las mascotas se dio al observar algunas patologías entre los animales que recibían y sus dueños. “Llegaban con maletas, bolsas de agua Evian para el perro… las excentricidades iban de la mano de las conductas negativas de los perros y no entendía por qué los propietarios no lo veían”.
Tomó un curso de terapia asistida con perros para ayudar a niños con autismo y descubrió el potencial de los animales para auxiliar a personas con algún tipo de discapacidad o en situación vulnerable. A la fecha, ella y su socio han entrenado a más de 700 perros e impartido más de 6,400 terapias, incluyendo pérdidas familiares.
2020 y lo que va de 2021 han sido años de mucho trabajo para Puig. “Está relacionado con el encierro y la pérdida de contacto, la gente se agarra de un perro para tener un contacto seguro. Parte de mi trabajo es educar a las familias, pues soy una intermediaria que interpreta las necesidades del perro y busca que esté en armonía con ellos. También he trabajado con gente que ha perdido un familiar y deciden tener un perro a manera de compensación afectiva, son casos hermosos porque el perro les da estructura, les hace bien aunque no sea fácil, o con adultos mayores que adoptaron perros para no estar solos y ahora salen al parque que quizá no conocían antes”.
Tenencia responsable
Se calcula que en México existen entre 23 y 28 millones de mascotas (de acuerdo con el INEGI y la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies). Lo cierto es que la cifra se desconoce, pues a la fecha no existe un censo o registro de mascotas que permita saber cuántas son, dónde viven, si están desparasitadas, vacunadas o esterilizadas. Tampoco se sabe cuántas personas se dedican al rescate de perros y gatos en situación de calle.
De acuerdo con Puig Grajales, casi el 80% de los perros que se adquieren o adoptan vivirán únicamente seis meses en una casa. Muchos de ellos terminarán en la calle y, en el mejor de los casos, en un albergue donde hay voluntad pero faltan recursos económicos y humanos para sacarlos adelante.
“Es muy poca la gente consciente de las necesidades de un perro, empezando porque no saben cuánto les costará, cuánto tiempo deberán dedicarle o si es la raza o el temperamento adecuado para su estilo de vida y las necesidades de su familia. Adquirimos una mascota por un asunto meramente emocional, desvirtuando el rol que debe tener”.
Verónica Villamar sabe a qué se refiere Puig, ya que colabora desde sus inicios en Enablers México, una organización dedicada a apoyar a más de 3,000 mascotas con donativos, campañas de esterilización, pasarelas virtuales de adopción y voluntariados. Ella sabe que el abandono con frecuencia va acompañado de maltrato. Debido a la pandemia, han podido dar pocos perros en adopción, por lo que organizaron una pasarela virtual con la intención de encontrarle hogar a 70 perros en las ciudades de México, Monterrey y Guadalajara.
“Hay perros atropellados, abandonados, golpeados o con sarna, da gusto verlos cuando ya mueven otra vez la cola, ganaron peso o les vuelve a salir su pelito”.
Una de las organizaciones beneficiadas por Enablers México es Comunidad Ecológica Ixcuintle, de la que Leticia Servín es directora. Se trata de un refugio en Villa del Carbón, Estado de México, donde viven unos 110 perros. Su objetivo es rehabilitar física y mentalmente a perros en situación de calle, así como educar sobre la esterilización. “Mientras más perros haya en el planeta, más habrá en la calle”, dice. Para ella, la solución no se encuentra tanto en la adopción, sino en la esterilización y concientización sobre lo que implica tener una mascota.
“Yo no doy perros a prueba, no son trozos de jamón como los de una salchichonería, pero necesitamos más gente que apoye y sea consciente de lo que implica la tenencia responsable, la esterilización y el no abandono. Y si adoptas a un perro de un albergue, ayudas a dos: el que se va y el que entra”. EP
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