Las trinidades poéticas de Alberto Blanco

Tres y doce. Tres tiempos (pasado, presente, futuro), tres personas en un solo Dios (Padre, Hijo, Espíritu Santo) y las tres preguntas que nos obsesionan: ¿De dónde somos? ¿Qué somos? ¿A dónde vamos? Doce son los meses del año, los colores del círculo cromático y las notas en la octava musical. Alberto Blanco les tiene […]

Texto de 19/08/17

Tres y doce. Tres tiempos (pasado, presente, futuro), tres personas en un solo Dios (Padre, Hijo, Espíritu Santo) y las tres preguntas que nos obsesionan: ¿De dónde somos? ¿Qué somos? ¿A dónde vamos? Doce son los meses del año, los colores del círculo cromático y las notas en la octava musical. Alberto Blanco les tiene […]

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Las trinidades poéticas de Alberto Blanco

Tres y doce. Tres tiempos (pasado, presente, futuro), tres personas en un solo Dios (Padre, Hijo, Espíritu Santo) y las tres preguntas que nos obsesionan: ¿De dónde somos? ¿Qué somos? ¿A dónde vamos? Doce son los meses del año, los colores del círculo cromático y las notas en la octava musical.

Alberto Blanco les tiene respeto a los números, y con El canto y el vuelo, el escritor, artista, músico y químico mexicano nos ofrece tres libros “en torno a las relaciones entre la poesía y muchas otras artes, actividades y tópicos de nuestra vida […]”.1 Pero El canto y el vuelo también significa mucho más. Es el título de uno de sus poemas clave sobre la poesía, el título de la tercera entrega de la trilogía de sus ensayos de poética, y también el título de toda la trilogía en sí por la que en abril se le otorgó el Premio Xavier Villaurrutia. Éstos son ensayos que, como escribe Adolfo Castañón, “han sido escritos por un cantor y, a las veces, un cantante y por alguien que domina el arte del vuelo verbal, además de ser un estudioso de las leyes de la gravedad y de ser él mismo un asiduo viajero por los aires y ritmos de la palabra poética”.2

Durante los últimos cuarenta años, Blanco ha creado una obra extensa a base de, más que nada, los números doce y tres. Sus tres enormes ciclos poéticos, El corazón del instante (1998), La hora y la neblina (2005) y A la luz de siempre (próximo a ser publicado por el fce) se dividen en doce libros cada uno. Todos estos libros (o “estaciones”, como señala Castañón) tienen una geometría orgánica, a veces hermética, porque los números tienen esa mezcla especial de ciencia y arte, de conocimiento y misterio, que tanto le atrae a Blanco.

Tres ciclos poéticos, tres libros de poética y las tres mitades del poema… Entre las muchas conclusiones de El canto y el vuelo encontramos la siguiente: “La poesía es el uso mágico del lenguaje”3 y por eso puede tener tres mitades. Como dice el poema “Encore”: “La poesía: / mitad imagen, / mitad música, / mitad poesía”.

En El llamado y el don, su primer libro de poética, Blanco plantea, de varias maneras, las mismas tres preguntas que Paul Gauguin en su obra maestra sobre el misterio de la vida: “D’où venons-nous? Que sommes-nous? Où allons-nous?”. Según Gauguin, este cuadro debe leerse “al revés”, empezando por la derecha (¿el Este solar?) y de ahí hacia la izquierda (¿el ocaso?). De manera parecida, Blanco analiza y cuestiona el orden establecido del arte cuando nota que la poesía contemporánea tiene una relación inesperada con la poética —si en el pasado la poética se escribía antes del poema (con propósitos prescriptivos), ahora la poética está más bien en una posición descriptiva, crítica, siempre a posteriori—. José Martí señaló, mucho antes, la misma inversión entre el lenguaje poético y el poeta —la lengua es el jinete y no el caballo de la poesía—. De tal manera, para Blanco, el poeta inspirado es el que inspira, no el que simplemente recibe el llamado de las musas. El poeta inspirado que recibe el llamado y no intenta crear una obra que nos inspire no cumple con su deber. Así, la poesía es una vía mágica formada por el llamado y el don, pero imposible sin el trabajo de todos los días.

Todo este cuestionamiento del orden de las cosas es, claro, una metáfora de la búsqueda del origen. Todo, incluso las metáforas mismas, porque “El origen de la metáfora es una metáfora del origen”.4 De este modo, los doce capítulos de El llamado y el don conjugan los temas esenciales de la poesía: el mito, el significado, el conocimiento, la traducción, etcétera. Y en cada instancia, Blanco opta por “una tercera vía imantada hacia todos los polos imaginables”.5 Cito de nuevo “Encore”: “El arte: / mitad suerte, / mitad ciencia, / mitad misterio”.

La poesía y el presente, el segundo tomo de la trilogía de poética, se enfoca en el mundo actual del saber, de los fenómenos físicos y biológicos, y de las formas artísticas que nos rodean: la música, la prosa, la pintura, la arquitectura, el collage. El collage es el medio plástico preferido de Blanco y las imágenes de collages creados por él aparecen como el diseño de cubierta de más de cuarenta libros de la colección Letras mexicanas del Fondo de Cultura Económica. En el duodécimo capítulo de La poesía y el presente, Blanco señala cómo las técnicas esenciales del collage (selección, extracción y yuxtaposición) aparecen en otros géneros artísticos, desde las cajas de Joseph Cornell y las películas de Sergei Eisenstein, hasta el rap y el hip-hop actuales.

Claro está que los tres libros de El canto y el vuelo también forman un collage de ideas. El último capítulo de La poesía y el presente, por ejemplo, incluye las voces de más de sesenta poetas, músicos, artistas y críticos. Como saben mejor los escritores que los críticos, leer es un paso imprescindible para los poetas, y los nombres que aparecen en estos ensayos nos recuerdan, nos inspiran, a leer, a escuchar y a ver más. También nos inspiran a crear, en todos los sentidos. Así, Blanco afirma el aspecto trascendental del collage, como vemos en su poema “La vida”, de La hora y la neblina: “La vida es un collage: hay que hacerla con lo que se tiene a mano”.

En el tercer volumen de la trilogía de poética, Blanco vuelve a sus orígenes para explorar su formación e interés en los estudios asiáticos, la química y la tradición católica de una manera sorprendentemente personal. Aunque sobresale y reaparece un puñado de temas preferidos en su obra (la física cuántica, el rocanrol, la pintura, la geología, etcétera), la poesía de Alberto Blanco rechaza la tendencia confesional y carece de detalles biográficos. Incluso una de las metas de su poética es perder el yo y encontrar el “no-yo” místico. Esto se logra por “la propuesta transformalista” de su poesía y su poética. Ya hemos mencionado otras facetas del “transformalismo” —el poeta inspirado es el que inspira, así como el poeta que transforma al lector logra transformarse también a sí mismo—.

La poética de Blanco desea “superar el dualismo de la razón y la inspiración”.6 Como apunta el poeta al principio de El llamado y el don, y luego afirma en las últimas páginas de El canto y el vuelo, “la forma es un medio y el fin es trascender la forma”7 como el vuelo del pájaro que canta:

El canto y el vuelo

Un poema es como un pájaro:

su ala derecha es la imagen,

su ala izquierda es la música,

y su cuerpo es el lenguaje.

Un pájaro de palabras

para el alma y para el cuerpo:

su ala derecha, el espacio,

y su ala izquierda, el tiempo.

Pero la poesía no es la imagen

ni la música ni el lenguaje;

la poesía es el canto…

La Poesía es el vuelo.

Tres estrofas y doce versos. El lector puede consultar las últimas páginas de El canto y el vuelo para saber la interpretación del poeta de este poema clave, pero sugiero, primero, otro camino. Sugiero una lectura de Blanco que empiece por los poemas y que concluya con los ensayos de poética… y que después vuelva a los poemas y luego se expanda a los textos de los autores, artistas y músicos citados en los ensayos… los “hacedores” que informan y cantan en el gran coro de estos libros. Así, el lector podrá examinar los misterios de la poesía (con letra minúscula) y la Poesía (con letra mayúscula) y tratar de distinguir, como antes señaló William Butler Yeats, “the dancer from the dance” (al bailarín del baile).

El canto y el vuelo nace de una mente artística precisa y madura que busca, de manera activa, aplicada, paciente y científica, definiciones de los grandes temas del arte. Estos poemas y libros abarcan una pluralidad de tradiciones religiosas, artísticas e intelectuales, pero siempre de una manera amenamente inclusiva y democrática. Mediante la misteriosa conexión entre el pájaro, sus alas, su cuerpo, su canto y su vuelo, los poemas y ensayos de Alberto Blanco nos transforman y nos incitan a vivir, a renacer, a volver a empezar.  ~

NOTAS

1. El canto y el vuelo, Editorial anDante, México, 2016, p. 184.

2. .

3. El llamado y el don, Auieo Ediciones, México, 2011, p. 88.

4. Ib., p. 72.

5. Ib., p. 28.

6. Ib., p. 36.

7. Ib., p. 36.

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RONALD J. FRIIS es profesor de Furman University en Carolina del Sur, Estados Unidos, y es autor de José Emilio Pacheco and the Poets of the Shadows. Actualmente prepara un libro sobre la poesía de Alberto Blanco.

DOPSA, S.A. DE C.V