Poema: Canción de amor de una ballena jorobada

Presentamos un poema de Samuel Espinosa Mómox, quien fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía durante los periodos 2012-2013 y 2013-2014.

Texto de 14/02/22

Presentamos un poema de Samuel Espinosa Mómox, quien fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía durante los periodos 2012-2013 y 2013-2014.

Tiempo de lectura: 3 minutos

…I achieve what I can

Herman Melville

Cómo hablamos del amor no es lo mismo

que cómo se ama.

.

Piensa, por ejemplo, en ese poema

que escribiste hará 18 años

(dieciocho años después de los dieciocho,

más o menos)

donde gritabas que tu amor era “…un caballo desbocado

(que relincha y piafa y suelta coces,

decías)…” y correteabas agitando las manos

detrás de las muchachas

demasiado tímido para hablarles,

pero también, gracias a Dios, apenas

lo suficientemente joven

para no parecer un viejo depravado.

.

Qué lejos de esos días tu amor

y qué bueno.

.

O mejor dicho,

qué lejos se perciben las palabras

que dijiste sin saber de cerca cómo piafa

un amor que verdaderamente piafa desbocado y casi casi se desborda,

casi

sin saber las diferentes voces diferentes del relincho

ni qué decir de lo caliente

de la piel

de un caballo.

Ni qué decir del amor.

.

Qué lejos y qué viejo

qué falto de galope, de agilidad equina

panteridad brillosa, oscura,

qué falta de hambre gatoparda,

hambre de carne fresca, antílope desnuda

qué lento, viejo, como hablas ahora

del amor.

.

No es lo mismo que cómo se ama,

y con el tiempo te has ido

dando cuenta de las dimensiones

de las cosas:

ama el tigre y se revuelca

y se va toda la noche sin saber si vuelve

y a dónde vuelve y quién lo espera,

y envejece. Qué triste

envejece el tigre

y flaco;

qué solo.

.

Qué triste y sobre todo

qué bueno ir descartando bestias

de las metáforas zoológicas

con las que hablamos del amor:

hablaste también de un perro

callejero y lo mataste

antes de que se encariñara con su dueña;

lo mataste de hambre

para no tener que limpiarle la mierda,

para no vivir juntos,

y le lloraste al perro como si se hubiera muerto

de causas naturales,

le lloraste como si alguien más le hubiera dado un tiro

como si fuera de la calle;

te mordiste la mano

y se murió delante tuyo.

.

Y cuando ya no había más animales

enfermos, ciegos, patizambos,

hubo silencio.

Y luego el mar.

.

Cuando uno está cansado

o enfermo, vuelve al mar.

Después de las ciudades

hambrientas uno vuelve

al mar o al menos

a lo que uno piensa que es el mar,

a su pedazo de mar imaginario,

al mar sin gente,

al primer mar que se marcó en tu espalda.

.

Pero qué del mar si haces memoria

y no recuerdas nada

más que el movimiento,

ningún sonido, nadie,

sino el vaivén de los graznidos

de gaviotas y pelícanos que crispan el aire

bailando en las orillas del mar abierto (¿cuánto tiempo

aguantan las gaviotas en el mar abierto,

antes de regresar

a donde puedan posarse?),

sólo los graznidos y aire que apabulla

las orejas, y el sonido

del agua lamiendo una lanchita

que no sabemos si podrá con todos

los que subimos ese día.

.

No es lo mismo pero el mar

siempre es el mismo,

salvo la especie despistada que se asoma

según el mar en que te encuentres:

una tortuga al sur, un pez espada

o un marlin,

ballenas más al norte.

.

Ballenas: el amor busca sus propias metáforas,

y tú quisieras recordar

ese documental donde explicaban

los tipos de ballena y sus rituales,

pero apenas y regresa con las olas

una imagen de dos ballenas jorobadas

nadando lentas,

pegaditas y cantando: las ballenas

jorobadas cantan

canciones de amor que sólo la pareja

reconoce. Nadie

más que su pareja sabrá que son de amor

las canciones que cantan,

porque ninguna canción es igual y cuando cantan

sólo ellas se reconocen.

.

La metáfora del mar desolado

puede reemplazar a la metáfora de la ballena

dice Watanabe,

y yo quisiera saber

en qué tipo de ballena estaba pensando

cuando escribió eso, y quisiera

decir también que las ballenas

son una metáfora del amor,

del amor tranquilo que se conoce de memoria

y que canta el amor en medio de las cosas

y las palabras que otros oyen pero que no conocen

porque las ballenas jorobadas cantan

para sus parejas nada más y sus parejas

lo saben,

o quisiera decir que el amor es una metáfora de las canciones

de las ballenas, o una metáfora del mar,

del remanso de cantar una canción para alguien

que te sabe

atravesando el mar, pegaditos,

cantando, pero hay metáforas

que son demasiado

grandes o demasiado sólo

de nosotros dos

para que los demás lo entiendan.

.

Cómo hablamos del amor no es lo mismo

que cómo se ama, definitivamente. EP

DOPSA, S.A. DE C.V