Un poema.
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Esos hombres dejaron nuestro barco a la deriva,
rompieron la propela, arrancaron el timón,
desgarraron las velas.
Los tripulantes leales
han estado sin remos todo el tiempo,
disciplinadamente obedeciendo al capitán;
grumetes que pelan papas
y miran las estrellas noche y día;
temblorosos polizones escondidos
detrás de los barriles de pólvora.
¿Nosotros hemos sido pasajeros
mirando el horizonte
sólo esperando ver cómo se oculta el sol?
¿O qué haremos ahora que se avecina la tempestad? EP